Javier Rodríguez – Prensa Latina.- El bloqueo impuesto a Cuba por el gobierno de Estados Unidos, ya con más de medio siglo de vigencia, también tiene entre sus enemigos al deporte cubano, un derecho al cual tiene acceso todo el pueblo de la isla.
Los deportistas cubanos han hecho historia en el escenario internacional tras el triunfo de la revolución en 1959 y es reconocido mundialmente que la práctica masiva y el apoyo dado a esa actividad por los gobernantes cubanos son, en buena parte, la causa de ello.
Sin embargo, esa área no está liberada ni mucho menos, además del cotidiano esfuerzo foráneo por estimular la fuga de talentos incluso con un objetivo político, de las dificultades objetivas provocadas por las reglamentaciones del asedio norteamericano.
Pruebas fehacientes de lo anterior pueden encontrarse en el informe presentado por Cuba a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas sobre los daños ocasionados por las medidas aplicadas por Washington para hacer cumplir las reglas del cerco económico, comercial y financiero, el cual se extiende a la rama del deporte.
Las instituciones deportivas cubanas se ven impedidas de adquirir en el mercado estadounidense implementos, equipos y vestuario para los atletas de las distintas disciplinas, incluyendo colchones para la práctica del salto con pértigas, aros con resortes abatibles para la gimnasia artística y equipamiento de medición electrónica para el atletismo,
Igualmente, el equipo cubano de beisbol, campeón de la Serie del Caribe, no pudo cobrar sus premios por las restricciones impuestas por el bloqueo, como tampoco lo pudieron hacer los atletas cubanos que obtuvieron premios en el Campeonato del Mundo de Carreras de Relevo y en la Copa del Mundo Bajo Techo.
Esa acción totalmente ilógica fue posible porque el banco utilizado por la Federación Internacional de esos deportes pertenece a Estados Unidos y tiene congelados los fondos correspondientes por un total de 190 mil dólares.
Por otra parte, el Instituto de Medicina Deportiva de Cuba no pudo adquirir el soporte tecnológico necesario para desarrollar su actividad, incluyendo los reactivos y Sustencias destinados a los laboratorios antidoping ni las piezas destinadas a la reparación del equipo de espectrometría, por impedirlo el tristemente famoso bloqueo.
Ese accionar de Los organismos estadounidenses ocupados en aplicar el famoso bloqueo constituye evidentemente una violación del comercio internacional y de los derechos humanos de la masa deportiva cubana.
