Cubadebate - Video: teleSUR.- El presidente argentino, Alberto Fernández, abogó en medio de la lucha contra la Covid-19 por levantar el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba y Venezuela, tras señalar que no es una cuestión política sino humanitaria.
En entrevista con la Televisión Pública, el mandatario apuntó que después de la reunión de los líderes del G20 para tratar el tema de la pandemia, pidió a su par mexicano Andrés López Obrador, en su condición de presidente pro tempore de la Celac, convocar a un encuentro similar de ese bloque para saber, por ejemplo, que está pasando con dos países bloqueados como Venezuela y Cuba.
‘Acá no es una cuestión política, es una cuestión humanitaria, no digamos que nos interesa la vida del hombre si los condenamos a semejante orfandad’, dijo, tras agregar que ‘en estas cosas soy muy decidido, no hay derechos para mis amigos ni para mis enemigos, todos los países tienen derechos a vivir bien y sanos’.
‘Frente a una pandemia tenemos que ocuparnos de esos pueblos que por una decisión política de alguien, están sometidos a un bloqueo que no le deja llegar ni comida ni remedios, por eso trate de advertir en el G20 lo que yo veo como una cuestión humanitaria’, manifestó.
Fernández, quien en el encuentro por internet con los mandatarios del G20 se manifestó por la creación de un Fondo de Emergencia Humanitaria, apuntó que del virus nadie está exentos. El mundo es una gran aldea y tenemos que asumir lo que todo esto supone.
Abogó además por cambiar un sistema capitalista que se enfocó más en lo especulativo que en lo productivo y sostuvo que si algo ha demostrado este virus que azota el mundo es que puedes acumular mucha riqueza en la vida, pero perderla en 10 minutos.
‘Tenemos que revisar cómo funciona el mundo y pensar si no tenemos que generar un sistema más igualitario para que todos tengan acceso a los bienes y servicios básicos’, manifestó.
Por otro lado precisó que ve con tranquilidad el comunicado del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial sobre los acreedores privados que deben dejar de cobrar intereses a los países en deuda, porque es imposible pagarlos.
Precisó que Argentina recibió 300 millones de dólares del Banco Mundial de crédito para cuestiones sociales y llegarán otros 35 millones más para el tema de salud exclusivamente. Hay que formalizar un gran fondo que vayan en socorro de los que más lo necesitan, creo imperioso también socializar en el mundo los elementos necesarios para hacerle frente a la pandemia. Esa fue mi demanda hoy en G20, que todos entendamos que esto no es un problema que se resuelve en soledad, remarcó.
Sobre prolongar el aislamiento total obligatorio, que concluirá el próximo martes, sostuvo que es un problema porque paraliza a la economía pero antes que nada es más importante preservar la salud de la gente.
Nuestra condición humana nos demanda solidaridad
Discurso del presidente de Argentina Alberto Fernández, en cumbre virtual de líderes del G-20, celebrada el 26 de marzo de 2020.
Nos convocamos en un momento único de la historia que nos impone actuar con valentía.
No debemos paralizarnos ni temer. Mucho menos podemos resignarnos.
Tenemos que dar una respuesta creativa en este presente que nos ha tocado en suerte.
No hay lugar para demagogias ni improvisaciones. Enfrentamos el dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente. Nosotros no dudamos en proteger integralmente la vida de los nuestros.
Con esa convicción, hemos tomado decisiones en Argentina a partir de la mejor evidencia científica disponible. Así lo seguiremos haciendo.
Quisiera que todos compartan nuestra visión. Estoy convencido que no seremos eficaces si no aceptamos que el mundo ha cambiado para siempre.
Poder sortear esta crisis y enfrentarnos a ese mundo que nace, nos exige diseñar y suscribir un gran Pacto de Solidaridad Global.
Nada será igual a partir de esta tragedia. Tenemos que actuar juntos, ya mismo, porque ha quedado visto que nadie se salva solo.
La urgencia que marcan las muertes, nos obliga a crear un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos.
La investigación sobre el COVID 19, el conocimiento científico y médico, también debe ser un bien público global.
El tiempo de los codiciosos ha llegado a su fin. Como enseña el Papa Francisco, tenemos que abrir nuestros ojos y nuestros corazones para actuar con una nueva sensibilidad.
Estas decisiones no pueden quedar libradas a la lógica del mercado, ni preservadas a la riqueza de individuos o naciones. Es hora de aprovechar este momento único para crear soluciones económicas tan extraordinarias como extraordinarios son los problemas sociales que atravesamos.
Celebro que el FMI y el Banco Mundial adviertan el ocaso del presente. Celebro que reconozcan lo insostenible de las deudas que soportamos los países más postergados.
Debemos desafiar este presente con el mismo coraje que tuvo este G-20, cuando asumió el daño causado por los paraísos fiscales, por el endeudamiento voraz y por la concentración de la riqueza.
El secreto del futuro pasa por diseñar políticas que resguarden el empleo, la producción y las mejores condiciones de vida usando todas las herramientas económicas para proveer liquidez global.
Como nunca antes, nuestra condición humana nos demanda solidaridad. No podemos quedar pasivos frente a sanciones que suponen bloqueos económi-cos que solo asfixian a los pueblos en medio de esta crisis humanitaria.
Sin mesianismos ni prepotencias debemos iniciar un tiempo de diálogo global que a todos contenga.
De ese modo, la humanidad superará esta pandemia. Pero lo que además logrará es acabar con el vicio de la exclusión social, la depredación ambiental y la codicia de la especulación.