CUBA No Es Miami.- #CubaNoEsMiami​ repasa la falta de respeto e infamia de 4 artistuchos inmorales que doblaron el lomo ante la persona que les ofendió y amenazó hasta el cansancio... personajillos que pasarán a la historia como aquellos que cambiaron a su pueblo por ventajas poltico-comerciales en el Sur de la Florida... Vendepatrias con sueldo.


Rechazo en redes sociales por usuarios dentro de Cuba del Videoclip Patria y Vida

FakeNewsVsCuba

El lanzamiento del video clip Patria y Vida realizado en Estados Unidos por Asiel Babastro en colaboración con los “opositores” Maikel Osorbo y El Funky desde Cuba, el grupo de género urbano Gente de Zona, el excantante de los Orishas Yotuel​ y el compositor Descemer Bueno​, ha generado un fuerte rechazo de usuarios de las redes sociales, dado su contenido consonante con los intereses de la derecha de Miami.

La fuerte reacción de usuarios dentro de la isla se produce entre otros motivos porque la frase empleada para dar título a la misma, “patria y vida” fuese pronunciada por Fidel Castro en un discurso dirigido a un grupo de pioneros en el contexto del regreso del niño Elian González Brotón[1]. Por lo tanto, su utilización con fines subversivos es considerada una ofensa a la memoria del líder de la revolución cubana.

Además, dicha “canción” provocó hacia los cubanos dentro de la isla un irrespeto a la dignidad nacional del pueblo cubano y sus próceres. En comentarios generados en las redes, muchos denuncian el carácter mercenario de quienes la interpretan, pues se someten a intereses foráneos por lograr contratos dentro de los medios miamenses que constituyen las dadivas que reciben por traicionar y denigrar de su patria.

También se desacreditan al atacar a un sistema social de cuyas ventajas se beneficiaron y les proporcionaron la posibilidad de desarrollarse profesionalmente. Ahora dóciles a quienes les pagan, olvidan el cariño de su pueblo y eligen vivir sin dignidad. Para un pueblo orgulloso de su historia que jamás ha inclinado su frente ante enemigo alguno, es una vileza imperdonable.

Los datos obtenidos mediante la aplicación de herramientas analíticas refrendan los siguientes resultados: la etiqueta que intentan posicionar #PatriayVida en la red social Twitter ha generado 2161 mensajes de 758 usuarios. Mientras tanto, se emplea de manera espontánea la etiqueta #PatriaOMuerte para un total de 9303 mensajes de 2419 usuarios. 


[1]  “…nosotros no debemos renunciar a la idea de Patria o Muerte, ni a la idea de Socialismo o Muerte, y voy a decir como dijo una joven diputada en la Asamblea Nacional: ¡Patria y Vida! ¡Vida para ustedes es la que queremos! (Aplausos.) No tendrán que morir nuestros pioneros.

Tal vez en la larga e histórica lucha de nuestro pueblo, que nadie podría precisar con exactitud cuándo concluirá, a nuestros pioneros, a ustedes, convertidos ya en jóvenes y en hombres y mujeres, alguna vez la patria les exija el sacrificio de la vida; pero siendo hoy más poderosos que nunca, y contando con tantas armas inteligentes, ganaremos esta batalla por la vida, y no solo por la vida de ustedes, sino por la vida de todos los niños del mundo.”

 

Cantar a la Patria, no contra ella

Desde La Bayamesa, de Céspedes, Castillo y Fornaris, escrita en 1851, hasta Me dicen Cuba, en la que Alexander Abreu insertó, en medio del son trepidante, las notas del Himno de Bayamo, la Patria ha sido cantada una, diez, mil veces, en sus más limpias y entrañables esencias. Porque un pueblo con música en el alma expresa su sentido de pertenencia en el arte que mejor lo representa

Pedro de la Hoz - Granma

Desde La Bayamesa, de Céspedes, Castillo y Fornaris, escrita en 1851, hasta Me dicen Cuba, en la que Alexander Abreu insertó, en medio del son trepidante, las notas del Himno de Bayamo, la Patria ha sido cantada una, diez, mil veces, en sus más limpias y entrañables esencias. Porque un pueblo con música en el alma expresa su sentido de pertenencia en el arte que mejor lo representa.

Contra esa tradición, permanentemente actualizada, se estrellará todo intento de pervertir sentimientos y erosionar convicciones mediante operaciones como la que, desde Miami –¡dónde si no!– hace pocas horas comenzó a circular.

No hay intenciones ocultas. El texto apuesta sin disimulo por la restauración capitalista y el derrocamiento del poder revolucionario. Al reseñar el lanzamiento, servido por los canales de comunicación al servicio de la subversión, la agencia EFE resaltó esos objetivos: «La canción es abiertamente contraria al Gobierno de Cuba y a sus políticas».

No hay argumentos, sino una retahíla de lugares comunes al discurso anticubano: una Cuba dictatorial donde predominan la mentira, la represión, la tortura; una dictadura sin apoyo popular («ya ustedes están sobrando, ya no les queda nada, ya se van bajando, el pueblo se cansó de estar aguantando»).

No hay siquiera el más mínimo atisbo de ingenio,  ni una pizca de inteligencia en la burda conversión del lema Patria o Muerte,  en Patria y Vida, título de la diatriba. Como si la defensa de la vida, de la libertad, de la resistencia, no encarnaran en la consigna que nos acompaña desde la despedida a las víctimas del sabotaje al barco La Coubre.

Tampoco sorprende la alianza de los protagonistas. Famosos, alguno que otro con talento formado en nuestro sistema de enseñanza –aunque se sabe que la fama y el talento no son sinónimos–, aupados por las corrientes de moda dentro de esa franja que se ha dado en llamar música urbana, tuvieron éxitos comerciales en Cuba.

Hasta que, deslumbrados por el afán de mayores réditos, seducidos por la farándula floridana vinculada a la industria anticubana, y con cuentas mal sacadas acerca de la capacidad de resistencia de los suyos ante las brutales embestidas del trumpismo contra nuestro pueblo, rasgaron sus vestiduras y evidenciaron la precariedad de sus principios éticos, si es que tuvieron.

Entonces, cómodamente instalados en Miami, comenzaron a  vociferar, denostar, despotricar y reescribir sus historias personales. Uno de ellos borró de su memoria los versos que cantó en 2016: («regreso a la cuna que me vio nacer / regreso a ese barrio que me vio correr / lo que fui, lo que soy y seré por mi isla bella»); otro, como para no dejar dudas de su catadura moral, renegó de haber saludado en un concierto al Presidente de la República de Cuba («fue un error… sentía miedo»), y un tercero, alentado de seguro por un subidón alucinógeno, amenazó con venir a «dar machete» contra los gobernantes.

En esto último se emparenta con un invitado a participar en el show: el delincuente que en La Habana pidió a Trump «fuego, fuego y fuego pa’ que esto se acabe»: bloqueo e invasión contra Cuba. El fuego que en el video quema una bandera cubana. El fuego de la vileza con que intentan enlodar en la letra la memoria de Martí y el Che. El fuego contra la Patria, contra la vida.

Bueno será retener en el corazón las palabras escritas por Martí a un compatriota en 1886: «La Patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se le sirve, pero no se la toma para servirse de ella». Y hacerlas acompañar por una banda sonora que incluya, entre otros temas, la Pequeña serenata diurna, de Silvio Rodríguez.

 

La farándula de Miami

A diferencia de otras farándulas, hay una radicada en Miami que es tributaria de una tradición golpista cultivada a la sombra de los peores intereses, de las peores mafias que la historia yanqui ha hospedado y prohijado

Fernando Buen Abad - Granma

Lo que menos importa es cómo se llaman (o se hacen llamar) mientras cumplan su servil cometido de ser títeres de un proyecto en el que los egos más mediocres sirven para recaudar poder y dinero oligarca. Son un ejército de individualismos dañados severamente, por la ideología de la clase dominante, que los ha llevado al Everest de las más infames lujurias antidemocráticas y alienantes. Y se creen «talentosos».

A diferencia de otras farándulas, hay una radicada en Miami que es tributaria de una tradición golpista cultivada a la sombra de los peores intereses, de las peores mafias que la historia yanqui ha hospedado y prohijado. Su Alma Mater monetaria sostiene maridajes ideológicos con la moral burguesa de la hipocresía, de la doble moral, de la traición, del crimen organizado, de la prostitución, y de todo lo que el capitalismo es capaz de infectar en su carrera demencial por acumular riquezas, y humillar a la mayoría de los seres humanos. Y se exhiben sin pudor en los medios que la burguesía les presta.

No pocos de los muchachos y muchachas incubados en la farándula de Miami, aunque tengan actas de nacimiento variopintas, son colaboradores y aportan, con alegría de «raiting», sus diezmos para financiar operaciones golpistas. Su fama y cualidades histriónicas no alcanzan para ocultar su mentalidad sumisa y reaccionaria.

La lógica del negocio tiene, siempre la tiene, una explicación muy clara: «La industria del entretenimiento más grande del mundo está, cómo no, en EE. UU., y según cifras de PricewaterhouseCoopers, generará un beneficio de unos 726 000 millones de dólares este año». Y cuanto más se acerquen a esa cifra los «famosos» de Miami, más poder acumulan para ponerlo a los pies del imperio que les provee casa, nacionalidad e identidad en el reino de los mercachifles. Para acercarse, lo más que puedan a las cifras mayores, son capaces de vender a su mismísima progenie si alguien les prometiera aplausos en las cloacas de la estulticia. Y con esa moral de siervos, ¿cómo no van a colaborar para financiar golpes de Estado, campañas de calumnias, burlas, ofensas y todo lo que sea necesario para adueñarse de todos los mercados posibles?

Esta es una forma de explicar por qué, tarde o temprano, en vivo o a distancia, todos van a parar a Miami, con las mismas empresas disqueras, televisivas, radiofónicas y editoriales. Eso explica por qué todos están montados en el mismo tipo de espectáculos (repetitivos hasta la náusea), el mismo tipo de música, canciones, temas y mercadotecnia. Eso explica por qué todos distribuyen igual, piensan igual, se visten igual y comparten la misma milimétrica mediocridad servil. Se han convertido en una costra tóxica de la industria cultural de masas, plagada por parásitos que gritan, desde su uniformidad mercantil, que son cada uno originales, distintos y únicos seres tocados por la mano de Dios. Y chantajean a los pueblos de mil maneras.

No importa cómo se llamen, cómo se disfracen ni qué argucias inventen… hasta su mejor faceta humana está intoxicada por la moral de mercachifles, incluida la misión publicitaria de dar limosnas, hacerse pasar por buenas personas o acariciar a los niños huérfanos. Y evadir impuestos. En Miami tiene asiento la farándula más denigrante que es antología del horror burgués y que se ha vuelto, cada día, más cínica mientras se exhibe en nombre del arte, la cultura y el «entretenimiento». Una verdadera aberración que en sus ribetes delincuenciales, también llena páginas largas, de las páginas más amarillistas, para seguir facturando a diestra y siniestra.

¿Cómo llegamos a este horror farandulero? Llegamos arrastrados por la degradación del capitalismo que fabrica, sin descanso, militantes serviles del engaño, del espejismo y del hurto, cada vez más especializados en comerciar con los gustos, los sentimientos, las alegrías y las tristezas de la clase trabajadora. Llegamos hasta aquí no para quedarnos con los brazos cruzados. Y eso incluye a todos los pocos que, aun ingenuos, son forzados a dejarse extorsionar y manosear en la meca del circo mediático golpista. Es hora de dar, de profundizar, la batalla económica socialista, la batalla política para organizarnos y movilizarnos desde las bases y la batalla de las ideas.

Contra Cuba
William LeoGrande, decano emérito de la Facultad de Asuntos Públicos de la American University en Washington, D.C. Foto: American University Washington DC....
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