Ningún estudio proporciona evidencias científicas de que existieran ondas de radiofrecuencia de gran intensidad en áreas donde se ubicaron los diplomáticos, recalca Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos de la Cancillería de Cuba. Video: TV Cubana.


Denuncian oscuros intereses detrás de campaña de Estados Unidos contra Cuba

Juventud Rebelde.- Oscuros intereses se mueven detrás de la campaña sobre el presunto Síndrome de La Habana, denunció hoy Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos de la Cancillería de Cuba.

Ningún informe o estudio divulgado en Estados Unidos, Cuba o el mundo proporciona evidencias científicas de que existieran ondas de radiofrecuencia de gran intensidad en el área donde se ubicaron los diplomáticos que reportaron síntomas de salud, dijo la funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores (MinRex).

Los únicos que ganaron con esta historia son los integrantes de un grupo minoritario y reaccionario de políticos desesperados y dispuestos a echar mano a cualquier recurso para tratar de imponer y perpetuar el curso de confrontación, mentiras e injusticia en la política de Washington contra el pueblo cubano y los propios estadounidenses, afirmó.

Tablada sostuvo que el grupo de expertos de Cuba que investigó este tema declaró y explicó por qué la tesis expuesta más recientemente es una hipótesis poco probable, y ciertamente no un hecho demostrado como intentan fijar en el imaginario de las personas medios y fuentes sin identificar.

Agregó que la Academia de Ciencias de Cuba discrepó sobre esta posibilidad que calificó de una especulación presentada como una hipótesis más, no sustentada por argumentos en el cuerpo del informe publicado de las Academias de Ciencias de Estados Unidos. Los propios estadounidenses no pueden asegurar cuál es la causa de los síntomas reportados y es crítica la ausencia de información solicitada al gobierno de Washington que limitó su estudio.

Reiteró la diplomática que la Academia de Ciencias y el equipo de expertos cubanos rechazan la politización del tema y reiteraron recientemente el llamado a la colaboración entre ambos países para solucionar el asunto y establecer la verdad.

Tablada subrayó que hasta hoy lo más concreto y factual que hemos visto es que fueron reportados síntomas con una diversidad tal que incluso los médicos del Departamento de Estado explicaron, al igual que los científicos cubanos, que no pueden atribuirse tantos elementos a una causa común.

Recordó la funcionaria que la acusación infundada contra su país de los ataques sirvió de pretexto para la retirada de la mayor parte del personal de la Embajada de Washington en La Habana, en 2017, unido a una secuencia inédita de acciones de hostilidad y retroceso en las relaciones entre ambos países y pueblos.

Aseveró que tras el cambio de gobierno en la Casa Blanca estamos ante un nuevo ciclo de artículos y filtraciones sobre la supuesta existencia de ataques, palabra no utilizada por los voceros oficiales del gobierno de Washington en sus más recientes declaraciones, según reseña PL. Puntualizó que el denominador común de este conjunto de publicaciones es la especulación política, la manipulación y ausencia de fuentes primarias y la referencia engañosa que asume y presenta como un hecho cierto un supuesto síndrome que no fue demostrado por la ciencia.

La Subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Minrex apuntó que no existe en realidad algo así como el Síndrome de la Habana fuera de la propaganda, pero vivimos en un mundo, subrayó, en que las percepciones importan más que las realidades.

Dijo que las pesquisas del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Ministerio del Interior (Minint) de Cuba fueron serias y concluyentes al descartar la existencia de los ataques sónicos ultrasónicos o infrasónicos.

Tablada recalcó que Cuba no ha puesto en duda que existieran síntomas de salud, ha investigado el tema desde la esfera policial, médica y científica y ha hecho muchos intentos y llamados a cooperar entregando información de sus investigaciones al gobierno de Estados Unidos.

La diplomática concluyó que la víctima principal de toda esta saga parece que es nuevamente la verdad. Las medidas tomadas sobre la base de especulaciones no confirmadas no han sido revertidas y el sufrimiento que han provocado al pueblo cubano, a las familias y a las relaciones bilaterales y entre los pueblos solo ha sido agravado, dijo.

Recientemente la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, manifestó que las agencias y departamentos de todo el gobierno federal trabajan para abordar los «incidentes sanitarios inexplicables» que a veces se reportan en diferentes agencias y que no ocurrieron en un solo lugar.

Mientras voceros como el senador Marco Rubio, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, insisten en el denominado Síndrome de La Habana pese a la negativa de Cuba, avalada por estudios científicos, que se aparta categóricamente de esas acciones.

 

El síndrome del engaño de EE. UU. contra quienes se le oponen

A pesar del esfuerzo de Cuba, de la comunidad internacional, e incluso de un grupo importante de científicos estadounidenses que saben que no existen evidencias sobre la posibilidad de los mal llamados ataques sónicos, vuelve la trama sesgada de la supuesta agresión a funcionarios de EE. UU.

Raúl Antonio Capote

Granma

Los tráilers de lo que parece ser una nueva temporada de la serie «El Síndrome de La Habana» comienzan a exhibirse en los medios de comunicación rentados. La historia sigue el guion de las puestas en escena anteriores.

A pesar del esfuerzo de Cuba, de la comunidad internacional, e incluso de un grupo importante de científicos estadounidenses que saben que no existen evidencias sobre la posibilidad de los mal llamados ataques sónicos, vuelve la trama sesgada de la supuesta agresión a funcionarios de EE. UU.

Según refiere CNN, agencias federales de Estados Unidos están investigando dos nuevos incidentes, esta vez en suelo de esa nación, incluido uno cerca de la Casa Blanca en noviembre del año pasado, «similares a los ataques misteriosos e invisibles que han provocado síntomas debilitantes para decenas de funcionarios estadounidenses en el extranjero».

Ambas «víctimas», uno de ellos un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, supuestamente sufrieron los mismos síntomas inexplicables que el personal estadounidense en Cuba, China y Rusia comenzó a experimentar a partir de finales de 2016: dolor de oído, vértigo, fuertes dolores de cabeza y náuseas, a veces acompañados de un «ruido direccional penetrante» no identificado.

Debemos recordar que científicos británicos y estadounidenses determinaron, en 2019,  tras analizar la grabación del «ruido direccional penetrante», que se trataba del eco del chillido del grillo de cola corta de las Indias.

En otro incidente narrado por un exfuncionario estadounidense, según cnn, infantes de marina en una base remota en Siria desarrollaron síntomas similares a los que insisten en acuñar, nombrar y establecer en la opinión pública internacional como el «síndrome de La Habana», poco después de que un helicóptero ruso sobrevolara la base.

La demonización o satanización es una técnica retórica e ideológica de desinformación o alteración de hechos y descripciones, utilizada para construir una imagen negativa y justificar el castigo al adversario.

La trama de los supuestos ataques sónicos, bautizada con toda intención como «Síndrome de La Habana», sirvió de pretexto, como se desclasificó recientemente, para enrarecer seriamente las relaciones entre Cuba y ee. uu., durante la administración Trump, así como para justificar las medidas coercitivas aplicadas contra la Isla en todos los terrenos.

El nuevo equipo de Seguridad Nacional del presidente Joe Biden también ha dado a la investigación de los incidentes sónicos una prioridad máxima, dijo recientemente, un alto funcionario, según Chicago Tribune.

Bill Burns, nuevo director de la cia, dijo a los senadores, durante su audiencia de confirmación, que llegará al fondo de los «ataques de La Habana».

No sorprende que el senador Marco Rubio alegara que el número de afectados podría ser mayor e involucraría a más de 40 diplomáticos y familiares en la Embajada de Estados Unidos en La Habana, y al menos a una docena de diplomáticos en el consulado en Guangzhou, China.

La falacia de los supuestos ataques sirve para justificar el intento de privar de combustibles, alimentos y medicinas al pueblo cubano.

Para algunos «es necesario mentir como un demonio, sin timidez, no por el momento, sino intrépidamente y para siempre (...). Mentid, amigos míos, mentid, que ya os lo pagaré cuando llegue la ocasión», dijo Voltaire. Sin duda, mienten sobre Cuba, sin timidez, como verdaderos demonios.

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