Canal Caribe.- El Miembro del Buró Político y Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este martes los vínculos de Twitter con agencias gubernamentales de Estados Unidos para realizar acciones de Guerra Psicológica contra Cuba.


Twitter no quiere que leas esto sobre Cuba

La Habana, 29 dic (Prensa Latina) En 2019 organismos y medios cubanos fueron suspendidos en Twitter horas antes de que el presidente Miguel Díaz-Canel se dirigiera al país, hoy se sabe que esta y otras acciones se ejecutaron en complicidad con el gobierno estadounidense. Este mes, el nuevo propietario de Twitter, Elon Musk, promocionó filtraciones que él mismo realizara a determinados periodistas con comunicaciones internas de la plataforma de redes sociales.

Con el nombre de Twitter Files, las informaciones hechas públicas hasta el momento demuestran la participación directa de instancias del gobierno estadounidense en acciones de guerra psicológica y censura de determinados contenidos.

Aunque Twitter no es una red social de gran penetración en Cuba, desde esta plataforma se han realizado varias operaciones de guerra híbrida de cuarta generación dirigida a provocar un estallido social.

En julio de 2021, pocos días después de disturbios en varias ciudades del país, el canciller de la mayor de las Antillas, Bruno Rodríguez, denunció que, bajo la etiqueta SOSCuba y violando las propias normas de la plataforma de redes sociales, operadores políticos utilizaron de manera activa etiquetas, robots, trolls y alteraron sistemas de geolocalización en una campaña para promover la violencia en la isla.

Los principales promotores de la campaña habían recibido financiamiento del Departamento de Estado y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Periodistas cubanos denunciaron en marzo de 2022 la creación de más de 200 cuentas automatizadas en Twitter que buscaban posicionar nuevamente la etiqueta SOSCuba, como parte de la guerra mediática contra la isla.

En julio de 2022, coincidentemente un año después de los disturbios, la Unión de Periodistas de Cuba denunció el desarrollo de una campaña similar a la de 2021.

De los más de mil 300 usuarios que participaron apenas 194 fueron responsables del 90 por ciento de los mensajes emitidos, algunos de ellos con cuentas automatizadas y un comportamiento que violaba abiertamente las reglas de la comunidad de Twitter.

Recientemente, varios medios de la isla fueron etiquetados por la plataforma como afiliados al gobierno cubano, lo que limita el alcance de sus mensajes al eliminar sus tuits de su sistema de recomendaciones.

En los Twitter Files se supo también que muy a menudo agencias de inteligencia estadounidenses e instituciones gubernamentales pedían, e incluso pagaban, para que largas listas de cuentas seguidoras del presidente Díaz-Canel fueran suspendidas o censuradas, al igual que determinadas etiquetas, tuits o contenidos.

Al valorar esta información, el mandatario cubano señaló que las revelaciones demuestran la complicidad de las plataformas tecnológicas con el gobierno de Estados Unidos y evidencian la subordinación a las operaciones de guerra psicológica, que violan la legislación de los países víctimas, como Cuba, de estas acciones.

El tema fue llevado por Cuba incluso a Naciones Unidas en noviembre de este año, sin que trascendiera.

Twitter Files corrobora la complicidad de las empresas tecnológicas con el gobierno estadounidense, demócrata y republicano, pero se produce por intereses personales de Elon Musk, quien anunció que restablecerá la cuenta del expresidente Donald Trump, conocida por divulgar noticias falsas.

Mientras expertos ven con recelos el aparente divagar del magnate de origen sudafricano, la información que revela es apenas la punta del iceberg de un secreto a voces desde hace varios años: las empresas tecnológicas colaboran con terceros promoviendo productos o discursos y narrativas como parte de campañas de desinformación.

 

Así publicó en la misma red social el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, al visibilizar la denuncia del editor de Substack, Matt Taibbi, quien reveló que «en las largas listas de cuentas que recibió Twitter con indicaciones de censura, se encuentran usuarios cubanos, "marcados para moderación o ejecución digital"». 

Taibbi también afirma que «el gobierno de EEUU estuvo en contacto constante no solo con Twitter sino con prácticamente todas las empresas tecnológicas importantes… Estos incluyeron Facebook, Microsoft, Verizon, Reddit, incluso Pinterest y muchos otros», escribió el diplomático cubano. 

Rodríguez Parrilla reiteró su denuncia con respecto a Cuba, realizada en la Asamblea General de la ONU durante la presentación del proyecto de Resolución A/77/L.5, titulado «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», el 3 de noviembre de 2022: 

«El pasado 24 de octubre, las transnacionales estadounidenses Twitter y Meta (Facebook), que ahora tiene entre sus principales directivos a quien fuera jefe de campaña de un senador republicano anticubano; desplegaron, en simultáneo, acciones de censura contra medios públicos y usuarios cubanos. Etiquetaron a publicaciones que han visto limitados sus alcances en las redes y eliminaron cuentas críticas de las operaciones desestabilizadoras contra nuestro país. Fue una acción selectiva, coordinada, que viola el derecho a la libre expresión de los cubanos y que expresa la subordinación de estas empresas a los arbitrios de los políticos estadounidenses».

A propósito de los tentáculos de la política estadounidense y sus alcances, el periodista y escritor estadounidense Matt Taibbi señaló que las agencias de inteligencia de EE.UU. exigían a la plataforma censurar historias de política exterior que iban en contra de la narrativa aprobada por Washington, informa Rusia Today.

«Los archivos muestran al FBI actuando como portero de un vasto programa de vigilancia y censura de las redes sociales, que abarca organismos de todo el Gobierno federal, desde el Departamento de Estado hasta el Pentágono y la CIA», indica el hilo del periodista en esa red social, que «tenía tantos contactos con tantas agencias que los ejecutivos perdieron la cuenta».

Según el escritor, especialmente a vísperas de las elecciones presidenciales de 2020, las agencias federales «abrumaron a Twitter con solicitudes, enviando listas de cientos de cuentas problemáticas». «Había tantas peticiones gubernamentales que los empleados de Twitter tuvieron que improvisar un sistema para priorizarlas», destacó.

En particular, Taibbi informó que la oficina del FBI de Nueva York incluso envió solicitudes de los «nombres e identificadores de usuario» de una lista de cuentas nombradas en un artículo de Daily Beast, y los altos ejecutivos dijeron que «se sienten completamente cómodos» haciéndolo.

Así, las denuncias del FBI casi siempre se describían como una «posible infracción de los términos del servicio», detalló el escritor.
La «intromisión extranjera» fue la justificación para ampliar la moderación, indicó Taibbi. También añadió que altos cargos de la red social estaban «sometidos a una presión constante para validar las teorías sobre la influencia extranjera», pero a menudo no podían encontrar pruebas de violaciones. 

En este sentido, el escritor hace referencia a un correo electrónico de un empleado que escribe que «no encontró vínculos con Rusia» en las cuentas enviadas por la inteligencia, pero a su vez sugiere que podría «hacer una lluvia de ideas» para «encontrar una conexión más fuerte».

 
 
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