Nueva York, 26 sep (Prensa Latina) La Ley Helms-Burton justifica acciones punitivas contra Cuba, aseguró hoy el canciller de la nación caribeña, Bruno Rodríguez, al calificarla como la de mayor alcance entre las disposiciones impuestas por Estados Unidos contra su país.
Durante un conversatorio con representantes jurídicos norteamericanos sobre las implicaciones de esa normativa, Rodríguez aseguró que se trata de un instrumento insuficientemente estudiado, a pesar de las graves implicaciones que plantea para el derecho internacional.
El titular de Relaciones Exteriores detalló cómo la Ley codifica en sus cuatro capítulos la obligación del gobierno de Estados Unidos de mantener y velar por el cumplimiento de su nocivo impacto contra el pequeño país insular.
La Helms-Burton interfiere no solo en las relaciones económicas de Cuba, sino también en los de terceros países al considerar a la isla como una amenaza, lo que sirve como justificación para acciones punitivas.
“Estoy bastante seguro de que pueden haber muy pocos funcionarios en el gobierno de los Estados Unidos que consideren seriamente a Cuba como una amenaza a la seguridad nacional, pero la verdad no importa”, remarcó el titular.
Por su parte, Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores, calificó la normativa como un instrumento de miedo que considera una amenaza el hecho de atracar en un puerto cubano o rentar una casa en el territorio insular.
La Ley beneficia solo al grupo político que apuesta por el aislamiento de Cuba, remarcó el representante a una pregunta de la audiencia.
Mientras que, por el contrario, perjudica a cualquier país, banco o empresa interesado en comerciar con la mayor de las Antillas.
Sin esta disposición la economía cubana estaría mucho mejor incluso sin contemplar comercio alguno con Estados Unidos, subrayó al respecto Fernández de Cossío.
Formalmente llamada Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana, la Helms-Burton es conocida así por sus principales promotores, el senador por Carolina del Norte, Jesse Helms, y el representante por Indiana, Dan Burton.
El instrumento entró en vigor en marzo de 1996 y desde entonces mantiene su esencia agresiva y hostil contra Cuba, e incluso, contra aliados importantes de Estados Unidos como Canadá o los países miembros de la Unión Europea.