Cuba en Resumen

Natali partió este 1ro de enero, luego de luchar como una guerrera contra la cruel enfermedad que marcó su corta vida los últimos cinco años.

Dairelis Méndez y Pedro Armando Rodriguez, sus jóvenes padres, se trasladaron desde Camagüey a La Habana en plena pandemia para su tratamiento.

Un agresivo Sarcoma de Ewing fue detectado por los médicos cubanos cuando Natali tenía sólo 2 años.

Toda la familia, abuelos, tíos, primos y amigos de Camagüey se movilizaron para apoyar a la niña y sus padres, ambos estudiantes de ingeniería cursando los últimos años de la carrera.

Natali y sus padres se trasladaron a La Habana, fue tratada en la sala de Pediatría del Hospital de Oncología en la que fue operada, tristemente tuvieron que amputar la tibia completa y el pie. Fue tras esa difícil etapa que un equipo de Resumen Latinoamericano tomó contacto con sus padres y familia para registrar en un documental el impacto del bloqueo en las infancias cubanas afectadas de graves enfermedades.

Para las realizadoras, Yaimi Ravelo e Iriana Pupo, y para todos los que integramos la corresponsalía en Cuba de Resumen Latinoamericano, y el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, fue un reto muy grande reflejar el sufrimiento de las familias cubanas, cuyos niñas y niños luchan por vivir en medio de las dificultades que impone la crueldad sin límites del bloqueo. Así nació La gota de agua, traducida y exhibida en Cuba, América Latina, EE.UU y Europa. Hasta llegar en noviembre pasado a la sede del Parlamento Europeo, en ocasión del Tribunal Internacional contra el Bloqueo.

La solidaridad internacional no sólo se conmovió, gracias a los médicos de Brasil graduados en Cuba y en especial a Carmen Diniz, coordinadora del Comité Carioca de Solidaridad con Cuba y del capitulo brasileño del Comité Internacional, se pudieron obtener las medicinas para su tratamiento. En ello colaboraron también funcionarios de embajadas latinoamericanas como las de México y Bolivia, posibilitando el arribo de una silla de ruedas infantil y medicinas.

Al esfuerzo de garantizar su tratamiento se sumaron los amigos de Puentes de Amor en EE.UU, el amigo Juan Francisco de España, testimoniante en el Tribunal contra el Bloqueo. Maria Elena Quintero compañera de la solidaridad Mutua Venezuela-Cuba y los amigos chilenos de la Fundación Varsot, su presidente Rodrigo Devia, Antonio Alonso y Marco González, que contribuyeron con inestimable generosidad para apoyar su calidad de vida.

A los médicos y enfermeras que la trataron en la sala de oncologia del Hospital Pediátrico William Soler y en el Hospital de Oncología de La Habana, a Iriana Pupo y su familia, a Yaimi Ravelo, a Marco González, al sistema de TV cubano y el Canal Caribe, a Telesur, al cine Chaplin del ICAIC, al gran artista plástico Nelson Domínguez que hizo la ilustración del cartel de la Gota de agua, al ICAP, a todos nuestros compañeros y amigos, nuestro agradecimiento por el amor y el acompañamiento.

Al gobierno cubano, que sufre junto a los pacientes y las familias la falta de medicinas y paga el triple de su valor en países lejanos por no poder adquirirlas en EE.UU producto el bloqueo, lo que retrasa el comienzo o continuidad de los tratamientos a los pacientes, con toda la carga de angustia que eso genera en los enfermos, sus familias y los médicos.

Hoy renovamos el compromiso, en memoria de Natali y de todos los niños y adultos con graves enfermedades, de redoblar nuestra lucha para poner fin al inhumano bloqueo.

Despedimos a Natali en Calabazar, con la modestia de los humildes y el desgarro que significa la partida de una niña.

Lloramos junto a sus padres, abuelos, tíos y amigos, como lloran las madres y padres palestinos ante el horror que se comete con sus hijos.

No es sólo la vida tan injusta con los buenos, hay culpables de este sufrimiento atroz. Decía Miguel Hernández en su elegía a su amigo: “No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta”… nosotros jamás perdonaremos el dolor y el crimen que comete EE.UU con nuestras infancias.

Vuela alto preciosa Natali, inocente y pura como todos los niños de la tierra.
Siempre te recordaremos con tus inmensos ojos de coral negro que iluminaban la vida y tus alas de mariposa de infinitos colores. Vivirás en el alma de tus padres y en todos los que tanto te amamos.