Cuba por Siempre

La política agresiva del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba ha tenido varios capítulos, unas veces más explícitos, otras menos, pero siempre sosteniendo la esencia del intervencionismo. La llegada de un nuevo representante a la “sede diplomática” de La Habana presupone un salto a los años en que desde allí, de la forma más descarada, se impulsaba a grupúsculos contrarrevolucionarios.

Mike Hammer, un experimentado “diplomático” con más de 30 años de servicio en el Departamento de Estado, tiene como carta de presentación sus logros en la desestabilización de varios países africanos, aún hoy en caos gracias a su gestión. Asume su cargo con el objetivo de concretar una política exterior estadounidense más agresiva contra Cuba, y así lo demuestra su activa agenda.

En tal sentido, no podía ser más ilustrativo que su primer encuentro oficial en La Habana fuera con Petr Kavan, embajador de la República Checa en Cuba, un estado que prestó sus instalaciones diplomáticas en la isla para la promoción de actividades subversivas y organizó varias acciones contra Cuba desde la Unión Europea.

Uno de los puntos más tensos de las relaciones entre ambos países se produjo en el año 2001, tras la detención de los ciudadanos checos Ivan Pilip (quien entonces era diputado del parlamento de su país) y Jan Bubenik. Estos, violando su estatus de turistas y cumpliendo indicaciones de la organización contrarrevolucionaria asentada en Estados Unidos, Freedom House (financiada por la USAID), mantuvieron reuniones de carácter conspirativo con integrantes de pequeños grupos subversivos residentes en la provincia de Ciego de Ávila.

Igualmente, su reunión en Miami con el almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur de EE.UU., para discutir el tema de Cuba y la “seguridad nacional en el hemisferio occidental”, confirma la activación de una política del garrote mucho más activa y visible, coincidente con la actitud de la nueva administración de Washington.

En su viaje por La Florida, también visitó las oficinas de Radio y TV Martí y estableció contacto con el mecanismo de medios y “periodistas” financiados abiertamente con presupuestos millonarios del gobierno estadounidense para la subversión contra Cuba. Cabe señalar que en marzo de 2024, la Oficina de Transmisiones hacia Cuba recibió directamente del presupuesto unos 25 millones de dólares.

Sus “encuentros” indican tres vertientes de interés fundamental en la organización de la actividad subversiva: reflotar la contrarrevolución tradicional de los “partidos políticos”, volver sobre el tema religioso por su alta sensibilidad social y manifestar su apoyo incondicional a la nueva generación de “operadores de cambios” provenientes de “movimientos de la sociedad civil” y “medios de prensa alternativa”.

El tema religioso…

El gobierno de los Estados Unidos ha mantenido a Cuba en una lista negra sobre países que violan la libertad religiosa, argumentando una supuesta persecución y acoso a fieles y líderes religiosos, lo cual ha sido rechazado incluso por instituciones religiosas estadounidenses, demostrando el mero carácter político de esta designación como mecanismo de presión.

Por tanto, no es de extrañar la visita de Hammer a la capilla de la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, teniendo en cuenta el simbolismo que ella entraña para el pueblo cubano. Al mismo tiempo, ha hecho públicas sus entrevistas con líderes de las iglesias protestantes, así como de las comunidades hebrea y judía, aunque su máxima prioridad fue la Iglesia Católica, sosteniendo reuniones con los obispados de Santiago y Matanzas, así como con el arzobispado de La Habana.

Reflotar la contrarrevolución tradicional de los “partidos políticos”…

Desde los primeros días de la llegada del nuevo “encargado de negocios” a La Habana, las redes sociales de la Embajada de EE.UU. hicieron públicos los intereses sobre la imagen de José Daniel Ferrer, líder de la “Unión Patriótica de Cuba” (UNPACU), una de las tantas organizaciones financiadas por la NED y la USAID para “organizar” la contrarrevolución en supuestos “partidos políticos de oposición” en Cuba. Estas organizaciones, desprestigiadas al interior de la sociedad cubana, apenas sobreviven gracias a esos financiamientos directos del gobierno de EE.UU., con el ánimo de intentar sostener en la política exterior yanqui el argumento de que en la isla existe una oposición organizada y actuante.

Ferrer es un personaje conocido por aquella escena deprimente (transmitida por los medios nacionales como parte de una denuncia del Estado cubano), en la que golpeaba su cabeza contra una mesa para simular, a través de una autoagresión, que era maltratado por oficiales del Ministerio del Interior.

Su recorrido por las vetustas organizaciones contrarrevolucionarias lo llevó también a Félix Navarro y Oscar Elías Biscet, pertenecientes al “grupo de los 75”, según los denominan sectores de la disidencia: una generación de mercenarios que fueron denunciados y procesados en 2003 por mantener colaboración con los servicios secretos norteamericanos y grupos terroristas radicados en Miami.

Asimismo, ha dado prioridad mediática a las no menos desacreditadas “Damas de Blanco”, un grupúsculo creado como supuesto “movimiento ciudadano” para reunir a esposas y otros familiares de “presos políticos”. Se trata de un magro montaje escenográfico que ha intentado emular la fórmula de las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina, auténticas luchadoras por la memoria de sus hijos y nietos torturados y asesinados, cuando en Cuba no hay ni torturados ni asesinados.

Las visten de blanco —un color asociado con la paz y la pureza—, les colocan un gladiolo y las llevan a la iglesia católica más cercana, que es un escenario perfecto para que las vean en Europa. Y ya cuando las tienen preparadas, dicen: «¡Cámaras, acción!», y ahí están casualmente CNN, EFE y demás “medios libres”. Es una película de ficción que siempre tiene en la acera de enfrente, fuera de pantalla, a diplomáticos europeos y estadounidenses, quienes son, en definitiva, los financistas y productores.

Las Damas de Blanco y el propio José Daniel Ferrer, como gran parte de la llamada “oposición” en Cuba, han recibido numerosos premios y reconocimientos internacionales, sobre todo en Europa. El objetivo de estos “premios” es doble: a la vez que sirven de financiamiento a los grupúsculos opositores, construyen una fachada de legitimidad, de la cual no disfrutan en Cuba, ante el público y los medios de prensa occidentales.

Apoyo incondicional a la nueva generación de “operadores de cambios”…

Si Miami es una parada imprescindible cuando se habla del agrupamiento anticubano, Madrid ha sido otra de sus plazas favoritas, donde sectores reaccionarios de la política madrileña han acogido a todo tipo de personeros y asalariados de la USAID que actúan contra Cuba y Venezuela. En su visita a la capital española, se reunió con la nueva generación de “operadores de cambios” provenientes de supuestos “movimientos de la sociedad civil” y “medios de prensa alternativa”, todos “libremente dependientes” de las subvenciones del gobierno de EE.UU.

Ciudadanía y Libertad es una de las organizaciones con las que Mike Hammer estableció contacto. Fundada en Madrid en 2023, está supuestamente dedicada a la “promoción y protección de los derechos de asociación, reunión pacífica y participación política”. Sin embargo, más bien parece un repositorio de “opositores” llegados a Europa que funcionan como un megáfono gritando en las instituciones europeas según las indicaciones que les llegan de Miami o Washington.

Esta organización aglutina personajes como Magdiel Jorge Castro, miembro del extinto grupúsculo “Archipiélago”, luego expulsado de Bolivia por infringir las leyes del país andino debido a actividades subversivas a través de las redes sociales y asociado a otro medio USAID-dependiente como CiberCuba; Amelia Calzadilla, una construcción mediática que pretendía representar la supuesta lucha de una madre cubana y que poco tiempo después de la puesta en escena se desmoronó; y Anet Hernández, “activista de la intelectualidad”, encargada de la supervisión y evaluación de programas. Todos están dirigidos por Carolina Barrero, salida del ya mencionado “Archipiélago”.

La presencia de Jon Piechowski en las acciones de Hammer en Madrid confirma la importancia que el gobierno de EE.UU. otorga a esos sujetos radicados en el exterior en sus planes subversivos contra Cuba, a los cuales presta atención a través de su embajada en España. Piechowski, uno de los principales consejeros de la sede diplomática estadounidense, ocupó anteriormente el cargo de subsecretario adjunto para América Latina del Departamento de Estado, siendo un actor clave en una política agresiva contra Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Lázaro Mireles, del Movimiento Acción por la Democracia; Yanelis Núñez, del Observatorio de Género de la revista feminista Alas Tensas; Iliana Hernández, periodista de Clic Cuba; Luz Escobar, de Diario de Cuba; y Angélica Garrido, del Directorio del Frente Femenino del Partido Republicano, fueron otros de los asalariados que acudieron al llamado del nuevo gestor público de la actividad subversiva contra Cuba.

Mike Hammer avanza con su agenda bajo el reflector de la diplomacia estadounidense, como si el guion de la Guerra Fría hubiera encontrado un nuevo protagonista. Es un capítulo renovado en la larga historia de intervencionismo estadounidense contra Cuba, una estrategia que, lejos de debilitarse, se adapta a nuevos rostros y tácticas. Desde los grupúsculos financiados en la isla hasta los operadores de cambio en el exterior, Hammer encarna la persistencia de una política que busca desestabilizar a cualquier precio, pero que no logrará torcer el rumbo asumido por un pueblo que, a pesar de las presiones, sigue resistiendo, enfrascado en la construcción de un proyecto de sociedad socialista y soberano.