Cubadebate

Falleció este lunes, a los 70 años, el excongresista republicano Lincoln Díaz-Balart, impulsor de sanciones contra Cuba en el Congreso de Estados Unidos, informó su hermano, Mario Díaz-Balart.

Lincoln, quien había llevado un tiempo de batalla contra el cáncer, fue autor del requisito para la imposición de sanciones contra Cuba, que arreció el bloqueo, asegurando que cualquier flexibilización de esta inhumana ley estuviera sujeta a cambios políticos en la mayor de las Antillas.

Su carrera política comenzó como demócrata, pero luego cambió al Partido Republicano.

Sirvió en la Legislatura de Florida, primero como representante estatal de 1986 a 1989, y luego como senador hasta 1992.

Desde su llegada al Congreso, en 1993, hasta su retiro en 2010 trabajó para mantener la presión contra Cuba, siempre partidario del uso de la violencia contra su pueblo.

El 27 de agosto de 1994, por ejemplo, recomendó abiertamente a la Casa Blanca permitir a los terroristas de Miami lanzar ataques contra el archipiélago desde el territorio estadounidense.

Él y el grupo Comandos L llegaron a exigir una suspensión “temporal” de la Ley de Neutralidad, con el propósito de lanzar operativos armados contra la nación caribeña.

Como parte de sus hazañas de defensor de los “derechos humanos”, Díaz-Balart se dirigió en dos oportunidades a la presidenta Mireya Moscoso de Panamá para que indultara al terrorista Luis Posada Carriles, cuya liberación reclamó luego de su llegada ilegal en territorio norteamericano.

En 2011 intentó reorganizar el grupo mafioso clandestino La Rosa Blanca, que había sido creado por su padre, Rafael Díaz-Balart, exministro del Interior del régimen dictatorial de Batista.

Lincoln Díaz-Balart fue uno de los exponentes más notorios del lobby anticubano en Estados Unidos.

 

La gloria de los apóstatas

Este lunes falleció el excongresista estadounidense Lincoln Díaz-Balart, a los 70 años

Raúl Antonio Capote

Granma

La noticia del fallecimiento de Lincoln Díaz-Balart, a los 70 años, tras un largo padecimiento de cáncer, ocupó el lunes la plana de los principales medios de comunicación en la Florida. No faltaron los panegíricos a sus virtudes «cívicas» y «democráticas».

Político y abogado, nacido en La Habana en 1954, representó durante varios años a la comunidad cubana e inmigrante en la Legislatura de Florida y en el Congreso Federal.

Frases referidas a su «amor y compromiso» con Cuba tuvieron destacada presencia en los discursos de despedida, y en las páginas de los diarios.

Ese «amor y compromiso» lo demostró a lo largo de su vida, con tal consagración, que llegó a ser uno de los más connotados enemigos del pueblo cubano.

Patrocinador y defensor de terroristas, promotor entusiasta del sistema de medidas coercitivas unilaterales contra la Isla, no descansó nunca en su empeño de causar el mayor sufrimiento posible a los habitantes de la Mayor de las Antillas.

Lincoln, con el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana, llegó a la Cámara de Representantes de ee. uu. en 1992, siendo nombrado para el Comité de Reglamento, el cual decide qué proyectos de leyes pueden llegar al Pleno, y qué enmiendas pueden ser debatidas.

Desde esa posición, anuló todo aquello que pudiera perjudicar al Estado de Israel, abogó por el reforzamiento del bloqueo económico a Cuba, y persiguió cuanto intento por atenuarlo llegara a la Cámara de Representantes.

Otro ejemplo de su «amor» se hizo patente cuando se opuso al retorno del niño Elián González a la Patria, o cuando participó en la creación de las emisoras subversivas de radio y televisión contra la Isla.

Destacó, además, por su pronunciamiento, en 1994, a favor del bloqueo naval a Cuba, durante la llamada crisis de los balseros.

Así, el 27 de agosto de 1994 recomendó, abiertamente, a la Casa Blanca, permitir a los terroristas de Comandos l lanzar ataques contra el archipiélago, desde territorio estadounidense.

Lo antes mencionado sería suficiente para alcanzar «la gloria de los apóstatas», pero a su currículo hay que adicionar que, junto a su hermano Mario, en 1996, asesoraron al senador Jesse Helms y al representante Dan Burton en la redacción del articulado de la extraterritorial Ley Helms-Burton.

Luego de su retiro como congresista, en 2011, dio impulso a la organización del Instituto La Rosa Blanca, entidad terrorista fundada por su padre Rafael Díaz-Balart, corrupto político batistiano quien, después de 1959, marchó a Estados Unidos.

Lincoln se graduó de abogado en una universidad de Cleveland. Ejerció en Miami, donde defendió a terroristas de la calaña de Orlando Bosch Ávila, Luis Posada Carriles y muchos otros más.

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