Yeanny González Peña - Prensa Latina.- Un denominado Movimiento Democracia en Miami promueve la incursión de flotillas en aguas territoriales cubanas para provocar y llamar a la subversión en la isla, denunció hoy la publicación digital Cubadebate.

Ricardo Alonso Venereo - Granma.- Mientras nuestro pueblo lleva adelante la actualización de su modelo económico para garantizar la continuidad del socialismo, y miles de cubanos se esfuerzan por aportar cada día más a la sociedad, desarrollando nuevas vacunas, construyendo, cultivando la tierra o entregando su talento para que seamos más cultos y educados, otros cubanos, actuando diferente, quieren vivir sin dar nada y queriéndolo todo.

Cubadebate.- El llamado Movimiento Democracia en Miami con el delincuente Ramón Saúl Sánchez Rizo, es una organización terrorista y provocadora, creada el 13 de julio de 1995. Ahora se constituye en promotora de las llamadas flotillas, que en 17 ocasiones han violado las aguas territoriales de Cuba. Aunque anuncia ser de corte pacífico, su estructura militar compuesta por un presidente;  un jefe de operaciones; un jefe naval, uno de seguridad y otro a cargo del grupo aéreo, revelan su verdadera esencia.

Percy Francisco Alvarado Godoy - Rebelión.- Para más información de los beneficiarios, la investigación del terrorismo y el Centro Analítico (TRAC) está produciendo una continua serie de artículos breves e informativos sobre una variedad de temas relacionados con las investigaciones sobre terrorismo del FBI.

Pedro Echeverría V. - Rebelión.- 1. Se ha publicado que cientos de policías antimotines comenzaron a desmantelar el campamento del movimiento anti Wall Street en el centro de Los Ángeles en la madrugada del miércoles, donde los manifestantes los aguardaban con barricadas dos días después de vencido su plazo para irse.

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Estados Unidos no deja de inmiscuirse en la política interior de otros países y ahora su objetivo es provocar una "Primavera cubana". Fuente: Russia Today.

Enrique Ubieta Gómez - La Isla desconocida.- Asistimos a un estado de cinismo supremo, en el que los mercenarios –acorralados por las denuncias que no pueden eludir, entre informes de subvenciones congresionales descaradamente públicas, archivos desclasificados y documentos filtrados por WikiLeaks–, optan por aceptar, en actitud desafiante: “sí, recibimos dinero, ¿y qué?” o “sí, recibimos ayuda del gobierno estadounidense”.