Celia Hart - ARGENPRESS.info.- A lo comunistas bolivarianos: Acabo de ver el desafío de pelota entre Cuba y Venezuela durante el II Encuentro de los juegos del ALBA. Soy una amante furibunda al baseball y estaba reponiendo fuerzas porque mi equipo de Industriales, mi bello equipo azul, había perdido su título de campeón frente al imponente Santiago. Entonces pongo el canal televisivo que trasmite los juegos del ALBA donde discutían la medalla de plata los equipos cubano y venezolano.



Si en algo soy conservadora, aferrada a mi terruño... es en la pelota.

Una vez que Industriales se disuelve en el equipo Cuba, no hay argumento que me permita entender que Cuba no venza.

Pero este sábado queridos compañeros, mi corazón que no siempre anda de acuerdo con mis razonamientos, se dio un vuelco novedoso, del que les quiero platicar:

Por alguna razón indebida recé porque ganara el equipo de Venezuela.

Era como un amor prohibido. Me levantaba de la tele y volvía a sentarme tratando de entender esa infidelidad beisbolera...Mi primera infidelidad en ese renglón.

No habría remedio. Cuando el corazón se interpone, la cabeza debe replegarse y tan sólo tratar de entender lo acontecido.

Allí estaba el camarada Chávez cantando mi himno nacional con la misma fuerza que el suyo.

Vestido además con los colores rojinegro de mi bandera del 26 de julio. Allí estaban mis compatriotas que cooperan en vuestro país, disfrutando del juego, en tal cantidad y con tanta alegría que uno perdía la cuenta por saber quien era visitante y quien visitador.

Un juego tenso de diez innings, al final ganó Cuba y es la primera vez en toda mi vida que quise que ganara su contrario ¿Qué pasaba pues?

Pasa que hemos dejado de ser tierra y frontera para ser revolución.

Pasa que por primera vez en la historia del mundo empiezan a ser indiferentes los accidentes de nacimiento para ser importantes las razones de lucha

Pasa, hermanos míos que tenemos en nuestra alma más cerquita que nunca los acordes penetrantes de la Internacional

Al cierre del partido Chávez habló con los compañeros de la prensa cubana que cubrían el juego. Habló con un desenfado y una ternura que rayaba con la adolescencia... Es un hombre sincero... y por qué no también, parafraseando a José Martí de donde crece la palma

Parece ser, entonces, que le debo al baseball todavía más que la felicidad que me proporciona; que el compromiso de mis hijos; le debo además que un “zurdito” decidió algún día querer ir a Caracas y la pelota fue su buen pretexto.

A pesar del mercadeo en qué quieren encerrarla...La pelota es una cómplice clandestina del socialismo.

En Hugo Chávez uno divisa la alegría de gobernar, el desenfado popular, a pesar de ser uno de los hombres más amado u odiados del mundo.

Gracias hermanos míos por hacerme sentir (sentir en la última hormona de mi cuerpo) que por fin mis fronteras nacionales se disuelven y empieza una batalla por hacer que la única patria a la cual rendiremos cuenta ¡incluso en la pelota! Sea la humanidad

Deberíamos proponer que las series “nacionales” de pelota sean conjuntas, que Cuba tenga Ligas que vayan a jugar a Venezuela...Va y con la pelota comenzamos este proceso íntimo de integración, tal cual lo han hecho las lucecitas blanco-azul de las bombillas del cerro que custodia el estadio. Ellas son hijas de la revolución energética, “Los bombillos de Fidel”, los definió Chávez.

Es por eso que no debemos de cejar porque en Cuba podamos ver todos los domingos Aló Presidente...

No es Cuba y Venezuela quienes se unen... Se unen sus revoluciones

Camaradas: Los admiro mucho y empiezo a sentir que ya milito con vosotros.

La Revolución continental entra por nuestras puertas con el aroma de mayo...

Es la hora crucial para darle el más sensual de nuestros besos y enamorarla de tal suerte, que nunca más quiera dejarnos.

A vuestro servicio....

Revolución o muerte

Celia
Cuba
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