Alexander Machado Tineo - CubaLiteraria.- En lo que ya parece ser una sede permanente —y, dicho sea de paso, excesivamente lejana—, el Teatro del Instituto Superior de Arte acogió un amplio público compuesto por escritores e intelectuales de todas las generaciones, incluida una representación de destacados escritores del interior del país. Tras una breve introducción hecha por Desiderio Navarro, Director de Criterios, el panel, integrado además por Ambrosio Fornet (Moderador), Alfredo Guevara, Graziella Pogolotti y el Ministro de Cultura, Abel Prieto, cedió la palabra a Eduardo Heras.
El quinquenio gris: testimonio de una lealtad, así tituló Heras su conferencia, texto largo y muy emotivo donde, “por primera y única vez” el autor se ha permitido narrar públicamente las traumáticas experiencias sufridas como víctima de la miopía y la intolerancia de quienes, durante algunos años, “digirieron” la vida cultural de nuestro país. Visiblemente impresionado por el crescendo dramático de una historia en que lo grotesco y asfixiante de la anécdota parecía no tener fin, el público conoció por esta lectura la verdad de castigos, expulsiones, persecuciones, aislamientos, y toda serie de abusos de autoridad que, ante el estoicismo y la ejemplar conducta de “El Chino” Heras, resultan doblemente tristes para la historia de la Revolución.
Porque de eso se trata en este caso, de la “lealtad” hacia la Revolución expresada y asumida por Eduardo como única opción ante los injustificados ataques que terminaron por confinarlo durante cinco años en una planta de acero, luego de haber sido expulsado de su cuarto año de Periodismo y, por supuesto, de las filas de la UJC. Las consecuencias de una política cultural errónea, en ocasiones sólo comparable con el opresivo universo kafkiano, se ensañaba, paradójicamente, en un escritor cuya mayor demostración de fe había quedado retumbando en los ecos del mortero que dirigió en Playa Girón.
Triste historia la de este “Chino” entrañable, a quien cientos de jóvenes de todo el país reconocemos la utilidad de su magisterio y su bondad. Más triste aún porque no fue única y porque su secuela, como lo han demostrado estas y las anteriores conferencias, no han concluido definitivamente su amarga influencia.
Tras un breve receso, necesario luego del sentido testimonio anterior, Arturo Arango abrió fuego, literalmente, con una extensísima y minuciosa conferencia titulada Con tantos palos que te dio la vida: poesía, censura y persistencia, investigación en la que se aproxima a las oscilaciones y principales conflictos surgidos inmediatamente antes, durante y después del Quinquenio Gris, alrededor de la creación poética.
Lunes de Revolución, Guillermo Cabrera Infante, El caso Padilla, el grupo “El Puente”, El Caimán Barbudo, el silencio impuesto a los más destacados escritores de entonces (jóvenes y no tanto, pues era un corpus que se abría desde Lezama y Piñera, hasta Lina de Feria, por ejemplo), las elaboraciones artificiales de mediocres representantes de “nuestra poesía”, fueron núcleos en los que se enfocó el análisis, sustentado por una concienzuda revisión de datos y publicaciones, y ajustado a una coherente visión de proceso.
A continuación, en el debate, tras varias intervenciones —algunas de ellas fútiles e interminablemente aburridas—, surgieron interesantes inquietudes expresadas por varios de los más jóvenes participantes: ¿cuánto queda de gris en la política cultural cubana actual?, ¿qué sentido tienen estas conferencias si sólo dialogan con el reducido número de personas presentes en cada sesión?, ¿qué nivel de compromiso tienen los medios de comunicación, especialmente la TV y la prensa nacional, para con estos debates?, ¿cuándo los temas de las conferencias comenzarán a alejarse de los ´70 para acercarse al 2007?... y así por el estilo, inquietudes casi todas dominadas por la sabia preocupación de confrontar pasado y presente para obtener la valiosa ganancia de la experiencia.
Surgido a raíz de la pretendida reivindicación televisiva de dos tristemente célebres funcionarios de la época, el ciclo de conferencias sobre el Quinquenio Gris va camino de convertirse en una iniciativa ejemplar para el diálogo en una sociedad como la nuestra, donde la polémica y la crítica sobreviven arrinconadas como seres de excepción.
No obstante, entre las respuestas que me gustaría oír: ¿Cómo es que Pavón logró regresar a la TV en pleno 2006, y estos tan interesantes como provechosos diálogos ni siquiera pueden aspirar a eso? ¿No suena un poco raro?
Cuba
Prensa Latina.- En el Día Mundial del Teatro, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) anunció hoy el Premio Internacional Raquel Revuelta, instituido en homenaje a la reconocida actriz del teatro cubano....
Prensa Latina.- Uno de los principales atractivos del programa de celebración del aniversario 65 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) es hoy la proyección de clásicos restaurados de la fi...
Lo último
La Columna
La Revista