Añadió que los restantes campos de colaboración en materia de medio ambiente serán en áreas protegidas, desarrollo comunitario, manejo integral de suelos y eliminación de sustancias químicas agotadoras de la capa de ozono, aspectos contentivos en el Protocolo de Montreal.

McDade explicó que los fondos financieros serán empleados en la adquisición de equipos, insumos, capacitación y estudios, y elogió la ética y transparencia de los expertos cubanos en su manejo y en el rigor científico de sus programas de aplicación desde que hace tres décadas el PNUD coopera con la Isla.

Cuba comenzó en 2005 una estrategia propia denominada Revolución Energética ante el acelerado agotamiento del petróleo y el gas, provocado por el consumismo y el despilfarro de las sociedades de las naciones desarrolladas, sobre todo la de los Estados Unidos.

Desde entonces la Ínsula transita hacia un esquema de generación eléctrica distribuida mediante la instalación en una primera etapa de baterías de grupos electrógenos diesel, la rehabilitación de las redes, y la sustitución de bombillos y equipos electrodomésticos viejos por modelos eficientes.

A partir de su establecimiento en 1966, el PNUD ocupa un lugar central en el sistema de actividades operativas de la ONU y trabaja en el plano comunitario para contribuir a la consolidación de las capacidades nacionales para el desarrollo sostenible.