Así que con el título de Sergio Alvarez en los 56 kg el sábado - convertido en el primer campeón cubano en Río y a su vez en el primer recordista de la fiesta carioca, y este de anoche de Borrero, suman dos pergaminos dorados. por el momento pues en el portafolio de los estrategas hay anotados unos cuatro si las cosas salen como se esperan.
No sorprendió entonces que el habanero después de levantar los últimos 176 kg se disparara como un misil hasta cerca de las tribunas donde lo vitoreaban sus compañeros de equipo y glorias como Teófilo Stevenson, Filiberto Azcuy, y más de la constelación caribeña. Quizá por aquello de que a los veteranos el ejercicio a tiempo suele serle más complicado por la velocidad del movimiento, Borrero había tenido un arranque dificultoso aprovechado por el joven colombiano Edwin Mosquera para adelantarse en la prueba por su menor peso corporal. Y soñar, al menos por un instante. "Por un momento pensé que podía regresar con el oro a mi país, pero aún tengo tiempo por delante" dijo mientras recordaba que ya había cedido ante el cubano en los Juegos venezolanos del ALBA este año.
Borrero totalizó 317 kg (141 en arranque y 176 en envión), Mosquera fue segundo con 313 (141-172) y el colombiano Ricardo Flores, bronce con 308 (138-170) en uno de los pabellones de Riocentro.
"Es lo único que los atletas cubanos podemos dar a nuestro pueblo: alegría" declaró el cubano al bajar del podio."Sabemos que el Comandante está siguiendo nuestras actuaciones. y que espere más de las pesas". Borrero, que cumplirá 30 años el tres de enero, no olvidó a su entrenador Rolando Chang, que quedó en La Habana : "Esta medalla es más de él que mía", y la dedicó también a su madre, su hija y esposa para después hablar de su ilusión en el campeonato mundial de Tailandia dentro de ocho semanas donde su selección podría, a su juicio, ubicarse entre las tres primeras y lograr seis cupos olímpicos.
"Esta es mi última medalla panamericana" anunció en la despedida.
