Joel Mayor Lorán – Juventud Rebelde.- ¿Quién sabe cuándo se miraron o hablaron por primera vez? Lo cierto es que el plan funcionó, igual que antes en 31 ocasiones. Los miembros de la brigada Frank País dejaron de ser apenas parte de una lista para convertirse en amigos. No sería obstáculo que unos fuesen cristianos y otros militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas.


LA UNIÓN HACE... LA HERMANDAD

Fue una excelente idea la de crear condiciones para el acercamiento: una semana trabajando juntos en labores agrícolas u otras necesidades del país, compartiendo el campamento, realizando diversas actividades. A lo largo de tres décadas cada vez son más los que hablan de causas comunes, y menos los que prefieren pensar en diferencias.

Años atrás la incomprensión consiguió alzar muros entre creyentes y no creyentes. Los cristianos no asistían a los trabajos voluntarios que se convocaban, recuerda Estela Hernández, presidenta de la Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba. Mi esposo Juan Naranjo, Raúl Suárez y yo, pensamos en cómo hacer para que se sumaran. Así surgió la brigada Frank País, explica.

Entonces, llegaron a Bainoa con el proyecto hermoso de que jóvenes de todas las iglesias, bautistas y de otras denominaciones, sembraran caña, recogieran café, limpiaran surcos de papa¼ Y últimamente han mudado su entusiasmo hacia el municipio habanero de Artemisa.

Testimonios de una semana bajo el Sol confirman la validez de la idea: lo que no pudieron conferencias, charlas y sermones, lo logró el surco. Vimos a Kety Moreno y Rembert Herrera muy unidos. Como a Yisel Gallardo y Dayana Rojas, que viven en provincias diferentes, estudian en distintas escuelas, tampoco tienen iguales respuestas para el origen de la vida, y ni siquiera se conocían. Pero trabajaron en surcos cercanos, se comunicaron y les ocurrió como a los demás.

 

CÁLIDA BIENVENIDA

Alguien a quien todos quieren también se ha alistado a fin de tender un puente: Frank País. Está en el pulóver de Rafael Durán, en los ánimos, en el corazón de todos.

Según Isabel Gaitán, estas jornadas son emocionantes: "Maravillosa la recordación de Frank País. Hoy apreciamos su ideal revolucionario hecho realidad: en cada banco hay un militante y un cristiano. Es lindo ver a todos unidos cantando, llegando juntos del campo. Por eso luchó Frank. Defendemos lo mismo: amor y justicia. Y somos todos cubanos".

Con el incentivo de tal paradigma, se echaron un par de sueños en los bolsillos, cargaron la mochila de esperanza, y se fueron a escardar malanga a las áreas de la Empresa de Cultivos Varios de Artemisa.

Aunque el campamento Blas Roca los acogió gentilmente, fue el Sol quien les ofreció la más ardiente de las bienvenidas.
En esta época el calor no da tregua. Pero el brío tampoco cedió; al contrario, asumieron el desafío, pues con él crece la satisfacción: 62 brigadistas trabajaron en el campo, en labores de autoservicio o en el abastecimiento de alimentos.

El grupo lo componen cristianos de la iglesia William Carey, la de Marianao, Guanabacoa, San José de las Lajas, el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas y por militantes de la UJC, fundamentalmente del preuniversitario artemiseño Manuel Ascunce.

 

SOMOS UNO

Tan buena resultó la idea de unir a cristianos y militantes en esta relación acentuada bajo el Sol, al calor de la brigada Frank País, que con los días no se supo quiénes eran unos y otros. Incluso, muchos vuelven cada año. Ester Zulueta ha participado en 25 ocasiones, la primera vez cuando niña. "Queríamos intercambiar con jóvenes comunistas; estábamos distanciados. Ya no. Ahora somos uno".

El Buró Nacional de la UJC participó en el intercambio. Incluso Rolando Yero, quien atiende la esfera ideológica, habló a los brigadistas.

En cada cual ha quedado una huella. Rafael Aguiar es el funcionario que atiende la labor político ideológica en el Comité Provincial de la UJC en La Habana. Ha sido una experiencia extraordinaria, revela. Hemos entrado en la vida de personas que no son diferentes a nosotros. Compartimos motivaciones y actividades, pues tenemos un mismo interés: contribuir a la producción e igualarnos como hermanos.

En estos días nos han unido los valores de Frank País: su humanismo como revolucionario, cristiano y maestro. Con esas bases estamos un poco más cerca del hombre nuevo al que aspiramos, añade.

Para Sergio Troyano, seminarista de Matanzas, la iglesia tiene una responsabilidad social. Venimos a servir y no a ser servidos, como proclama Jesús. También hay una frase de Martí que afirma: "subir lomas hermana hombres", y pienso que trabajar juntos en el campo hermana hombres y mujeres, explica.

Mientras, Alexander Wilson, estudiante del Pedagógico Rubén Martínez Villena, dice que esta ha sido una enseñanza muy grande. Igual que hacemos cuentos, nos reímos y nos divertimos todos, así mismo trabajamos y tomamos decisiones juntos.

Rembert, vanguardia el pasado año, volvió a ser un pequeño rey sobre la tierra. Los surcos fueron quedando atrás. Como otras veces, lo que ganaron todos se destinará a obras sociales.

Ha sido algo hermoso, sostiene Estela Hernández. Puede ser que todavía haya alguien que no entienda, pero no es la situación general del país: ya no somos ustedes y nosotros, sino hermanos cubanos que amamos la misma tierra y tenemos los mismos sueños.

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