Kaloian Santos Cabrera - La Jiribilla.- Es verano en Cuba, 1989 para ser más precisos. Desde hace algunos años como es ya tradición, las ciudades y pueblos de la Isla son desandadas por un circo.


Es la carpa del Festival de Verano Circuba que durante una semana funcionó en La Ciudad Deportiva de Ciudad de La Habana y a donde asistieron —se calcula— poco más de un millón de espectadores

La gira dura alrededor de un mes y ya se hace habitual en esta época desde inicios de la década de los 80. ¡Es todo un acontecimiento la llegada de este circo a cada región! Los niños corren detrás de los camiones y la gente se aglomera en un área abierta para ver cómo es que se levanta la carpa y pillar así cuando bajan los payasos, los trapecistas, el mago que de seguro anda vestido con sombrero de copa y capa negra. En la noche, a las ocho en punto será la función para ver actuar a los premiados de este año del Festival de Verano Circuba. Será esta la última vez. Se vienen los duros tiempos del período especial y el circo cubano, riguroso de grandes recursos, por supuesto recibirá las embestidas adiós, por mucho tiempo, al popular Festival de Verano Circuba.

Es un nuevo agosto, igual de caluroso que aquel del 89 lo que 18 años después. Es 2007. La novedad veraniega es que el  Festival de Verano Circuba ha vuelto. Si bien no gira como antaño por el país es maravillosa la reedición de este certamen. Todo un acontecimiento. En la capital cubana, en el escenario del Karl Marx, se dejaron ver 18 números de varias especialidades circenses. Los cuatro días de funciones el teatro de los grandes acontecimientos estuvo relleno. Las veladas rindieron sendos homenajes a dos grandes del circo cubano, al legendario y ya desaparecido payaso Trompoloco y al gran equilibrista Roberto Muñoz. A propósito, una de las iniciativas hermosas de esta vuelta fue el trofeo del Festival. Es una estrella de cristal sobre la cual aparece la figura de un pulsador en alusión a Muñoz, el primer hombre que hizo equilibrio sobre un dedo.

Asistieron también al certamen  personalidades extranjeras del ámbito circense entre los que sobresalen Franz Czeisler, presidente de Circus Thiany, uno de los circos más famosos del mundo; Mister Pierre, subdirector de la empresa transnacional El circo del sol y algunos entrenadores de ese circo creado por Guy Laliberté y Daniel Gauthier en el año 1984 en Québec, Canadá; el mexicano Andrés Ataide representante de Los Hermanos Ataide, institución que cumple este año 119 años; el argentino radicado en Francia Lito Cansino antiguo trapecista y hoy uno de los empresarios que trabaja desde hace varios años con la empresa Circuba.

“Es muy bueno para todos —comenta José Felipe Rodríguez presidente del jurado— que haya vuelto el Festival Circuba. Participaron números de muy alta calidad, vinieron personalidades de circos extranjeros que han quedado muy contentos y el público ha dado muy buena acogida. Hicimos una selección de números que tuvieran condiciones para competir pero se nos han quedado muchos fuera. Por ejemplo hay mucho talento en las provincias que pudieron estar aquí. En la carpa Trompoloco también hay ahora mismo números en el espectáculo La lámpara maravillosa muy buenos que no pudimos afectar. Pero bueno, estamos volviendo a empezar”.

Esta edición del verano 2007 representa justo eso echar de nuevo el motor a andar. “Pretendemos para próximos años —dice Jorge Roche, subdirector técnico y artístico de Circuba— hacer una primera fase competitiva por provincias para hacer una buena selección a la competencia final. Además que exista representación internacional como antes”.

Uno de los mayores recuerdos de los Circuba eran aquellas manifestaciones del campo socialista. Sobre todo del circo soviético. Buenas noticias en este tiempo son que los representantes del Circo del Sol se comprometieron a mandar para el certamen próximo algunos de sus números. La iniciativa también vino de parte de otros representantes extranjeros.

Lito Cansino es uno de los extranjeros que conformó el jurado. Conversar con él da una medida de la importancia de la vuelta de este certamen y la calidad con que cuenta el arte circense cubano en el presente

 

¿Cuál es su visión global una vez terminado este Festival

 En lo personal me gusto mucho, estoy muy complacido. Hay detalles que erradicar pero bueno, son detalles. Hace mucho tiempo que el Festival Circuba no se daba y eso por supuesto se sintió.

¿Eso detalles a erradicar a su modo de ver cuáles serían

Por ejemplo los muchachos cuentan con una excelente calidad técnica, con mucho talento, pero los números se hacen un poco repetitivos. Aunque hay poco circos que verdaderamente salen de lo normal. Por ejemplo el del mismo señor Thiani. No hay mejor en Centroamérica y América del sur que ese. Me atrevería a decir que el Circo Thiani está entre los primeros del mundo. O sea Circuba tiene una calidad técnica muy grande pero creo que habría que cambiar la forma de confección de los números.

 

¿Por qué siempre volver a trabajar con los artistas del circo cubano

Trabajar con cubanos me encanta.  Los cubanos siempre encuentran soluciones a todo. Además de la excelente calidad técnica de la que he hablado los cubanos son muy serios para el trabajo. De momento te dicen “no importa, todo tiene solución, eso lo hacemos.” Con otros artistas el trabajo es muy exquisito. Todo tiene que estar hecho de una forma como lo piden que si no trabajan con menos de 23 grados de temperatura te dicen que tiene mal las piernas, que si esto que si lo otro… Y los cubanos siempre están dispuestos a menos diez grados que a 40, trabajan igual.

 

¿Alguna impresión en particular

Una cosa quiero dejar claro En este festival se vieron tres o cuatro números que están a la altura de los presentados en cualquier circo del mundo. La prueba está en que el señor Thiani se lleva a los chicos de la Barra rusa  —el quinteto Ximan, de Matanzas— para actuar en su circo, otros números se van a girar por Europa… en fin que los especialistas y empresarios que vinimos nos hemos quedado muy complacidos. La materia está, lo que hay que pulirla, hay que prepararla y pienso que el año que viene el Festival Circuba va estar muchísimo mejor”.

Por supuesto con el Señor Thiani no podíamos dejar de hablar. Este Don es una especie de gurú en el mundo del circo. Ya cuenta con 91 años cumplidos y más del 80 % de esa vida dedicada a los espectáculos circenses. Todos coinciden en llamarlo embajador de los circos. Realmente su nombre es Franz Czeisler pero todos lo llaman Thiani, Señor Thiani, como el circo que desde hace muchos años dirige.

"Este festival demuestra el talento —explica Don Thiani— que siempre tuvieron los cubanos. Eso sobre todo, el talento. Recuerdo que por los años 50 trabajé en Adana, Turquía, con una pareja de cubanos. Yo hacía con mi señora la magia y ellos bailaban, hacían malabares y siempre con música cubana. Eran muy buenos y su número gustaba mucho. Si todavía viven deben tener no menos de 80 años. Lástima que no recuerdo sus nombres. Entonces es el aspecto del talento un índice que no ha cambiado mucho en el circo cubano desde la última vez que estuve que fue hace más de 10 años. En sentido general no creo que el circo cubano haya cambiado mucho. El circo es talento, talento y dinero, dinero. Estos muchachos que vimos tienen potencialidades para ser estrellas de los mejores circos del mundo. Cuba para fortuna tiene una escuela de circo y son pocos los países que cuentan con ella. La oportunidad a sus chicos para que se desarrollen en esta especialidad y no estén vagabundeando, está aquí”.

De vuelta el Festival de Verano Circuba. Para beneplácito de todos ya están en marcha los preparativos de la próxima edición que será del 5 al 17 de agosto de 2008. 
 

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