Lisanka González Suárez - Granma Internacional.- Fortaleza, obediencia, rapidez e inteligencia son cualidades que colocan al caballo en una posición ventajosa con respecto a otros integrantes de la escala zoológica, pero a ello hay que añadir que también sobresale por ser un animal impresionante. Al parecer, según las Crónicas de la India, esta última cualidad influyó en la conquista española, pues muchos de los nativos de América creyeron que los colonizadores eran dioses montados sobre bestias.
El ganado equino tiende a multiplicarse
Los primeros llegaron la Isla en 1511, cuando Diego Velásquez los introdujo desde La Española, de ahí que los aborígenes cubanos deben haber experimentado un impacto semejante, tal y como se desprende de un relato de las propias Crónicas sobre la ocupación de la localidad oriental de Bayamo, donde se cuenta que 30 hombres y una sola yegua montada por Pánfilo de Narváez causaron pánico entre la población indígena. Sin embargo, como en otras naciones del continente, siglos más tarde la historia de la independencia de la nación caribeña estaría ligada a estos animales, pues dos razas nacionales ––Criollos de Trote y Cubanos de Paso–– descendientes de aquellos primeros corceles andaluces, contribuirían a liberarla del yugo colonial.
En la idiosincrasia del cubano
El caballo siempre ha estado ligado a los campesinos cubanos, su tenencia más que una tradición constituye una necesidad. Un apasionado del tema, el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, director de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF), cuya vida ha estado intrínsecamente vinculada a ese animal, afirma en un artículo que el caballo forma parte de la cultura nacional. …se le consideraba como parte de la familia. Tanto cariño se le tenía que no era raro que cuando uno de ellos moría, la familia lo llorara y algunas hasta lo enterrara y pusiera cruces en su tumba, como a un ser humano. Cuidarlo y quererlo formaba parte de su cultura…
Con el desarrollo de la economía rural sin embargo, muchas de las actividades realizadas por el caballo fueron sustituidas por tractores, cuyo uso el Estado se vio obligado a reducir al mínimo en la década del 90 ante las dificultades económicas derivadas del período especial y agravadas por el recrudecimiento del bloqueo norteamericano, por lo que volvieron a jugar el rol protagónico del que habían sido desplazados. El propio García añadía al respecto: Hoy más que nunca es necesario desarrollar las crías de caballos, tanto para la atención a la agricultura, como para el deporte ecuestre, o sencillamente para cabalgar por los hermosos campos de nuestro país.
En la actualidad, en cualquier punto de la campiña se les puede ver arando la tierra, en tanto que en las ciudades, sobre todo en el interior, mansos caballos mestizos que el cubano de a pie denomina "penco", muchas veces es empleado en servicio de recogida de basura o en la transportación de pasajeros o turistas. La otra cara de la moneda, los de raza, se encuentran a buen resguardo, en establecimientos especializados en su reproducción y crianza.
Con todo, la masa equina en esta nación caribeña estuvo disminuyendo, a la vez que se produjo un deterioro de la crianza de los animales raciales. Para el médico veterinario Edel Valle Vázquez, jefe del programa equino nacional de la ENPFF, entre los factores que contribuyeron a esa situación están el gran crecimiento urbano y la industrialización del campo, más una política desacertada de estimulación a la actividad y, esencialmente la emigración de los campesinos a las ciudades, sobre todo después de 1959, cuando triunfó la Revolución.
El más auténtico de los caballos cubanos
A partir del año 2000 la dirección del país decidió que la ENPFF trabajara en la mejora y desarrollo del fondo genético de la especie equina con el propósito de revertir esa situación. Desde entonces, la institución ha priorizado el programa de rescate, conservación y desarrollo de las razas nacionales reconocidas, una de las cuales es el Cubano de Paso, considerado como la raza materna básica de los corceles nacionales, pues a partir de ella comenzó la formación de las otras razas. Su desarrollo parte desde que los españoles radicados en la Isla iniciaron su crianza, la que progresó rápidamente gracias a las características tropicales del país. No obstante entró en declive a partir de los años 20 del siglo pasado con la importación de animales de otras estirpes, en especial en la década del 40 cuando se introdujo el Quarter-horse, que prácticamente hoy es la raza que más abunda en Cuba, y probablemente la que más gusta al campesino cubano.
En la actualidad es muy reducido el número de criadores particulares del Cubano de Paso, solo quedan unas 43 yeguas y 12 sementales, y un total de 120 animales organizados y con registro.
Corceles de otros linajes
En 52 ranchos de la ENPFF enclavados a lo largo de toda la Isla además de los de razas nacionales crecen hermosos y vigorosos ejemplares de diferentes linajes: Arabe, Pura Sangre Inglés, Quarter-horse, Español, Morgan, Appaloosa, los pesados percherones y belgas, así como diversos ejemplares deportivos y ponis Welsh y Shetland, muchos de ellos agrupados en unidades élites como La Belen, en Camagüey, Rancho Azucarero, en Artemisa, La Guabina, en Pinar de Río y el Rancho Domingo Garcia Frías, en La Habana, donde se han concentrado los mejores sementales.
El Estado destina importantes sumas a su desarrollo con el propósito de garantizar el mejoramiento de la masa equina y con ellos la posibilidad de abrir nuevos frentes de exportación. En los últimos años se han hecho notables inversiones en la importación de valiosos sementales y en la introducción de tecnología de punta, como un moderno laboratorio para la extracción de semen fresco y congelado, práctica que ya se está llevando a cabo y que permitirá extenderlo a todo el país. "Estamos trabajando para en el futuro exportar animales de alta calidad y valor genético los cuales tienen mucha demanda en el mercado internacional. Los criadores importantes del mundo comienzan a tener confianza en las cualidades de nuestros equinos; disponemos de excelentes animales nacidos aqui que han sido apreciados por asociaciones internacionales. Nos estamos preparando además para hacer la exportación de semen congelado, cuya calidad esté certificada por las instituciones competentes", afirma Isel Solana, jefe de producción de la empresa.
Alrededor de 3 000 trabajadores atienden la masa equina integrada por 11 500 caballos raciales más rebaños de mulos y asnos, línea que también desarrollan, por lo que la cifra es de unos 13 mil animales. En estos momentos hay una discreta tendencia al crecimiento, lo que supone una fuerte y sostenida labor, pues no son pocas las dificultades y carencias en un país pobre y bloqueado, como la alimentación de los caballos, sobre todo durante la estación de seca, y aunque se toman medidas sigue siendo un problema por solucionar. En estos momentos se están fortaleciendo las bases del crecimiento de los rebaños, rescatando actividades desparecidas, como la del domador, formando técnicos fisiopatólogos, y otras medidas que conducirán a su multiplicación.
Cuidar, alimentar y reproducir al caballo, tiene una importancia de primer orden en la empresa. "No somos productores de caballos, somos productores de fondo genético", insisten sus trabajadores, despejando cualquier duda del porqué una empresa que protege la naturaleza es responsable del ganado equino de raza.
UN caballo solitario cansado, estresado por el agotador viaje desde casi el otro lado del mundo llegó a Cuba. Sabier, un ejemplar árabe fuerte y hermoso, que parece concentrar todas las cualidades de su estirpe, fue regalado a Cuba por el emir de Qatar. Tiene su formación en troncos de caballos egipcios. Su abuelo fue el famoso Morasid, considerado entre los mejores caballos árabes de todos los tiempos. Sabier ha sido probado en carreras del desierto con buenos resultados. Sus cualidades lo valoran en un millón de dólares. Nada más llegar a la Isla, luego de una etapa de recuperación, inició su vida reproductiva, muy activa por cierto, con la yeguada cubana. Tiene ya unos 20 hijos cubanos, de ellos cuatro machos.
