Lourdes Pérez Navarro - Granma.- En medio de un áspero terreno del occidente del país, los jefes de una unidad de Tropas Especiales de las FAR reciben sus respectivas misiones. Al enemigo, que hipotéticamente logró desembarcar y reorganizarse para ocupar la capital, hay que neutralizarlo y destruir sus principales fuerzas y medios.

Fuerzas de las Milicias de Tropas Territoriales de designación general, mediante emboscadas y otras acciones se encargan del debilitamiento del enemigo.

Al participar en el ejercicio Moncada 2007, los miembros de Tropas Especiales ponen en práctica exitosamente los métodos y técnicas aprendidos: en lo alto de los árboles están apostados los observadores; agazapado entre ramas, el francotirador apunta al objetivo a batir; un pedazo de tierra se desplaza y asoma un cuerpo enmascarado, fusil en mano.

Sagaz, rápido, inteligente, incondicional, muy tenaz y consciente de los principios que defiende; así define el joven teniente Osmel Domínguez González al combatiente de estas tropas. Explica que de-sarrollan una intensa preparación física, combativa, política, ideológica y de especialidad que contribuyen a crear habilidades para golpear al enemigo en los lugares más sensibles.

El mayor Heriberto Reyes Pérez asegura que es muy probable que en un combate real queden solos y aislados. Sin embargo, dice, desde tiempos de paz nos entrenamos para autodirigirnos, tomar decisiones y sobrevivir en las situaciones más difíciles de campaña. Hay inteligencia, capacidad y preparación sicológica y político-ideológica para en esas condiciones decir "el Comandante en Jefe soy yo", y seguir luchando.