35 años de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova 
Fidel Díaz - La Jiribilla.-  

1. Un sueño

Algo que nunca faltará, cada vez que propongas un buen sueño, es el salto de un escéptico que esgrima, con paradójico entusiasmo, su sacrosanta "podrida" para "aguar la fiesta".


No siempre son personas de mala fe; por disímiles razones los hay quienes ven en negativo, padecen de un fatalismo —especie de lastre psicológico— que les impide dar el primer paso hacia un camino desconocido. No creo que casos contrarios (como el mío) sean tampoco muy aconsejables; soy de esos de los que a la primera ocurrencia que me parezca útil y poética le voy hacia arriba aunque conlleve una superproducción hollywoodense, bajo la creencia de que todo lo bueno tiene que ser posible. De ahí que cuando un amigo me señala para realizar un proyecto, suelen colocarme a otro amigo de contraparte, para ir "aterrizándome". Pero más allá de la manera en que cada ser interpreta el entorno y asume su transformación, hay épocas en las que imperan ciertas teorías “mutilaempeños” que gravitan sobre el ánimo general y se van imponiendo ponzoñosamente. Esto tiene mucho que ver con los monopolios de la información y expansión de seudofilosofías que van pesando sobre las alas humanas.

Es común escuchar hoy día frases como "estos son otros tiempos", "la juventud de hoy ya abolió el romanticismo”, “está para lo concreto”, “tiene sus intereses", "ya no es lo mismo que antes", “los chamas de hoy no piensan en los demás”, “el altruismo aquel de los 60 se fue a bolina” con lo cual nos sentimos de pronto impregnados de la angustia por creernos ese cuento de que los espíritus están presos, que soñar es un arcaísmo, que toda poética ha sido desplazada por la ambición, por el interés material, por los show superficiales y grandilocuentes.

Con respecto a la trova, ese “filosofar” hijo pródigo del slogan comercial “fin de la historia”, se traduce en ideas como "La gente no está para la descarga con la guitarrita", "los jóvenes de hoy están para la meneadera y la brincadera, no para la canción pensante”, “ya aquellos tiempos de Silvio y Pablo llenando plazas pasó", “la trova es hoy día para un buchito de tembas” “es que la descarga esa es para espacios muy pequeños”, “las disqueras no meten esas moñas porque esa trovada no vende”.

A pesar de esa atmósfera inevitable, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) con la Asociación Hermanos Saíz (AHS), el Instituto de la Música y la Casa Editora Abril, tejieron un ambicioso plan, toda una fiesta popular, por los 35 años de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova. Cuando, en la primera reunión de “factores”, tras algunos “cocinaítos” se expuso el proyecto —y a menos de una semana de llevarlo a cabo— se hizo un silencio sepulcral, las miradas iban de un compañero a otro buscando apoyo o confirmar que no se trataba de una broma. Alguien, como para descongestionar, preguntó qué título llevaría el evento.
 

—“Una guitarra, un buen amor”, por la canción de Noel Nicola.
 

Respuesta que resultaba una “rectita” al medio sobre la que se lanzó Bladimir a batearla con todo:
 

—¿Cuatro cosas bien? Oye, si hacer una sola cosa bien es el del carajo, imagínate cuatro como estas, podemos darnos con un canto en el pecho si la mitad de ese plan nos sale bien.
     

Las carcajadas fueron, por una parte la confirmación de que le íbamos para arriba a una locura y de que todos pondríamos el máximo de acción en función de la idea.

 

2. Un viaje
 

En cuestión se trataba de hacer en unos 20 días, desde la propuesta de idea hasta su concreción, un evento que incluía un foro interactivo, donde participaran teóricos y figuras de la trova, un cancionero (escribir, recopilar, diseñar, hacer la edición, imprimir, y comercializar el libro) así mismo con un juego de 35 postales con imágenes de artistas plásticos y textos de canciones importantes en todos esos años (selección y convocatoria a los plásticos), afiches; convocar a otras instituciones y empresas para la venta de discos, libros, exhibición de películas y documentales, servicio gastronómico, etc. y todo con el compromiso de ofrecerlos en moneda nacional y a los precios más accesibles. Asimismo, un espacio para que los jóvenes pudieran acudir durante unas horas a “quemar” en memorias flash o CD (el soporte físico, se regaló, así como el servicio) la música de los trovadores cubanos, especialmente los más jóvenes. Todo esto como platos complementarios a los espacios de descargas, presentaciones de discos, libros y conciertos nada menos que con los trovadores de todo el país y todas las generaciones. Por supuesto, que por razones de cada cual, faltaron algunos, pero se extendió la invitación por toda la Isla y la posibilidad de traerlos y alojarlos.

 

3. Una guitarra
 

¿La gente irá a eso? Nos preguntábamos ante los “amarres” y toques finales de cada espacio. ¿Lograremos una escalada progresiva de las actividades? ¿Aguantará el público hasta la madrugada un concierto de tantos trovadores en la escalinata?
 

He vivido convencido de que la trova toda es parte raigal de nuestra identidad y especialmente de la música popular y que, lejos de ir apagándose, cuenta hoy con una cantidad, calidad y variedad de trovadores como nunca antes (dando por sentado que conviven varias generaciones, incluyendo los fundadores de la llamada nueva trova en toda su capacidad creativa). Asimismo, sé que los medios de divulgación y promoción, TV, radio, disqueras, prensa, etc. no siempre han estado al nivel que merece ese movimiento, por ello debo confesar que ese 30 de noviembre, tras muy breve sueño, me desperté, como diría Silvio “entre el espanto y la ternura”, con grandes ansias y a la vez con dudas y temores.

 

4. Un buen amor

“Verdadero complot” (Pabellón Cuba)

10: 00a.m.  Foro interactivo “La Nueva Trova”

Abrió la mañana con buen augurio, preguntas de todos los rincones del mundo y cerca de 50 trovadores, críticos y personalidades de la cultura rondaban el lugar y se sentaban ante las computadoras a responder, entre ellos, destacaron fundadores como Sara González, Eduardo Ramos, o historiadores de la trova como Lino Betancourt, nuestro Guille Vilar, que quiere tanto al rock como a los juglares, también el musicólogo Roberto Chorens y especialistas del Museo de la Música como José Reyes. Tanto la intención, como la intensidad de la preguntas, como la seriedad con la cual se respondió, denotan la alta importancia que tiene para la espiritualidad humana la trova cubana.                       .


1:00 p.m. a 9:00 p.m. “Piratrova”. 

Desde horas de la mañana comenzó la cola esperando el comienzo y se mantuvo hasta que culminó algo pasada la hora prevista. Se llevaron música consigo cerca de mil 500 personas; casi mil memorias flash y cerca de 600 CD (en soportes que obsequió gratuitamente el espacio) llevaron grabaciones de trovadores cubanos, especialmente de los más jóvenes.


 

3:00 p.m. a 5:00 p.m. Panel teórico “La Nueva Trova”.

No por ser un espacio de reflexión fue menor el público, la amplia sala trasera del Pabellón se vio colmada de periodistas, críticos, investigadores, trovadores y jóvenes interesados en el tema. El historiador Lino Betancourt, hizo un recorrido desde los orígenes de la trova cubana hasta la llegada de la llamada Nueva Trova, analizando sus características y su rebeldía, destacando aquellos trovadores mambises, que junto a su fusil cargaban la guitarra. Otros como el trovador Ángel Quintero y nuestro periodista e investigador Joaquín Borges Triana describieron el panorama de esa trova heredera de los 60 y que desde los años 80 hasta la actualidad la han mantenido no sólo viva sino creciente. Esto dio pie a diversos puntos de debate, en los que brotaron varias intervenciones desde el público, abordando momentos como la fundación del Movimiento de la Nueva Trova y los pros y los contras de haberse integrado en 1986 a la Asociación Hermanos Saíz, así como la relación (de amores y dolores) trovador-instituciones, especialmente los medios masivos y las disqueras. Este encuentro tuvo su punto culminante con las reflexiones que estuvieron a cargo de Vicente Feliú, fundador de la llamada nueva trova y una de sus voces más notables tanto por su poética, como por su ética que ejemplifican el sentido más auténtico de la figura del trovador.

5:00 a 10:00 p.m. En la misma entrada al Pabellón Cuba por la calle 23, se formó uno de los más animados momentos del Verdadero Complot. Pasaron por el escenario de descarga cerca de 50 artistas, entre trovadores y músicos que los acompañaron. Todo el tiempo de la descarga con gran número de asistentes, llegando a abarrotarse en plena interacción con los trovadores. Destacaron momentos como los de Ray Fernández, Alito Abad, Eric Méndez o Yoan Zamora, por mencionar algunos.


 

“Son de la trova y cantan en llano” (Parque de los artesanos en 23 y M)

5:00 p:m. a 10:00 p:m. Resultó uno de los espacios más seguidos, por el que desfilaron grandes de la trova tradicional y el filin, aparte de los nuevos trovadores. Cuentan (pude estar solo algunos momentos) que se logró un ambiente de noche bohemia. Menciones especiales para don Adriano Rodríguez, así como Ireno y Jorge García, Ángel Quintero y Omara Portuondo acompañada nada menos que por Ángel Díaz (me lo perdí pero me lo describieron como sensacional). 

“Trova a la vista” (Portal del cine Yara)

2:00 p.m. a 9:00 p.m. Este fue uno de los puntos de propuesta variada, asumido masivamente por el público. La tarde abrió con una exposición fotográfica en las que imágenes del ya antológico Plátano,  del fotorreportero Richard P. de la Rionda y de los archivos de Juventud Rebelde. Todas las fotos recogían expresiones y gestos de nuestros trovadores desde los míticos años 60 hasta la actualidad. Luego se fueron presentando discos que contaron con actuaciones muy seguidas como las de Liuba María Hevia, Eduardo Sosa, Ariel Barreiro, Fernando Bécquer, Pavel Poveda y Gerardo Alfonso, entre otros. Estas presentaciones fueron acompañadas de descargas de sus creadores en muy estrecha vinculación con su público. Luego se expusieron varios documentales y videos de la trova cubana, disfrutados también por cientos de personas.


 

“A Guitarra limpia”
(Plaza Ignacio Agramante de la Universidad de La Habana).

5:00 p.m. a 10:00 p.m.  Con su habitual exquisitez el Centro Pablo hizo su propuesta de reflexión y sensibilidad poética que ha caracterizado el trabajo en su sede habitual. Las imágenes audiovisuales, la serie Memorias, libros y discos que han salido de la labor creativa de ese centro estuvieron en función de la descarga trovadoresca. Ariel Díaz, Inti Santana, Silvio Alejandro, Diego Cano, Samuel Águila, Mauricio Figueiral, Fernando Bécquer, Adrián Berazain y dúo Karma, entre otros, regalaron una tarde noche como las que han sostenido estos años en la Habana Vieja, de la mano de Víctor Casaus y María Santucho.

“Con la adarga al brazo”
Parque El Quijote

1:00 p.m. a 10:00 p.m. Comenzó con Adriano Rodríguez cantando a capella “Perla Marina”, de Sindo Garay, ante público aún no muy numeroso debido a la hora. Se presentó el cancionero “Una guitarra, un buen amor” cien canciones de Silvio, Noel y Pablo, editado por el sello Abril, y desde entonces la descarga fue cobrando calor con un público creciente que llegó a abarrotar el lugar con febril entusiasmo. En este, como en otros puntos, la Casa Editora de la Juventud Comunista puso a la venta pulóver diseñados para la ocasión, el juego de 35 postales de la trova y las artes plásticas, y libros como El Diablo Ilustrado, Confesiones, el cancionero Cualquier flor de la trova tradicional cubana y otros títulos del Instituto de la Música. En la descarga, que duró prácticamente nueve horas, destacaron Lien y Rey, Felipón, Yhosvany Bernal, Rubén Lester, Diego Cano, Juan Carlos Pérez, Fito Yunior Navarrete, y la tropa de Santa Clara, con Yaima Orozco, Dieguito Gutiérrez, Michel Portela, Alain Garrido y ese Roly Berrío que llevó a la ya multitud concentrada junto al Quijote a un momento de verdadera efervescencia trovadoresca.


 

Concierto descarga total “Una guitarra, un buen amor”
Escalinata de la Universidad de La Habana.

10:00 p.m. Si cada espacio planificado desbordó cualquier expectativa, el cierre llegó a niveles insoñados. Una multitud de miles de jóvenes repletó las calles a la vista desde la histórica escalinata; un público que no solo impactó por numeroso, sino porque estuvo todo el tiempo conectado. Pasaron por la escena desde clásicos como Vicente Feliú, Sara González, Augusto Blanca, Lázaro García, Pepe Ordaz, Manguaré, Moncada, Gerardo Alfonso; hasta generaciones más nuevas entre los que estuvieron Lien y Rey, Eduardo Sosa, Roly Berrío, Diego Cano, Samuel Águila, Yusa, David Torrens y William Vivanco. El final, como orgía espiritual, llegó entrada ya la madrugada, para llevarnos a casa tras el gozo de una sostenida guitarra y un gran amor.


 

Creo que será un día para recordar y que traerá futuras reflexiones sobre aspectos como:

Poder de convocatoria de la trova cubana. Trovadores de varias generaciones llevaron a miles de jóvenes a los diversos espacios.
Necesidad de espacios, donde la trova y otras manifestaciones artísticas sean el eje de espacios de esparcimiento. Probada la eficacia de una propuesta con altos valores estéticos tanto por la música que se proponía, como por los productos, libros, discos, afiches, postales, puestos a la venta.
Llamado de atención a las disqueras acerca del fenómeno trovadoresco. Tanto las presentaciones de discos (vendidos en moneda nacional) o la Piratrova donde llevaron gran cantidad de música grabada mayoritariamente de manera particular en computadoras o miniestudios o espacios nuevos, como el Verdadero complot y el A guitarra limpia del Centro Pablo.   
Llamado a los medios masivos del impacto que puede tener la trova dentro de la programación de radio y TV.
Contundencia y resonancia de un proyecto cuando las instituciones y organizaciones trabajan de conjunto en pos de un proyecto ambicioso, útil y con intenciones culturales.
La trova cubana, en su confluencia de generaciones cuenta hoy día con una variedad y cantidad de exponentes como nunca antes y, sobre todo, a pesar de no haber estado durante años en el centro de la atención de medios masivos y divulgativos,  cuenta con una aceptación masiva.
 
 
 

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