José A. de la Osa - Granma.- Por segundo año consecutivo Cuba alcanza una mortalidad infantil de 5, 3 por mil nacidos vivos, la más baja en la historia de nuestro país y, junto a Canadá, logra una tasa inferior a la que registran los países de las Américas, como genuina expresión del más sagrado de los derechos humanos: la salud.

Como reconocen los expertos, la verdadera medida del progreso de una nación es la calidad con que atiende a sus niños, su salud y protección, seguridad material, su educación y socialización. Y la tasa de mortalidad infantil es un indicador que mide de forma sintética esos avances.


Globalmente la tasa mundial es de 52 y la de América Latina 26. La de África occidental es de 108, según estadísticas recogidas en el Estado Mundial de la Infancia 2007 que publica UNICEF.

En su conjunto los países industrializados tienen una tasa de mortalidad infantil de 5. Sin embargo, Estados Unidos registra 6, el doble de los países con mortalidad más baja (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Japón), que presentan una media de tres fallecimientos. Como muestra de inequidad, la población negra no hispana de EE.UU. tiene tasas considerablemente más altas que la de cualquier otro grupo étnico o racial: alrededor de 13. En Cuba no se expresan esas diferencias.

De acuerdo con los datos preliminares sobre el comportamiento de la mortalidad ofrecidos por directivos del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) y de la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública, seis provincias muestran tasas por debajo de la alcanzada nacionalmente: Holguín y Ciudad de La Habana (5,0), Las Tunas y Matanzas (4,4), Camagüey (4,2,) y Sancti Spíritus (4,1).

Asimismo 21 municipios del país cierran con una tasa de cero en mortalidad infantil. Son ellos, Candelaria, Minas de Matahambre, Melena del Sur, Nueva Paz, Bauta, Pedro Betancourt, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata, Calimete, Cifuentes, Yaguajay, Taguasco, Florencia, Najasa, Manatí, Colombia, Antilla, Cauto Cristo, Salvador, Imías y Manuel Tames.

Durante el año que acaba de finalizar se produjeron 112 425 nacimientos, 1 102 más que en el 2006. Del total de nacidos, se produjeron 592 fallecimientos, originados en lo fundamental por afecciones perinatales, anomalías congénitas y por infecciones.

Aunque están generalizados en nuestro país los estudios para realizar el pesquisaje de malformaciones congénitas, mediante el empleo de Ultrasonido y Alfafetoproteína, no es posible su detección en todos los casos. Referencias internacionales apuntan hacia un 80% de certeza en estos diagnósticos.

ATENCIÓN A LA MADRE Y AL NIÑO

Los indicadores de mortalidad infantil en la Cuba prerrevolucionaria se inscribían en alrededor de 60 por mil nacidos vivos. En 1962 solo por afecciones diarreicas derivadas de las deplorables condiciones sanitarias heredadas por la Revolución, murieron 3 000 niños menores de un año, y se registraba entonces una tasa de mortalidad infantil de 42 por cada mil nacidos vivos.

Una somera mirada al universo de las últimas cinco décadas en la atención a la madre y al niño nos muestra la indeclinable voluntad política del Gobierno revolucionario para, contra viento y marea (léase guerra económica y criminal bloqueo de EE.UU. contra Cuba), ofrecer la máxima protección a la salud de la población, y en especial a la madre y al niño.

Cuando aún hoy en el mundo mueren durante el embarazo, parto y puerperio más de medio millón de mujeres anualmente, ¡una cada minuto! ––400 mujeres por 100 mil nacimientos––, y en América Latina son 190, en nuestro país esa tasa es de 21 (18 muertes maternas directas menos que en el 2006), debidas a hemorragias, embolismo del líquido amniótico (cuando pasa al torrente sanguíneo) y trastornos de la coagulación.

Las bajas tasas de mortalidad materno-infantil se sustentan en el colosal desarrollo educacional iniciado con la Campaña de Alfabetización, el establecimiento de un sistema de salud accesible y gratuito para toda la población sin excepciones, las masivas campañas de inmunización, junto a otros avances, que sentaron las bases para los reconocidos logros de la salud en la Revolución.

Unido a ello el desarrollo de los programas de planificación familiar basados en el derecho reproductivo de la mujer para elegir libremente el número de hijos que desea tener, y a una esmerada atención médica que posibilita en la actualidad que cada embarazada reciba como promedio 17 controles de salud y el 99,99% pare en las maternidades, a excepción de unas pocas que las "sorprende" el parto camino del hospital.

Luego de la "captación" en las semanas iniciales del embarazo, en la primera consulta se le indican a la mujer ocho exámenes de laboratorio, incluidos el de serología (sífilis) y el VIH (sida) que se les realiza a la pareja.

A las embarazadas en riesgo de tener niños prematuros se les administra entre las 28 y 34 semanas un "madurante pulmonar" para prevenir la enfermedad de la membrana hialina que genera dificultades respiratorias en el recién nacido, y, en dependencia de su situación social, se les ingresa en un Hogar Materno donde se les brinda apoyo nutricional y un amplio programa de educación para la salud. Incluso a las mujeres en edad fértil con riesgo de tener anemia, se les entrega gratuitamente un suplemento de hierro y ácido fólico (Mufer), y durante el embarazo un suplemento vitamínico (Prenatal) para prevenir la anemia.

A las diabéticas también les brindan atención especialistas en Endocrinología, con exámenes sistemáticos para conocer los niveles de azúcar en sangre, a fin de que lleguen al parto con la diabetes compensada.

A todas sin excepción se les realiza pesquisajes para el diagnóstico de malformaciones congénitas (Ultrasonido en el primer trimestre y luego entre las 20 y 22 semanas, y el de Alfafetoproteína), y a las embarazadas mayores de 37 años se les indica la amniocentesis para la detección del síndrome de Down, fundamentalmente.

En las primeras consultas las embarazadas son evaluadas por un Máster en Asesoramiento Genético.

LA ESPERANZA DEL MUNDO

La atención de los niños comienza desde su nacimiento con una toma de sangre del cordón umbilical y del talón para determinar la posible existencia de enfermedades endocrino-metabólicas que están relacionadas con una deficiencia enzimática, o por insuficiencia de la glándula suprarrenal, que se conocen como fenilcetonuria, hipotiroidismo congénito, galactosemia, déficit de biotinidasa e hiperplasia adrenal congénita, trastornos que diagnosticados a tiempo pueden ser tratados con éxito.

De forma programada los niños sanos son vistos en la Consulta de Puericultura 12 veces en el año. También son examinados por un genetista.

En ese periodo son inmunizados contra 12 enfermedades prevenibles: tuberculosis, hepatitis B, difteria, tos ferina, tétanos, meningocóccica B y C, parotiditis, rubéola, sarampión, poliomielitis, las causadas por haemophilus influenzae, y la vacuna contra la fiebre tifoidea cuando inicia sus estudios de primaria, con lo que se eleva la protección a 13 enfermedades.

En todo este esfuerzo a favor de la salud está presente el invalorable desempeño de enfermeras, técnicos y especialistas de diversas ramas de las ciencias médicas, con el apoyo de avanzados recursos tecnológicos. Desde el 2006 el PAMI ha recibido un incremento significativo de equipos para la atención materno-infantil en general, y principalmente para las terapias Intensivas, Neonatales y Pediátricas.

La atención y exigencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, del Partido y Gobierno para que nuestro país alcance cada vez más bajas tasas de mortalidad infantil y materna responden, como sabemos, a que esos indicadores no constituyen simples y frías cifras, sino porque son un reflejo de vidas salvadas para felicidad de las familias y regocijo y orgullo de nuestra sociedad socialista.

TASAS DE MORTALIDAD INFANTIL EN LAS AMÉRICAS
 
PAÍSES y TASA DE MORTALIDAD
 
Cuba *  5
Canadá  5 
Estados Unidos  6 
Chile  8 
Costa Rica  14 
 Uruguay  14
Argentina  15
Colombia  17 
Venezuela  18 
Panamá  19
Paraguay  20
Ecuador  22
México 22
Perú  23
El Salvador  23
R. Dominicana  26
 Nicaragua 30
Brasil  31
Guatemala  32
Haití  84


Fuente: UNICEF: Estado Mundial de la Infancia 2007
 (*) Año 2007. Dirección Nacional de Estadísticas del MINSAP

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