Felipa Suárez Ramos - Trabajadores.cu.- Al igual que los restantes discapacitados, las personas sordas tienen garantizado el acceso al empleo, según sus capacidades y potencialidades.

“En Cuba todos los discapacitados tienen empleo garantizado en correspondencia con sus potencialidades, nivel escolar y posibilidades reales, a partir de la afección que presenten y de su voluntariedad”, expresa el máster en Ciencias Jorge Ponjuán Tamayo, asesor de la Presidencia de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC).


En la actualidad, esa Asociación cuenta con 21 mil 928 miembros distribuidos en tres categorías: especiales, la cual comprende a dos mil 32 niños de cero a 15 años; ordinarios, integrada por 18 mil 852 sordos e hipoacúsicos de 16 años o más, y los activistas, conformada por mil 44 personas que no presentan esta discapacidad, pero se desempeñan como cuadros, profesores, intérpretes de la lengua de señas, metodólogos o en otras funciones.

“La política del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social es dar empleo a todo discapacitado que lo solicite, y de no haberlo, crearlo”, indica Oscar Camejo Iglesias, funcionario de la Dirección Nacional de la ANSOC, quien señala que con ese objetivo existe el Programa de Empleo para Discapacitados (PROEMDIS), por cuyo cumplimiento responden los órganos municipales de Trabajo.

“Laboralmente la comunidad sorda cubana se desempeña tanto en empleos ordinarios como en talleres especiales de las industrias locales —conocidos también como de discapacitados o protegidos—, de conjunto con miembros de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM) y de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI). En ellos se capacitan para posteriormente incorporarse a empleos ordinarios. En el caso de las personas sordas, en estos momentos acuden a esos centros 876 compañeros”, precisa Camejo Iglesias.

En la actualidad se aprecia un aumento en la incorporación de los miembros de la Asociación a empleos ordinarios, y existen planes destinados a que el incremento sea aún mayor.

Otra vía de capacitación la constituyen las escuelas de oficios, reservadas para los graduados de las escuelas especiales para sordos que no opten por continuar estudios de técnico medio o universitarios, de las cuales egresan con un empleo asignado.

IMPORTANTES ARISTAS

Jorge Ponjuán considera que con respecto a la comunidad sorda, el tema empleo presenta las aristas siguientes:
“Una objetiva, consistente en la existencia de empleos que requieren determinados requisitos, los cuales en Cuba se elevan cada día más debido al constante desarrollo científico y técnico de la sociedad. Esto a veces representa una limitación, porque el sordo quiere acceder a mejores empleos, pero a muchos los limitan los requisitos de  estudios.

“La otra es subjetiva, y es que en ocasiones se requiere de una alta comprensión de las administraciones para aceptar a estas personas en sus colectivos laborales, por los problemas de comunicación que entrañan tener que relacionarse y no comunicarse de manera oral”.

La política de empleo para los discapacitados —afirma Ponjuán Tamayo— “obliga a las administraciones a emplear a los discapacitados, y se cumple y chequea sistemáticamente en los municipios y provincias con vistas a que cada solicitud sea satisfecha e intervenir cuando las administraciones no acepten.

“Los sectores más vulnerables para la asimilación de sordos son: comunales, construcción, agricultura, servicios y el cooperativo, y hay muchas firmas que incorporan a una buena cantidad de sordos por su laboriosidad.

“Ambos problemas y la frustración que generan, pueden solucionarse mediante el servicio de intérpretes que brinda la ANSOC, el cual puede ser contratado por las administraciones cuando lo necesiten”.

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