Kaloian Santos Cabrera - La Jiribilla.- El patio del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, en La Habana Vieja, acogió hace unas semanas un concierto homenaje a la cantante norteamericana Bárbara Dane, a propósito de celebrar sus 80 cumpleaños en Cuba.

Fue una oportunidad muy especial, un espacio único en el patio de Muralla 63 para compartir entre familia, amigos y admiradores de una de las grandes cantantes de jazz y blues de todos los tiempos en EE.UU. 

Desde los inicios de su carrera Dane compartió junto a muchas figuras de esos géneros como son Louis Armstrong, Dise Gillespie o Peter Seger. Ha grabado numerosos discos y en los años 60 tuvo su propio programa de televisión en la ciudad de San Francisco, California.


"Not so far from here

There's a very lively atmosphere

Everybody's going there this year Everybody

And there's a reason

The season opened last July

Ever since the USA went dry

Every body's going there and I'm going, too Everybody

I'm on my way to:

Cuba there's where I'm going

Cuba there's where I'll stay."

Fragmento del tema I´ll see you in Cuba de Irving Berlin y popularizado por Bárbara Dane

 

En esta ocasión la acompañaron en escena el baterista Enrique Plá, el cantante Alberto Faya, los trovadores Frank Delgado e Inti Santana y además parte de su familia: dos de sus hijos, Nina y Pablo Menéndez con su Grupo Mezcla y su nieto Osamu Menéndez.

Durante estos festejos recibió el Premio Pablo que entrega este centro. Al entregarle el galardón Abelardo Estorino, Premio Nacional de Literatura y de Teatro propuso “adoptarla y darle la ciudadanía cubana” a la cantante. Y en instantes le tomaron la palabra al dramaturgo y la sorprendieron con un Happy Birthday en tiempo de rumba. 

Luego del concierto donde la cantante hizo gala de poseer a su edad su vital voz de los sesenta, fuimos en busca de una entrevista para hurgar en su relación con Cuba. 

¿Cómo es que llega usted a nuestro país?

Fue por medio de Estela Bravo que entonces no era cineasta, sino promotora cultural. Ella tenía la tarea de ir a EE.UU. y buscar personas que apoyaran la paz y la amistad para invitarlos a Cuba en un intercambio cultural. Por suerte me toco a mí.

¿Se refiere cuando vino al concierto en el Teatro Auditórium Amadeo Roldan en 1966?

Sí, claro. Yo conocía muy poco de música cubana cuando llegué aquí en 1966. Tuve una oportunidad que nunca había tenido, me iba sorprendiendo este país a cada rato. Por ejemplo, me dijeron que iba actuar en un programa de televisión y dije ok, son 5 ó 10 minutos para actuar, ¿no? Y me respondieron que no, que podía dar todo un concierto. ¿Y los tiempos para comerciales?, pregunté. La respuesta fue que tenía toda la noche si quería, que iba a ser en uno de los mejores teatros y además lo iban a transmitir para todo el país porque la televisión es del pueblo, no pertenece a Colgate. 

Usted en su país fue amiga de Peter Seger, la persona que incorporó los Versos Sencillos, de José Martí a la Guantanamera; y en su concierto en el Amadeo Roldán tuvo la posibilidad de cantar junto a reconocidos artistas cubanos entre los que estaba Joseíto Fernández, a quien se le atribuye la autoría de la conocida canción…

Pues sí, fue un verdadero honor. Además estuvieron Carlos Puebla y los repentistas Justo Vega y Adolfo Alfonso. Estela inventó una manera diferente de comenzar un concierto para presentarme. Justo y Adolfo abrieron con una controversia y decían al público: “hay una americana loca que está hablando bien de Cuba” y el otro respondía con cosas similares hasta que terminaron diciendo los dos “y aquí está ella”. 

Todavía a más de 40 años de ese concierto, encuentro personas en Cuba y fuera de aquí que lo recuerdan. Hace unos años fui a ofrecer un concierto en Islas Canarias y solicité al productor un pianista que tocara blues para que me acompañara. Me dijeron que tenían uno que era cubano y  muy bueno. A la verdad que lo que tocaba de maravillas era el violín y el piano en blues, más o menos. Cuando llegué me enteré que "mi pianista acompañante" desde que conoció la noticia de que yo iba actuar ahí se puso a estudiar día y noche blues para acompañarme porque recordaba con mucho cariño ese concierto del 66.

Luego participó en el I Encuentro de la Canción Protesta efectuado en Casa de las Américas, aquí en La Habana.

Cuando el encuentro de la canción protesta "la cosa en el mundo estaba en candela", como dicen ustedes acá. Me refiero a todo lo que representaba la Canción protesta y en general todas las cosas que hablaran de la vida real. Fue una idea muy hermosa esa de unir cantantes de todo el mundo que estaban vinculados con la misma visión. Y eso era lo que yo quería hacer, construir puentes entre grupos y causas por la paz.  

Entonces la misión cubana en Nueva York hizo contacto con mi esposo Irwin Silber y le dijeron que Cuba ofrecía 50 invitaciones para músicos y cantantes que quisieran participar en el encuentro. En aquel momento había muchos artistas norteamericanos que estaban tratando de llevar estas ideas de paz en el mundo y fueron invitados. Al final todos decidieron no venir por diversas razones, sobre todo por miedo a perder sus pasaportes y contratos. De las 50 invitaciones solo vinimos tres: Julius Lester, mi esposo y yo.

En el concierto del Centro Pablo, Bárbara agradeció a todos los agasajos declarando que: “la mayoría de lo que he hecho en mi vida ha sido influenciada por Cuba y su gente". Confesó también, que existe un ángel de la jiribilla que “se me sienta en el hombro y me dice lo que hago bien o mal y creo que es cubano”. Quizá fue ese mismo ángel el que la hizo traer consigo en su visita de 1966 a Pablo Menéndez, uno de sus tres hijos —entonces con 14 años— a estudiar música solo por un año. 

Pero Pablo  se quedó a vivir  en la Isla. Se enamoró de la música, de la gente y de una compañera de estudios de la Escuela Nacional de Arte. Así formó su familia cubana con la actriz Adria Santa. Luego integró el grupo de experimentación sonora del ICAIC, junto a Leo Brouwer, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Emiliano Salvador, entre otros; y fundó su grupo, llamado Mezcla. También su hermana, Nina Menéndez, estudió Filología en La Universidad de La Habana y prestó servicios por un tiempo en la Casa de las Américas.

A la vuelta de tanto tiempo Bárbara Dane está muy orgullosa de poder volver cada vez que tiene la oportunidad a Cuba donde confiesa sentirse “más en casa que en cualquier otro país”.

“Muchos no entienden —dice— cómo es que después de todo lo que ha pasado con el socialismo en el mundo ella siga defendiendo a Cuba y prefiriendo el socialismo antes que a otro sistema. Tengo un disco que titulé Yo odio al sistema capitalista, y muchos me preguntan si sigo de acuerdo con ese disco. Y claro, no sé cómo no entienden porque es muy sencillo: con todos los errores que tiene el socialismo y que existen en todos lados, es una sociedad para todos. En el socialismo un puño cerrado es más fuerte que una mano abierta. Es sencillo de entender que tienes más oportunidades de ser reconocido como ser humano.”

Cuba
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