Enrique Mesa - WDS.- La Industria Pesquera cubana se sumó a los esfuerzos que hacen diversas entidades del país para lograr la soberanía alimentaria en los tiempos actuales donde crece el precio de los alimentos y los combustibles, según informa hoy la prensa nacional.

Alfredo López, ministro cubano de la Industria Pesquera, dijo hoy en la ciudad oriental Bayamo, que la prioridad otorgada a la producción de alimentos para el pueblo exige mayores volúmenes de captura.

En reunión celebrada con directivos del sector en la provincia de Granma, el alto funcionario aseveró que la estrategia nacional de la acuicultura es incrementar la producción de alevines y la siembra posterior, para elevar las posibilidades de pesca.

Precisamente las labores acuícolas por su bajo costo se erigen en una alternativa alimentaria que podría lograr el abastecimiento de cada provincia, a partir de la explotación óptima de sus propias instalaciones, y evitando los gastos de combustible generados por la transportación al realizar compras en otras regiones de la Isla.

En este sentido, López insistió en la capacitación adecuada del personal técnico al frente de los centros de cría, alevinaje y captura, y en el asesoramiento especializado a los establecimientos de producción de peces, bajo responsabilidad de organismos ajenos al ramo pesquero.

En otro orden de cosas el viceministro destacó la construcción de barcos como uno de los frentes económicos más importantes impulsados por la Isla, lo cual recuperará el proceso fabril de los astilleros cubanos, especialmente en la sustitución de las naves de ferrocemento por nuevas de plástico.

Antes del llamado período especial Cuba poseía una impresionante flota pesquera nacional e internacional que capturaba especies en latitudes frías y calientes, que comercializaba en ambos mercados.

En pos de lograr el bienestar del pueblo la Revolución llevó los productos del mar hasta las montañas cubanas, creó gustos en grandes comunidades donde antes no existían, y con ello la exigencia por la presencia de estos en cualquier mesa familiar.

El período especial iniciado a partir de 1991 contrajo la economía que vió reducidos sus ingresos netos por año de ocho mil millones a mil 300, mientras el petróleo del que se consumían 13 millones de toneladas anuales se redujo drásticamente con la caída de la Unión Soviética a seis millones anuales.

En el campo de la pesca la flota de barcos se fue reduciendo a partir del envejecimiento de las naves y la carencia de mantenimiento apropiado. Por otra parte a la falta de combustible y una plataforma cubana antes sobreexplotada se incorporó la captura por parte de unos 40 mil pescadores furtivos que cometían el pecado de arponear a las hembras en el lugar del desove, contribuyendo a su extinción.

El viceministro López reconoció en este sentido la labor de las empresas pesqueras de plataforma marina radicadas en Granma, debido al sobrecumplimiento en el acopio de ejemplares de escama -sobre todo en el pargo- y otras especies, que ubican al territorio como uno de los mejores del país.

Junto a la producción de alimentos, la industria pesquera cubana prioriza la generación de ingresos por concepto de exportaciones, lo cual requiere aumentar la calidad en especies como la langosta y el camarón de cultivo, muy demandados en el mercado internacional, concluyó.