Las llamas consumieron esta noche al Diablo y dejaron expedito el camino hacia la Fiesta del Fuego del 2009 dedicada a la cultura garífona y al pueblo de Honduras. Con la quema de Lucifer llegó a su final la edición 28 del Festival del Caribe 2008 consagrado a los estados mexicanos caribeños.

Miles de santiagueros se reunieron nuevamente en el Paseo de la Alameda Michelson, en el sur de la ciudad y junto a la bahía, para asistir a la ceremonia mágico-religiosa de Quemar al Diablo, con la que tradicionalmente cierra el Festival del Caribe.

Tres horas antes, a lo largo de la céntrica calle Aguilera se efectuó el Desfile del Fuego, en el cual tomaron parte las representaciones de los 18 países del Caribe, América y Europa presentes en la también conocida como Fiesta del Fuego.

Excepcionalmente, por esta vez se entregó en dos ocasiones el símbolo del Festival: la Mpaka.

El célebre escultor santiaguero Alberto Lescay y el Tata Nganga, "cargaron" el símbolo hecho a partir de un tarro de bovino y entregaron la Mpaka a Eulalia Dorado, secretaria de la Asamblea Provincial del Poder Popular, quien la recibió en nombre de todo el pueblo del territorio santiaguero.

Un día antes, en la Sala 5 del Teatro Heredia y en medio del Congreso Mundial sobre Culturas Populares Caribeñas, la Mpaka fue a manos del ministro de Cultura de Honduras, Rodolfo Pastor Fasquelle, porque al pueblo de ese país y a su cultura garífona está dedicada la próxima edición del Festival del Caribe en el 2009. 

Esta noche, a orillas del mar, en la bahía de Santiago de Cuba, aconteció la Quema del Diablo, una ceremonia que está relacionada con peculiaridades de la cultura haitiana en Cuba.

Como parte de las culturas populares tradicionales, esencia de la Fiesta del Fuego, la incineración del Diablo alude al significado de ese elemento dentro de las prácticas religiosas afrocubanas.

Además, el fuego tiene desde hace muchos siglos un significado importante en la lucha del pueblo cubano, como símil de la patriótica tea incendiaria mediante la cual, los patriotas cubanos del siglo XIX daban cuenta de las propiedades de los colonizadores españoles, durante las guerras por la independencia de Cuba. 

La introducción de la Quema del Diablo como parte de las acciones del Festival del Caribe, fue un aporte del actor Rogelio Meneses, director artístico del Festival hasta su lamentable fallecimiento por un cáncer, en julio del 2006. 

La incineración viene de la práctica de la Semana Santa haitiano-cubana. La quema del Juda, como se conoce en otras partes del Caribe, ocurre también en algunos carnavales de la región y está vinculada al gagá en la práctica más común.

Todo consiste en quemar un tótem y con este todo lo malo. El Festival del Caribe  retomó la ceremonia y le ha incorporado otros elementos, asimilados enseguida por la población de Santiago de Cuba.

Quemar todo lo malo es preparar también el próximo Festival, o sea dejarle el camino limpio, y tiene su significado, igualmente, incinerar el tótem junto al mar, es decir, por donde mismo entró el mal, en alusión clara a la llegada a las costas de América de los conquistadores españoles, a finales del siglo XV.