Hace un buen tiempo que vienen reflejando el sentir de varias generaciones de cubanos. Esa mezcla de dolor, inconformidad, ansias, esperanzas, orgullo y alegría de ser cubanos.

“Catalejo”, este último album que nos han presentado, no es uno más en la cuenta, es sí, otro conjunto de buenas canciones con letras para recordar.

A mí me ha marcado en especial “Cada país”, una canción que uno creería escrita para todos los que sabemos que el derecho a la diferencia es vital y comprenderlo más importante todavía, practicarlo siempre - una utopía…, pero “En cueros”nos cuestiona con igual fuerza, “Lastima” nos hace temblar de tristeza. “Catalejo” es una canción que yo llamaría un retrato colectivo.   

Tuve la oportunidad de hablar con Israel, me firmó muy gentilmente los dos discos que estaban a la venta en la sala: “Catalejo” y “Presagios”. Tuve tiempo para decirle que no le hiciera mucho caso a Ariel y ese hombre, que acababa de dar un concertazo, con la voz practicamente tomada, por una gripe inoportuna, se puso a explicarme por qué creía importante no dejar que nadie “te tire hacia abajo” y que había que discutir, que polemizar. Yo sólo atiné a decirle lo siguiente, por cierto en medio de un barullo enorme y una docena de “niñas” que querían tomarse fotos con él y Yoel, “mira Israel, lo que tú haces es muy importante para los cubanos, de dentro y de fuera, sigue adelante viejo, no desmayes”.

Buena fe es buena música cubana, es mejor poesía también.

Necesitamos a Buena fe, porque Silvio un día nos dijo en su “Fábula de los tres hermanos”:

Ojo que no mira más allá no ayuda el pie
Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

Ojo que no mira más acá tampoco fue
Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve
Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

Pero Israel nos sugiere empezar por vernos “el meñique del pie”, y como él yo creo que a veces, hay que volver a los inicios.