Usted ha dicho que "la figura e historia de Adalberto es motivo de inspiración no de una, sino de varias obras audiovisuales. Él ha hecho un trabajo verdaderamente encomiable al llevar el Son a la actualidad", desde su punto de vista, ¿qué lugar le corresponde a Adalberto Álvarez en la historia de la música cubana contemporánea?

Creo que el que tiene en la actualidad, otorgarle el Premio Nacional de la Música 2008 es el reconocimiento a la valiosa contribución que ha hecho con su obra al acervo cultural del cubano.

Son para un sonero se filmó en diversos lugares y ciudades de Cuba: Camagüey, Santiago de Cuba, Ciudad de La Habana... ¿por qué?

Más que nada porque son lugares clave en el desarrollo de su personalidad, tanto personal como musical y creo que queda perfectamente reflejada su importancia en el documental.

¿Cómo se relacionó Adalberto con esta filmación?
 
Su apoyo fue incondicional de principio a fin del proyecto, nos aportó ideas, colaboró en cada una de las fases de la producción.

Del documental ha dicho el crítico Guille Vilar que "constituye un documento imprescindible para tocar con las manos del corazón la raíz de nuestra cubanía", ¿cumplió Lourdes de los Santos los propósitos que tenía antes de iniciar el rodaje de este audiovisual?
 
Nuestro propósito fue tratar de reflejar de la manera más fidedigna posible la historia de uno de los grandes músicos populares contemporáneos. En la medida de lo logrado está precisamente el sentido que le da Guille a sus palabras.

Luego de haber estado cerca de él todo este tiempo por el rodaje del documental, ¿cómo percibe, no ya al Adalberto músico, sino al ser humano?

La visión que tenía de Adalberto se enriqueció extraordinariamente, no solamente desde el punto de vista de su obra en sí, sino también su condición humana. Esto puedo asegurarte no va solamente durante el rodaje del proyecto, sino ahora, a posteriori del mismo.