Jesús Risquet Bueno - Cuba Trabajadores.- Cuba garantiza la campaña por la lectura de sus invidentes mediante las áreas especiales. Cada una de esas instalaciones es atendida por bibliotecarios invidentes.
El Ministerio de Cultura de Cuba cuenta con 119 áreas especiales de lectura para ciegos, ubicadas en los principales grupos poblacionales a lo largo de todo el país.
En este año ya se cumplen las tres décadas desde la creación de la primera de estas áreas, que ideada por el licenciado José Díaz Roque, fue creada en la biblioteca provincial de Cienfuegos. Díaz Roque habilitó entonces una sala con libros impresos en el sistema Braille y además trabajó arduamente en la trascripción de otros nuevos con la finalidad de incrementar el fondo bibliográfico de dicha sala.
Villa Clara, Camagüey, Las Tunas, y Santiago de Cuba son las provincias cubanas que hoy cuentan con áreas especiales en bibliotecas de la totalidad de sus municipios.
En la actualidad cada una de esas instalaciones es atendida por bibliotecarios invidentes y cuentan con numerosos libros y revistas producidos en la imprenta de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI), así como también con muchas obras grabadas en casetes y discos.
La Biblioteca Nacional José Martí, ubicada en la capital de la Isla, posee también su sala de invidentes, dotada esta con modernos equipos, entre los que se encuentran las computadoras parlantes, los lectores de textos en tinta, y tele-lupas que gradúan las letras según las necesidades del usuario débil visual.
Todo este desarrollo ha sido posible por la escolarización de ese segmento de la población sin diferenciarlos del resto y la creación de la imprenta Braille de la ANCI inaugurada hace más de una década, la cual además de los libros, publica la revista Faro y el boletín informativo de la organización, los cuales hace llegar de forma gratuita por correos a los lectores invidentes.
