Cubainformación.- Oswaldo Martínez, presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) y ex ministro de Economía de Cuba, es un viejo amigo del equipo de Cubainformación. Hablamos con él en el X Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba, celebrado el pasado mayo en Sevilla.

Texto publicado en Cubainformación en papel nº 8 - Invierno 2008-09. 

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- Cuba se encuentra en un momento clave desde el punto de vista económico...

- Para Cuba, que ha intentado ser ahogada por el bloqueo norteamericano, la economía es un frente de batalla. En estos momentos seguimos haciendo esfuerzos, seguimos haciendo transformaciones para hacer más eficiente la economía cubana. Ya no se trata de si subsistimos o no frente al bloqueo económico, el bloqueo en lo esencial ha fracasado. Nos hace daño, nos dificulta la vida, indudablemente, pero está claro que Estados Unidos fracasó cuando concibió el bloqueo como un arma mortal contra la Revolución, ya que no ha sido capaz de matarnos en casi 50 años.

Pero lo que tratamos ahora es, en esas condiciones tan difíciles, lograr no solamente un crecimiento económico alto, que se viene alcanzando, sino lograrlo con más eficiencia, resolviendo algunos problemas claves como el abastecimiento de alimentos y la agricultura cubana, mejorando la eficiencia empresarial, potenciando el ahorro de energía, de materias primas, de combustible... Esto es estratégico, por cuanto se hace para mejorar las condiciones de vida de la población, y también para tener mayores posibilidades de ejercer acciones solidarias de Cuba hacia terceros países.

Creo, por tanto, que la economía es un frente de batalla de primerísima importancia, en unos momentos en que hay una situación económica internacional sumamente compleja, en que se abate sobre la economía mundial una crisis que pudiera convertirse en una de las mayores crisis de la historia económica. Es una crisis de características muy especiales. Es una crisis sistémica, es el sistema capitalista el que está en crisis, indudablemente. Nunca había demostrado el sistema su carácter agresivo hacia el medio ambiente y hacia el ser humano como lo está demostrando en este momento. En esas condiciones en las cuales el precio del combustible está por las nubes y los alimentos suben de precio, Cuba debe fortalecer su economía y ser capaz de resistir, ya no solo el bloqueo norteamericano, sino también los embates de esta crisis que, inevitablemente, golpean a todos, a todo el mundo globalizado en el que vivimos.

- En la planificación económica del país, Cuba está dando pasos por delante de muchos en temas como la soberanía alimentaria o el ahorro energético.

- La década del 90 fue extremadamente difícil. La supervivencia misma ocupó el primer lugar en las prioridades económicas, fueron años de escasez de todo tipo. Se afectaron infraestructuras económicas de gran importancia. Se afectó tremendamente el transporte, todo tipo de transporte. Se deterioraron las obras hidráulicas, tuvimos severas afectaciones de todo tipo. En este momento estamos en una fase de recuperación, y ya quedó atrás la etapa de simple supervivencia. Estamos mejorando el transporte en el país. Ésta es una de la cosas que más había estado presionando a la población, y ya empieza a advertirse cierto alivio, y existe la base financiera y material para logran una solución aceptable de este tema.

- Cuba está en plena reconversión de todo el sector azucarero, que históricamente ha sido uno de los sectores económicos punteros del país.

- Se ha efectuado una reconversión, ya que no tiene sentido para Cuba alcanzar los volúmenes de producción de azúcar que tuvo históricamente. Han surgido nuevos productores de azúcar en el mundo, y hay restricciones de mercado muy severas, en buena parte provocados por la política de la Unión Europea. Por todo ello era aconsejable reducir el volumen de la industria azucarera y dedicar la industria azucarera que queda funcionando al abastecimiento interno del país y a la exportación de ciertos volúmenes que pudieran colocarse con un precio aceptable en el mercado mundial.

La reconversión ha tenido un impacto considerable en un país para el cual la industria azucarera era el grueso de su economía. Estamos hablando de un complejo que le daba empleo a medio millón de personas, y el proceso de reconversión azucarera se ha realizado sin que nadie quede desempleado: los trabajadores que quedaron temporalmente sin ubicación laboral pasaron a estudiar, recibiendo su sueldo; otros fueron siendo ubicados en otros trabajos, desde luego sobre la base de la aceptación y de la voluntariedad. Lo que ha ocurrido es que algunos miles de trabajadores de la industria azucarera se han capacitado, se han empleado en nuevos sectores de la economía, y así hemos logrado un ahorro.

Muchos pensaron también que la reconversión azucarera iba a representar la muerte de muchos pequeños poblados que en Cuba dependían de la presencia de una fábrica de azúcar y que históricamente se estructuraron alrededor de esa fábrica de azúcar. Pero ha habido un cuidado en que eso no suceda, al crear nuevas fuentes de empleo, en dirigir inversiones de muy diversa índole en diversos servicios. Creo que lo que habla con mayor claridad de los resultados es la tasa de desempleo que hoy tiene Cuba, del 1,8 %. Esta tasa de desempleo equivale en términos técnicos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al pleno empleo.

Ésto viene a dar cuenta de lo que es una reconversión socialista, colocando al ser humano por encima de cualquier otra consideración. Hoy, la industria azucarera esta funcionando normalmente. La economía cubana durante siglos fue la tradicional economía azucarera, el 80% de sus exportaciones eran azúcar, y por lo tanto era una estructura primaria, de producción y de exportación. Hoy la estructura ha cambiado: el azúcar se ha convertido en la quinta o sexta actividad en importancia económica, y la actividad más importante en el sentido de producción de bienes es el níquel, que tiene una situación de mercado favorable, con venta en China y otros países; pero lo fundamental es que Cuba está exportando servicios calificados, servicios del personal médico cubano, y servicios de educación, que constituyen ya el principal sector exportador de la economía cubana. Hoy exportamos servicios médicos y equipos médicos fabricados en Cuba, exportamos productos de la biotecnología cubanos y servicios educacionales. Empezamos a exportar programas de computación diseñados en Cuba y empezamos a recoger los resultados de ese gran esfuerzo educacional que se ha hecho en Cuba, que ha conducido a que un país con el 24% de población analfabeta al triunfar la Revolución, hoy sea otro país, en el que casi una de cada 10 personas está graduada en la universidad. Si no existiera otra razón para justificar plenamente la necesidad histórica de la Revolución cubana, con ésa solo bastaría.

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