Betsy Anaya, del Centro de Estudios de la Economía Cubana

Cubainformación.- Profesora del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), adscrito a la Universidad de La Habana, Betsy Anaya tiene varias publicaciones en coautoría, como «Política Social en Cuba: nuevo enfoque y programas recientes », «La Salud en Cuba: avances y retos actuales», «Población y Economía en la Cuba actual» y «Destinos de la producción agropecuaria en Cuba y su impacto en el acceso al consumo aparente». Esta entrevista, como el resto de las que aparecen en esta publicación, son accesibles en video a través de nuestro portal audiovisual www.cubainformacion.tv Texto publicado en Cubainformación en papel nº 10 - Verano 2009 Ver la entrevista íntegra en video 
- Abordemos el asunto de la producción agropecuaria en Cuba, donde se da la paradoja de que hay tierras sin cultivar y, a su vez, el país depende de las importanciones de alimentos.
- Las importaciones de alimentos tienen un peso importante en el país, y esa es una de las prioridades que tenemos, disminuir esa dependencia de alimentos externos. Como tú dices, tenemos tierras ociosas: alrededor de 2 millones de hectáreas que son cultivables y que están ociosas.

Aunque tengo que decir que nada es “por gusto”, existen diversas razones. Cuba tiene una población que es mayoritariamente urbana, y solamente un 25% de población rural. Ha habido migración de los campos a las ciudades por el mismo proceso revolucionario, por la educación alcanzada, por diversos factores. Además, tenemos una agricultura que está bastante descapitalizada, que necesita tecnología, que necesita inversiones. Y sí hay muchos renglones que actualmente importamos y que podemos producir localmente, disminuyendo esa dependencia de las importaciones. Siempre vamos a importar algo, no vamos a ser nunca autosuficientes pero sí podemos disminuirlo.

Tenemos exitosas experiencias piloto en algunos municipios, como en el caso de la producción de leche. Se le han aumentado los precios a pagar a los productores, pagándoles una parte del precio en CUC  (divisa). Este programa ha dado bastantes buenos resultados.
También se ha trabajado en el arroz, donde tenemos algunos municipios que son capaces de autoabastecerse de este alimento, que es un rubro fundamental en la dieta de la población. Esto hace que se puedan liberar divisas que podemos destinar a otros sectores o actividades.

Y hay que citar la entrega de las tierras ociosas de las que hablábamos, a personas y familias que desean producir, que desean cultivar la tierra en calidad de usufructo. Por supuesto, si no la hacen producir el Estado se la retira, porque la idea es precisamente incrementar la producción nacional de alimentos. Éste es el sector que más reformas ha tenido en los últimos años, se está reestructurando también la gestión del sistema agropecuario hacia la descentralización, dando mayor capacidad a los municipios. Cada municipio sabe las necesidades que tiene, así como las potencialidades.  Cada municipio es diferente y puede realizar una mejor y más eficiente asignación de recursos.

- Afirmas que las reformas actuales del sector agropecuario se insertan en una trayectoria histórica más amplia, y mencionas tres fases: los 30 primeros años de la Revolución, hasta 1989-1990; el llamado “período especial”; y los años actuales en los que el país trata de salir de ahí. ¿Podrías explicárnoslo?
- Durante los primeros años de Revolución, como tú dices hasta 1989, manteníamos relaciones con la Unión Soviética, con una relación de intercambio muy ventajosa. Cuba exportaba azúcar a precios preferenciales dentro del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME o COMECON), recibíamos ingresos importantes, y con esos ingresos nos abastecíamos de muchísimos alimentos, así como de otros bienes. Logramos desarrollar la industria y desarrollar la agricultura. Pero un desarrollo de tipo extensivo, o sea nuestra agricultura se basaba en el uso de muchísimos fertilizantes, de muchísimos recursos, de grandes cantidades de combustible. Es decir, se aplicaban unas cantidades de insumos que no se correspondían con los rendimientos que se lograban. Además, casi todos esos insumos eran importados, de ahí la debacle de los primeros años de la década de los 90, cuando cae el campo socialista. En este contexto de crisis, en la agricultura se toman una serie de medidas para reactivar la producción. No teníamos producción doméstica, que había caído abruptamente. Habían caído las importaciones considerablemente por nuestra baja capacidad de compra. Y tampoco teníamos mercados dónde adquirir los insumos. La población se enfrentó a una grave escasez de alimentos, a una situación que nada tenía que ver con la que había en los años 80. Y se tomaron medidas.
Es ahí donde se crean las llamadas Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y otra serie de modelos productivos. Se desarrollan y se potencian las producciones de autoconsumo, buscando que todas las empresas con una porción de tierra tuvieran producciones para sus trabajadores. Y las medidas dieron resultado.
Un programa que se pone en práctica en los años 90 es el de la agricultura urbana, muy exitosamente, con la habilitación en las ciudades de los cultivos organopónicos. Hoy se aprecian los resultados de este modelo productivo, por la variedad y surtido en los mercados agropecuarios.

- Un componente muy importante en la estrategia económica de Cuba es el sector turístico, con sus resultados pero también con sus costes sociales.
- Antes de la crisis de los 90, teníamos un patrón de inserción económica internacional a través de la Unión Soviética, basado en las exportaciones de azúcar de caña. Todo el mundo piensa que es en ese momento cuando se toma el turismo como actividad emergente, pero realmente las primeras acciones ya se habían tomado a finales de los años 80, ya que nuestra economía presentaba un proceso de estancamiento, de bajo crecimiento productivo, y ya el país estaba buscado otras alternativas, como el turismo y también la biotecnología.
Es cierto que en los 90 se le da un mayor impulso, y se logra hacer del turismo la locomotora de la economía cubana. Hemos tenido importantes resultados, y el turismo ha permitido el desarrollo de otras industrias, como puede ser la industria de bebidas, de alimentos, las comunicaciones o el transporte.
La modalidad de turismo que desarrollamos en primera instancia fue la de “sol y playa”, y es verdad que puede haber tenido un costo social, pero fue una necesidad imperiosa. La vida en Cuba cambió, nos quedamos en completa soledad en el mundo, sin un mercado que había sido seguro, que aportaba unas relaciones comerciales muy ventajosas para Cuba, especiales, excepcionales para enfrentarnos a un mundo que no funcionaba así, un mundo donde la competencia es brutal, en medio de la globalización, donde el mercado está dominado por grandes cadenas, donde tienes que tener poder para poder insertarte.  Todo eso nos llevó a todas las medidas que tomamos, a tratar de atraer la inversión extranjera, aunque, eso sí, siempre muy bien regulada por el Estado.

- ¿Qué importancia tiene esta inversión extranjera y cómo funcionan las empresas mixtas?
- Hay inversión extranjera en distintos sectores. Tenemos diversas asociaciones económicas internacionales. Con España tenemos muchas, por ejemplo. En el turismo tenemos contratos de administración hotelera, inversión en la minería, en el níquel, con importantes inversiones de Canadá, y en otros sectores. Lo que sí puedo decirte es que todas las inversiones extranjeras están muy bien reguladas por el Estado. Este espacio se abrió buscando principalmente la tecnología que no teníamos, ya que la nuestra era obsoleta, buscando nuevos mercados y buscando también capitales que no teníamos para desarrollar estas actividades.

El costo social que ha tenido el  proceso de reforma no es achacable solamente al turismo, sino al proceso de reforma general. No obstante, sabíamos que iba a tener un costo, pero nos planteamos que fuera un costo asumible. Cuba no ha desmantelado ninguno de sus programas de alcance universal, Cuba no ha renunciado a la protección social, a ese desarrollo social que sigue siendo prioritario.
Pero sí es cierto que, por ejemplo, ha habido una reestratificación de la sociedad. Hay sectores que tienen mayores ingresos: unas personas por su vínculo con el turismo, ya que están empleadas en el sector; otras personas porque tienen acceso a las remesas familiares; otras, porque acceden a sistemas especiales de pago en su centro laboral.  De este modo, no todas las personas perciben los mismos ingresos, y la capacidad adquisitiva no depende completamente ya del salario. Éste sigue jugando un papel importante, pero ha perdido peso, y éste es uno de los retos que tenemos que enfrentar ahora, el del salario directo, ya que el salario indirecto en Cuba es bastante elevado.

- El pasado año se reformó el sistema de seguridad social, y se adoptaron algunas resoluciones para estructurar el trabajo, los incentivos y otras medidas encaminadas a mejorar la eficiencia.
- Uno de los más graves problemas en Cuba es, precisamente, la baja productividad de algunas ramas económicas. Y subrayo lo de “algunas” para no meter a todo el mundo en el mismo saco. Esto está muy relacionado con la pérdida de la capacidad del salario, y precisamente por ello hay que crear incentivos salariales.
Aunque no todo podemos achacarlo al tema de los incentivos salariales, porque también tenemos  problemas de tecnología. Como te decía, hay industrias que están muy bien equipadas, pero hay muchas ramas que tienen tecnologías obsoletas y que necesariamente requieren inversión para que la producción pueda crecer. Por supuesto, es importante incrementar el salario real. A partir del 2005 se han ido tomando algunas medidas, se han producido incrementos de salarios, incrementos de pensiones. Pero tampoco puede ser un proceso abrupto, tiene que estar muy bien pensado, porque si la base productiva no se expande, si no conseguimos una mayor oferta no podemos incrementar el salario, porque nos llevaría a un proceso inflacionario, a un proceso indeseable de incremento de los precios. Estamos tratando de hacer reformas salariales, pero todo pasa por la expansión de la base productiva cubana: tenemos que lograr producir más bienes de consumo, tanto en la agricultura como en la industria, y una vez que tengamos mayor producción se podrán ir incrementando los salarios.

- Has mencionado el sector de la biotecnología. Pudiera parecer que este sector es exclusivo de los países llamados “desarrollados”...
- Para Cuba, el haber impulsado la biotecnología ha significado el desarrollo de una actividad de punta, de alto contenido en conocimiento. Tenemos una red de centros de biotecnología, y muchas patentes de vacunas y medicamentos, por ejemplo.
Hemos obtenido importantes logros, y acuerdos con muchos países. Y lo hemos logrado a pesar de que es un mercado bastante controlado, bastante monopolizado por países poderosos, como Estados Unidos, que nos pone innumerables trabas de acceso. A nivel internacional, es un sector muy competitivo, en el que nuestros medicamentos y resto de productos tienen demanda. Cuba tiene una serie de productos que se utilizan en todo el mundo, como anticuerpos monoclonales que se emplean para diferentes tratamientos frente al cáncer, y que tienen una muy buena aceptación internacional por su alta calidad.

- Y en este ámbito internacional ¿qué importancia tienen las nuevas alianzas de Cuba, iniciativas como el ALBA?
- Es un momento muy importante para América Latina, es un momento de resurgimiento de la izquierda, es momento de unirse. Cuba ha sido paradigma para estas economías de América Latina que durante tantos años han pasado tanta precariedad social. No todos los sectores de esas sociedades, por supuesto, ya que hay sectores que viven en la opulencia, pero una buena parte de la población de América Latina vive en condiciones infrahumanas.
En este sentido, Cuba ha sido paradigma, y estos nuevos gobiernos se han inspirado en la experiencia de Cuba. Cuba es parte activa de este gran movimiento continental de cambio. Estamos colaborando en el campo de la educación conun montón de países, en los que se ha alfabetizado a millones de personas. En el tema de la salud, Cuba tiene médicos cooperantes en muchos países de América Latina. Siempre apoyaremos a estos movimientos, y tenemos la esperanza de que este momento continúe, de que podamos unirnos y ser más fuertes frente al Imperio, que ha tratado durante todos estos años de tragarse las economías de toda América Latina.
Cuba
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