Los malos, según Moore, son los grandes bancos y los fondos de cobertura, que se “jugaron” el dinero de los inversores en productos derivados de los que pocas personas o nadie sabe. Mientras, grandes compañías se preparaban para despedir a miles de trabajadores a pesar de los beneficios obtenidos.
Moore también critica la incómoda y estrecha relación entre los bancos, los políticos y el Tesoro estadounidense, que supuso un cambio en la normativa para favorecer a unos pocos en Wall Street.
El cineasta afirma que animando a los estadounidenses a pedir préstamos para pagar sus casas, los empresarios crearon condiciones que llevaron a la crisis financiera, dejando a miles sin vivienda y desempleados.
Moore entrevistó a sacerdotes que creen que el capitalismo es anticristiano porque no protege a los pobres y empuja a la avaricia.
“Básicamente tenemos una ley que dice que apostar es ilegal, pero hemos permitido a Wall Street hacer esto, jugó con el dinero de la gente y lo utilizó en esa locura de los productos derivados”, explicó el director al público en Venecia.
“Necesitan más que una normativa. Tenemos que estructurarnos de una manera diferente para crear finanzas y dinero, ayuda para el empleo, las empresas, etc. para mantener una economía sana”, añadió.