Mabel Machado - La Jiribilla.- Entrevista con Yolanda Wood.

Desde hace varios años se encuentra al frente del Centro de Estudios del Caribe, creado desde 1979 en la Casa de las Américas y se desempeña como directora de la revista Anales del Caribe. Doctora en Ciencias del Arte y Profesora auxiliar y principal de Arte del Caribe, de la Facultad de Letras y Arte de la Universidad de La Habana, Yolanda Wood es por estos días la líder visible del Encuentro de Revistas Caribeñas que sesiona en la Casa. Estudiosa y apasionada del tema, Yolanda explica cómo fue la génesis de esta sui generis reunión. 

“Este es el primer encuentro de revistas caribeñas que se realiza en Cuba y en la Cuenca del Caribe. Casa de Las Américas había organizado otros eventos de revistas, pero otros caracteres temáticos. De tal manera, que con esta perspectiva regional, es primera vez que se convoca este tipo de evento. La revista Anales del Caribe lo convoca porque durante los dos últimos años ha estado preparando su versión digital.

“Esta versión multimedia es un producto interactivo, que será de gran utilidad para estudiosos del área del Caribe, que permite, por sus facilidades, el manejo de la información a través de muchas vías de recuperación de un modo totalmente interactivo, apoyado por un diseño muy agradable. El trabajo de investigación, edición y diseño, se hizo de conjunto con Cubarte.

“Uno de los objetivos de la convocatoria es la celebración de los 50 años de la Casa de las Américas y los 30 de la fundación del Centro de Estudios del Caribe. Este centro fue el último de los departamentos creados por Haydée Santamaría, de modo que para nosotros tiene un carácter simbólico muy importante.”

¿Cómo es la recepción de la revista Anales… dentro del contexto caribeño, qué referencias tiene de la demanda de la revista por parte de los estudiosos del área?

Esta es una publicación de corte interdisciplinario, multilingüe, y por estas razones tiene un perfil cultural amplio, y aborda temas de historia, de historia económica, de literatura y arte. También estamos entrando a otros universos: el dossier especial del número en preparación trata el cambio climático y los problemas que plantea para el área del Caribe. Por este perfil amplio, esta dimensión transdisciplinaria, Anales… resulta de mucha utilidad, sobre todo para las bibliotecas universitarias. Es una revista con tratamiento de la información muy selectivo. Por ejemplo, cuando estuvimos diseñando la revista digital pudimos percatarnos, al revisar la lista de autores, de la diversidad enorme de voces que han sido compiladas a través de estos 28 años, en Anales del Caribe.

Por otra parte, es una revista ilustrada básicamente por artistas de la región o de sus diásporas. Esto es algo importante en el aspecto visual que tiene la publicación y que constituye otra alternativa para los estudiosos, que cuentan con un arsenal de imágenes que les pueden ser de utilidad.

La convocatoria al Encuentro de Revistas Caribeñas que propone Anales…, habla de la confluencia de los miembros de los consejos de redacción de estas publicaciones, para proponer un programa de reflexión en torno a la manera en que debe reflejarse la realidad caribeña en sus páginas. ¿Qué puntos específicos de esa agenda de reflexión, se proponen desde Cuba?

Pensamos que este es un momento que puede ser inaugural y muy trascendente para próximas alternativas que se puedan encontrar de momentos de participación conjunta de revistas de la región. Uno de los objetivos fundamentales del evento es construir un espacio de reencuentro de revistas en el que pueda producirse algo que hasta el momento no ocurre: una interacción mucho mayor entre las publicaciones, que se puedan difundir mejor los trabajos que estamos publicando unos y otros, que podamos pensar en elaborar ediciones conjuntas.

En el evento se va a presentar una edición conjunta, que nos parece una interesante muestra de las cosas que podemos hacer. Se trata de una revista del Liberty Hall en Jamaica, que es el centro dedicado a conservar la memoria de esa gran figura, héroe nacional de ese país, Marcus Garbey. Se logró a partir de un ciclo de pensamiento social sobre Garbey, que organizamos en Casa, en el que tuvimos la participación de los estudiosos por excelencia de este personaje en Jamaica, como Rupert Lewis. Esa revista viene ahora a presentarse en el evento, con los trabajos de cubanos y jamaicanos, todos traducidos al inglés.

Este es otro aspecto imprescindible a tomar en cuenta por nuestras revistas: cómo desplazar de unas lenguas a otras nuestras voces, de forma tal que se puedan multiplicar en la región, porque somos multilingües, hemos heredado las lenguas impuestas por nuestras metrópolis en el período de la colonización, y por supuesto, hoy debemos buscar estrategias para crear formas de comunicación entre nosotros.

Trajimos esta experiencia, presentada el primer día del evento, como revelación de algo que, nos parece, puede ser una alternativa.

Otro de los objetivos es la posibilidad de trabajar de conjunto en compilación de textos, a partir de nuestras revistas. Ocurre que el Caribe ha tenido históricamente un déficit importante en el plano editorial. Algunas islas pequeñas todavía no cuentan con instituciones de ese tipo, otras, tiene pocas. Por estar situadas en esa zona de las periferias culturales, en esa organización cartográfica que ha hecho el mundo hegemónico de la cultura, el libro se publica generalmente fuera de los territorios, y no circula con intensidad en las islas del Caribe.

Han sido las revistas las constructoras más tempranas de un ideario, de un pensamiento caribeño, que encontramos diseminado en todas esas publicaciones, con una gran intensidad, y que no siempre tiene su reflejo en un libro.

Este evento quisiera que pudiéramos pensar de conjunto en algunas ideas en torno a cómo elaborar compilaciones a las que aportemos todos, que pueden ser temáticas o diversas y que sean esa labor conjunta que las revistas pueden aportar a la construcción de un pensamiento caribeño, en el cual han sido las revistas las plataformas fundamentales en una época de construcción esencial del ideario del Caribe, sobre todo a lo largo del siglo XX.

Para nosotros también es objetivo de este evento el encontrar vías para propiciar el estudio y las investigaciones seriadas en el área del Caribe. Justamente por la convicción que tenemos de que hay un corpus en estas revistas, que ha ido formando todo un imaginario, ha ido construyendo sistemas de ideas, han sido además, soporte para un pensamiento literario, artístico; de tal manera que hay un universo en estas publicaciones. Pensamos que este evento puede estimular la idea de acudir con mayor frecuencia, y encontrar una vía de estudio y de investigaciones a través de las revistas del Caribe.

En este sentido, la exposición que está organizando la hemeroteca de Casa de Las Américas, inaugurada el jueves 19 de noviembre, es un proyecto conjunto entre el Centro de Estudios del Caribe y la Biblioteca de la institución, perfilando esta intención de que los que asistan encuentren allí los fondos y las colecciones tan ricas que posee la Casa de las Américas, acumuladas como parte de su patrimonio cultural durante tantos años y que, por supuesto, está a disposición de nuestros lectores. Esta sería también una manera de llamar la atención sobre estos valiosísimos recursos a los investigadores y a los estudiantes universitarios, para encontrar temas, seleccionar aspectos para sus futuras investigaciones.


 

¿Cuáles pudiera mencionar entre los fondos más preciados de la Hemeroteca de Casa en la sección del Caribe?

Cuando hicimos el levantamiento de la colección —cuyo catálogo se encuentra en Internet— para este evento, a mí misma me sorprendió, es verdaderamente impresionante la cantidad de revistas que se atesoran aquí.

Efectivamente existe un vacío de información en relación con el Caribe, tenemos que seguir trabajando para salvar todos los precipicios que se fueron abriendo a través del tiempo en torno a este tema. Pero en Casa existen colecciones de gran valor, como la Caribbean Quarterly’s de Jamaica, que es una publicación emblemática para la región y otras como Sargasso, de Puerto Rico, que estará presente en el evento y que es una revista de una dimensión transdisciplinaria muy interesante. Está por ejemplo, en la Biblioteca, la edición facsimilar de la revista Tropic, fundada por Aimé Cesaire, que tendrá un homenaje en el evento, en la voz de Nancy Morejón.

Un objetivo muy importante también es cómo estimular y acrecentar los canjes de nuestras publicaciones. Estamos cerca, a veces lejos, porque las comunicaciones entre las islas a veces se dificultan por muchas razones de transportación, etc., pero es fundamental trabajar por estimular el canje y fomentar esas colecciones en nuestras hemerotecas, sobre todo en las universitarias.

Un momento clave en el encuentro fue el denominado Punto de vista, en el cual no pretendimos que los participantes trajeran ponencias o conceptos elaborados, sino escuchar breves intervenciones de las figuras más importantes que estarán con nosotros, alrededor del tema “¿Qué revistas para el Caribe del siglo XXI?”. Es decir, que no solamente el encuentro está proponiendo un balance que tiene que ver con la memoria de estas publicaciones.

El evento se inaugura con publicaciones emblemáticas, fundadoras de un pensamiento de modernidad y nacionalismo en el área del Caribe, como lo fue la Revista de Avance, o la Revue Indigene, que se publicó en Haití, con un consejo de redacción presidido por figuras mayores y que por esas coincidencias de la historia aparecen ambas en 1927. Le hemos llamada a esa sesión inaugural “Memoria de revistas”. Tenemos que volver sobre algunas publicaciones fundadoras, que además, estuvieron asociadas a núcleos de intelectuales, a hombres de pensamiento que se dieron cuenta de cómo esta manera de circular una publicación seriada se convertía en un rompimiento de fronteras, y fueron articulando relaciones, más allá de sus propios países. Las revistas fueron quizá las primeras en empezar a generar una red a nivel de la propia región del Caribe, publicando artículos, poemas, pequeños cuentos de autores de otros países de la región.

En las revistas que vamos a estudiar como Tropic, Gaceta del Caribe, Orígenes… se estaba fundando esa red, ese entramado, de las relaciones, no solo con el Caribe mismo, sino del Caribe con el mundo. Esta es una perspectiva que nos interesa destacar, ese rol que juegan las revistas como constructoras de entramados culturales, como plataformas de relaciones culturales.

Cuando hablemos de Orígenes tuvimos un momento muy solemne, de recordación a Cintio Vitier con un hermoso documental realizado por Héctor Veitía, titulado Conversación con Cintio Vitier. Es una serie de la cual hemos escogido la parte en el que Cintio habla de Orígenes. Trabajando esta idea, hemos llamada a esta parte del programa “Orígenes de la memoria, memorias de Cintio Vitier”.

¿En qué situación editorial e intelectual se inserta Cuba en este contexto caribeño?

La institución por excelencia para convocar este evento era Casa de las Américas, no solamente por su proyección hacia el Caribe —que está desde el inicio mismo de su constitución como institución, por lo que el Caribe había dado, y lo que significaba para el mundo del cual formamos parte. Pero a su vez, no es casual que sea la Casa, porque solo unos meses después de creada esta, apareció su revista insignia. La institución tuvo muy claro desde entonces, y muy especialmente Haydée Santamaría, la importancia enorme de una publicación que fuera su rostro. Por lo tanto, la propia revista cumplirá el próximo año, sus 50 años.

La Casa de Las Américas que no es una institución con grandes financiamientos ni grandes fondos, tiene cinco revistas. En ella se publican sistemáticamente, además de Casa, revistas especializadas en música, artes plásticas, temas caribeños, etcétera. Entonces, la experiencia que se ha acumulado favorece extraordinariamente que sea este el punto de encuentro.

¿Quiénes nos vamos a reunir? La convocatoria se lanzó a todas las instituciones, estuvo en nuestro sitio web en tres idiomas durante varios meses. En ocasiones nos llamaban para decirnos “mi revista no es caribeña”. Aquí se producía algo muy peculiar: por el solo hecho de que una revista esté en el Caribe, puede decirse que es caribeña. Pero algunos editores tienen muy claro que no es solamente porque se realice en un país del Caribe, que una revista es caribeña. Esto ha sido sumamente productivo e interesante, porque muchos editores de revistas cubanas nos escribían para contarnos todo lo que habían hecho. Había una voluntad de encontrar las cartas credenciales que le daban a su publicación el rango de revista del Caribe. Incluso esto ha demostrado la voluntad de muchas redacciones, de proyectarse hacia nuestra región.

¿Entonces, cómo fue el proceso de selección de las publicaciones que iban a participar?

Seleccionamos a cuatro publicaciones cubanas como invitadas, por considerarlas insignias, porque expresan cuatro campos del trabajo cultural, o de los estudios culturales cubanos, que tiene ya una configuración estable y un prestigio ganado a través del tiempo.

Catauro cubre el espectro de los estudios antropológicos y etnológicos y ha tenido permanentemente una inquietud que supera la dimensión de los estudios sobre Cuba, entablando, a través de estas visiones, un nexo con el resto del área del Caribe.

Clave, revista de música por excelencia de nuestro país, que al estudiar todos los ritmos de nuestro panorama musical, inevitablemente ha entroncado también con sus similares en el entorno caribeño.

Las otras dos publicaciones invitadas son Arte Cubano y Cine Cubano. Ellas, por ser representativas de ciertas zonas del pensamiento y del arte en el país, se expresan artísticamente en el evento a través de sus conceptos editoriales, de tal manera que cada una de ellas clausura una jornada, con espectáculos de música y teatro, muestras de documentales o conciertos audiovisuales, que han diseñado en función de proyectar sus conceptos editoriales.

Estas revistas están montando también nuevos números en relación con el Caribe. Por lo tanto, esta región va entrando de una manera u otra al espíritu de todo el evento. Por ejemplo, Cine Cubano va a presentar una muestra de filmes de países de los que casi no se conoce su cinematografía, como es el caso de Islas Caimán y Surinam.

Es una convivencia muy hermosa de las revistas y también una gran oportunidad para completar colecciones y actualizarnos con el quehacer de todas las publicaciones con un espacio en este evento.

Ha habido también una receptividad interesante en muchos ponentes que han decidido presentar sus trabajos. Participarán investigadores procedentes de España, Jamaica, EE.UU. y México, que han decidido presentar sus ponencias y que entraban perfectamente en la idea del programa, que se propone propiciar estudios sobre revistas.

¿Cómo valora Ud. el proceso de asunción de la identidad caribeña por parte de Cuba, teniendo en cuenta que por mucho tiempo, quizá por la barrera del idioma básicamente, nuestro país se veía más a sí mismo como una nación de Latinoamérica que del área del Caribe?

Ese es un proceso que tiene su origen en la balcanización del Caribe, que se produjo como resultado de toda la dominación multimetropolitana que hubo en la región y que fragmentó extraordinariamente este espacio. Y por otro lado, tiene que ver con esa comunidad, no solamente lingüística, sino también de ideas que entabla una relación importantísima de Cuba con América Latina. Nuestro país tiene una posición privilegiada en el orden  geográfico. No por casualidad, cuando los españoles diseñaron el escudo, o le quisieron dar un título casi de nobleza a la Isla, la llamaron llave del Nuevo Mundo. Es porque una llave es eso imprescindible para abrir puertas, y Cuba está situada en esa cuenca uteral de América, el mar Caribe, en esa puerta de entrada para acceder, en los conceptos que tenían entonces la metrópoli, al continente. Esto la hace partícipe en simultaneidad de dos espacios que en el fondo son uno, porque es Nuestra América, de la que habló Martí, que va desde el Río Grande hasta la Patagonia, pasando por esas dolorosas islas del mar, como las llamó el Apóstol.

Y Cuba tiene el enorme privilegio, por ubicación geográfica, por sus nexos históricos, por la lengua que hablamos, de ser también parte de esa comunidad mayor que es Latinoamérica. Pero a la vez nuestro país no puede desconocer otro elementos que la hacen caribeña, que tiene que ver con historias compartidas con otros territorios de la región, con una configuración histórico-social, con una configuración social y demográfica, con los colores que cada uno de nosotros llevamos, que forman parte de un mestizaje nacido al interior de esa hibridez de tantas y tantas culturas y razas mezcladas. Existe también en Cuba la presencia de Afroamérica, que en lugar de reducirnos a ser caribeños, latinoamericanos, o simplemente cubanos, nos amplía, nos hace más ricos por las historias que compartimos unos y otros.

Cuba ha sido consciente de esto. Particularmente Casa de las Américas, ha encaminado por años una labor que habla de la necesidad de mirarnos también desde el Caribe y en el Caribe. Por ello al evento vendrán personas de otras regiones, pues existe una diáspora caribeña. No perdemos de vista esa dimensión multifactorial a la hora de concebir nuestros proyectos. Cuba se enriquece siendo también caribeña.
 

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