Zenia Regalado - Juventud Rebelde.- El humanismo del proyecto Con amor y esperanza, que dirige el pintor Jesús Carrete, destinado a un espacio de creación y crecimiento espiritual para adolescentes con síndrome de Down recibió el reconocimiento del programa de los trabajadores sociales.

Esta iniciativa debe servir de motivación para desarrollar otros similares con grupos vulnerables en las comunidades.

Enrique Gómez Cabeza, al frente del programa nacional de Trabajadores Sociales, puntualizó que las investigaciones que efectúa esta fuerza juvenil no tienen el único objetivo de ser mostradas en un evento, sino también el de sistematizar acciones en los barrios que contribuyan a transformar los entornos negativos, y desarrollar las potencialidades de los individuos.

Las tesis investigativas que se realizan deben orientarse principalmente a la comunidad y a la generación en ella de respuestas colectivas a los problemas, a partir de la participación de las personas en el bien común.

Si en un barrio dañado por un huracán vive un aciano solo de más de 70 años y su casa de madera está desvencijada, los trabajadores sociales deben motivar allí la solidaridad con esa persona, para ayudarla a reparar su vivienda en lo más elemental.

Durante un reciente balance del programa en Vueltabajo se insistió en la necesidad de que los cuadros de este se vinculen a los barrios en el diseño de investigaciones sociales.

Se reconocieron los avances del proyecto que desarrolla el programa de Trabajadores Sociales en el consejo popular Capitán San Luis, el de más alto índice delictivo, centrado en personas que provienen de otras zonas; aunque aún faltan muchas potencialidades por desarrollar allí, dijeron.