Anneris Ivette Leyva - Granma.- La proximidad de los festejos por el fin de año trastoca las rutinas de los pueblos: vacaciones, reuniones familiares y paseos se incluyen más que nunca en las agendas cotidianas. Para este 2009, sin embargo, las festividades no pintan de muchos colores, pues en el mundo entero los efectos de las crisis han contribuido a opacarlas un poco.

Otra particularidad de este periodo exige ser integrada al ambiente de diciembre: reforzar las precauciones para evitar el virus de la influenza A H1N1. El énfasis no es en balde: de acuerdo con autoridades de la Salud en nuestro país, una segunda ola pandémica en el hemisferio Norte comienza a tomar auge.

Según el doctor Luis Estruch Rancaño, viceministro para la Higiene, la Epidemiología y la Microbiología del Ministerio de Salud Pública, el nivel de contagiados con el virus de la influenza A H1N1 está creciendo en Europa Oriental en países como Kasajastán, Uzbequistán, Ucrania y Bielorrusia, y se presenta muy fuerte de nuevo en la India y China.

Nuestra región —especialmente Estados Unidos, Canadá y México—, no es ajena a esta segunda ola; por lo tanto, no podemos dar la enfermedad como controlada, sino que continúa representando un riesgo, alertó.

Lo escrito y lo pendiente

El virus de la influenza A H1N1 emergió, según datos oficiales, el 24 de abril pasado, en México y Estados Unidos, aunque se infiere su circulación desde antes. Durante la primera fase, resultaron afectados los dos territorios mencionados más Canadá. Luego, durante los meses invernales en el Cono Sur, abarcó también esa zona, y no tardó demasiado en "conquistar" los cinco continentes y alcanzar categoría de epidemia global.

Cuando se contaban, aproximadamente, 230 días de pandemia, se reportaban un poco más de 11 mil muertes, con una frecuencia de casi mil fallecimientos por semana.

"En Cuba tuvimos nuestros primeros casos importados en mayo, con el retorno a clases de tres estudiantes mexicanos, y en el mes de septiembre constatamos la presencia de la enfermedad en todas las provincias del país, con mayor grado en el occidente", detalla el Viceministro.

"Tenemos, hasta el momento, menos de 1 000 casos confirmados. Puede que existan más, pero sólo los avalados por una muestra virológica son aceptados como datos oficiales, y no a todos los pacientes bajo sospecha de haber contraído el virus se les practica tal examen (ningún país puede hacerlo), pues asciende a casi 100 dólares el costo de cada muestra.

"Ante el aviso de esta segunda ola pandémica —insiste el doctor Estruch —, no podemos descuidar las medidas preventivas. Es importante informar continuamente a la población y apelar a la responsabilidad individual para evitar los riesgos y acudir sin tardanzas al médico ante cualquier síntoma.

"Cuando la enfermedad se trata a tiempo, no hay razón para que exista mortalidad, pues nuestro Ministerio de Salud Pública tiene reservas para enfrentar el problema: contamos con las camas, los servicios de terapia, la oxigenación, los antibióticos y demás medicamentos", subrayó.

Igualmente, resaltó el control especial sobre los grupos de riesgo, principalmente las embarazadas —que han llegado a representar, en algunos países, entre un 15 y un 25% de la mortalidad por A H1N1— y los niños discapacitados, ambos muy susceptibles a los efectos de la enfermedad y a los cuales debe pesquisarse diariamente.

Como pronóstico para estos días de fin de año e inicios del próximo, el Viceministro acotó que diciembre, enero y febrero, son meses de alza turística, además de caracterizarse por el movimiento de becarios extranjeros y de colaboradores cubanos en el exterior, por lo que puede incrementarse la presencia de la epidemia al entrar personas aparentemente sanas en periodo de incubación del virus.

"Aunque las medidas de control sanitario en la frontera son sistemáticas, se recomienda reforzar su aplicación en los puertos aéreos y marítimos. No debemos perder de vista que el virus de la influenza A H1N1 es nuevo para la humanidad y aún no se ha escrito todo sobre él".