Y así lo reconocen los directivos principales del sector y también quienes cada día atienden la masa vacuna en las unidades de producción, los que tienen sobre sus hombros el compromiso de acopiar lo más posible para sustituir importaciones.

Esa cantidad producida representó, en términos reales, dejar de comprar en el mercado internacional 2 mil 600 toneladas de leche en polvo entera y 9 millones 308 mil dólares dejados de erogar, de acuerdo con el precio existente el 30 de diciembre.

Entre quienes creen que aún puede lograrse más está el ingeniero Dalexe Hernández Fernández, director de la empresa pecuaria La Sierrita, una de las mayores del territorio cienfueguero, quien considera que aún deben superarse los resultados en la reproducción, el manejo de la masa, la garantía alimentaria y el mejoramiento de los pastos en las áreas que aún quedan infectadas de marabú.

Los que laboran en ese sector y en la empresa láctea Escambray también están conscientes de los problemas que persisten con la calidad de la leche que llega a la industria, por múltiples factores de influencia, como reflejó este semanario en ediciones pasadas. Los productores, según aseguraron a Trabajadores digital autoridades de la Agricultura en ese territorio, aplican diversas medidas para erradicar las deficiencias. Ese será el tema de un próximo material periodístico.