Diony Sanabia Abadia - Prensa Latina.- El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, destacó hoy la necesidad de escalar montañas para gritar a los cuatro vientos la verdad sobre cinco antiterroristas compatriotas suyos presos en Estados Unidos hace casi doce años.
Habrá que superar cordilleras, físicas y morales, vencer empinadas cuestas donde golpean el viento y la nieve para que otros descubran una historia silenciada, comentó el dirigente en la condecoración con la Distinción Félix Elmuza a tres reporteros extranjeros.
La Unión de Periodistas de la mayor de las Antillas impuso este viernes dicho galardón a los argentinos Pablo Fernández y Santiago Vega y al español José Manzaneda en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.Los reporteros de Argentina integran el proyecto Anconcagua que plantó una bandera en la elevación más alta de América con un llamado por la excarcelación de Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero y Fernando González.
Alarcón subrayó que habrá que emprender otra vez la hazaña de El Libertador Simón Bolívar, volver de nuevo desde el valle de Caracas hasta el Altiplano con el reclamo de libertad y de justicia.
Recordó que durante el llamado juicio en Miami contra los Cinco, como son conocidos en el orbe esos luchadores, todos los días quienes en él participaban eran asediados y provocados por maleantes con credenciales de prensa.
Hasta la jueza protestó una y otra vez y le rogó al gobierno que detuviese aquel espectáculo lamentable, sostuvo el presidente del parlamento cubano.
Precisó que esos nombrados periodistas eran empleados y pagados por la administración estadounidense para promover la histeria anticubana y atemorizar a los miembros del jurado.
Los Cinco fueron detenidos el 12 de septiembre de 1998 cuando monitoreaban las acciones criminales de grupos anticubanos en el sur estadounidense y condenados a penas que van desde 15 años de privación de libertad hasta doble cadena perpetua más 15 años.
Numerosas pruebas judiciales y el testimonio de altos jefes militares norteamericanos sostienen que ellos nunca atentaron contra la seguridad de esa poderosa nación.
