El también Vicepresidente del Consejo de Estado aludió al importante papel del movimiento de masas para lograr la amnistía de los jóvenes, que no dejaron morir a José Martí en el Centenario de su natalicio, al asaltar dos de las principales fortalezas militares del gobierno dictatorial.
Comentó que durante los 580 días en el Presidio Modelo, considerado para los patriotas como período de forja y unidad, padecieron las adversas condiciones de confinamiento en solitario, vejámenes y torturas físicas y psicológicas.
Se refirió igualmente a la posición de principio mantenida por el grupo de revolucionarios, que no cedieron al chantaje del indulto que les ofreció Fulgencio Batista, presidente golpista, cuando intentó humillarlos, estimulado por sus apetencias electorales.
Además, Lazo Hernández convocó a los residentes en el municipio especial a enfrentar las tareas urgentes por la sostenibilidad de la economía, aplicar conscientemente la ciencia y la técnica, ahorrar, trabajar y a no olvidar la historia que forjaron los predecesores.
La pionera de sexto grado Claudia Ramos Fernández, en nombre de sus coetáneos, agradeció a los moncadistas la posibilidad de vestir hoy su uniforme rojo y blanco y el orgullo además de tener escudo, himno y bandera, que es igual a tener patria.
En tanto la joven maestra Angélica María Santiesteban Padrón, regocijada de tener como fortuna tizas, libros y lápices para forjar al hombre del mañana, se pronunció contra la campaña mediática orquestada contra Cuba por Estados Unidos y el Parlamento Europeo.
El acto, que concentró a más de 20 mil compatriotas frente a la escalinata, por donde descendieron los moncadistas victoriosos el 15 de mayo de 1955, estuvo matizado por el arte pictórico, danzario e interpretativo y el mismo fervor de aquel tercer domingo de victoria popular.
