La sustitución de importaciones es fundamental para el sostenimiento del transporte público en la capital

María de las Nieves Galá - Cubainformación.- En la avenida Vía Blanca, entre Flores y San Benigno, radica un taller que apenas llama la atención, a no ser por la falta de pintura. En lo alto, el letrero es casi imperceptible: Multigoma. Dentro, un pequeño colectivo de trabajadores se empeña en cambiar la imagen de lo que es realmente una pequeña mina por explotar al máximo. La entidad, perteneciente a la Empresa Provincial de Talleres de Ómnibus de Ciudad de La Habana, contribuye a la sustitución de importaciones, vitales hoy para el sostenimiento del transporte público de la capital, afectado en los últimos tiempos por la falta de piezas de repuesto.



Según Abedelazy Mederos Delisle, administrador de la unidad, cientos de accesorios de goma son fabricados para ómnibus y otros tipos de carros.

Desde ahí han salido para las terminales, entre enero y mayo del presente año, 559 bujes para las barras estabilizadoras y 181 diafragmas de freno para los ómnibus Liaz, cientos de bujes amortiguadores, centros de transmisión para las guaguas Busscar, entre otros aditamentos que han permitido activar el servicio de ómnibus que estaban paralizados.

“Diariamente hacemos entre 90 y 120 piezas. Realmente no podemos cumplir la demanda que tienen nuestros productos; aquí vienen clientes de Matanzas, Pinar del Río y hasta de Ciego de Ávila. Hoy la prioridad son los ómnibus de la ciudad”, apuntó.

Aseguró que desde febrero cuentan con la materia prima. “La dificultad principal son los equipos, muy antiguos, solo tenemos cinco prensas para el proceso de vulcanización, y una de ellas no funciona. En general están en muy mal estado”, afirmó Mederos.

“Pudiéramos hacer más, si contáramos con máquinas herramienta para la ejecución de moldes y troqueles”, afirmó Fernando López

Sobre los hombros de Fernando López Ávila, único mecánico de mantenimiento y tornero del taller, recae la reparación de las prensas. En un viejo torno que ha logrado resistir el paso de los años, hace los moldes donde se conformarán dispositivos para los vehículos. “Este es mi pequeño reino desde el año 1989, pero ya estoy por retirarme, el trabajo es duro”, dijo el experimentado especialista.

En el viejo local escasean la luz y hasta los materiales propios de su oficio. “Recuperamos piezas que no sirven y con ellas hago los moldes”, mientras, señala que las condiciones del taller son malas. “Pudiéramos hacer más, si contáramos con máquinas herramienta para la ejecución de moldes y troqueles tan necesarios para la sustitución de importaciones. No tengo útiles de corte (cuchillas de torno, barrenas).

El torno es del año 1974 y requiere reparación. Tampoco contamos con laminado para la producción de moldes. Estos bujes —comenta y me muestra el aditamento— los hago con moldes desechados de otras líneas de vehículos”.

En otra parte está el área de vulcanizar, donde se encuentran las prensas.

El vapor que sale de los equipos, unido al calor de junio resulta insoportable.

Con un humor envidiable, Reynaldo Toscano Pedroso se presenta: “Me dicen el Moro”, y acto seguido nombra a sus compañeros de labor, Ciro Lemus Benítez y Julio González Mechor.

Ellos están conscientes de la importancia de la labor que realizan y ponen todo su esfuerzo, lo que no entienden es por qué no les habilitan mejores condiciones de trabajo: escasea el agua fría, no tienen merienda ni almuerzo y el salario es de 250 pesos (al no poder cumplir el plan en los meses anteriores no ha existido estimulación).

De hecho las ganancias en el centro son difíciles de repartir, pues solo unas siete personas están vinculadas directamente a la producción y la plantilla es de 26, entre estas, cinco custodios.

Para ellos, como para Fernando, la preocupación está en buscar jóvenes que aprendan el oficio, y que un día los puedan sustituir. “En mi caso —acotó Fernando— ya tengo 65 años”. Sin embargo, el placer por lo que hace lo lleva a idear constantemente algo nuevo.

Ciro González O´Farrill, especialista de la empresa Metrobús, expresó que en la capital otros talleres también están involucrados en la sustitución de importaciones para los ómnibus. No obstante, consideró que aún se puede hacer mucho más y los obreros están en disposición de hacerlo, pero hay que asegurarles la materia prima y los herramentales para ampliar las producciones y garantizar que diariamente existan menos ómnibus parados en Ciudad de La Habana.

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