Juventud Rebelde.- Con producciones únicas destinadas a la rehabilitación y al mantenimiento de redes del Sistema Electroenergético Nacional, una entidad villaclareña le ha ahorrado al país más de cuatro millones de pesos por sustitución de importaciones.


Una y otra vez coloca el dispositivo, vela porque cada pieza esté en su lugar y pulsa con fuerza la prensa de 16 toneladas, hasta dar por terminada la parte superior de todos los fusibles que se producen hoy en Cuba.

Ese último dato puede llenar de asombro a cualquiera, mientras nos confirma el privilegio que acompaña al joven Carlos Yera y la significación de una entidad villaclareña con producciones únicas en el país, destinadas a la rehabilitación y al mantenimiento de redes del Sistema Electroenergético Nacional.

Al margen del ruido que emana de sus máquinas, esta fábrica de fusibles y desconectivos, perteneciente a la Empresa de Producciones Electromecánicas de la Unión Eléctrica Nacional, ha ocasionado «ruidos» mejores, como el de ahorrarle al país durante 2009 más de cuatro millones de pesos por sustitución de importaciones, un dato que le suena bien a la economía cubana.

A pie de máquina.

El ingeniero Orestes Bermúdez Rodríguez, director de este centro desde su creación en 2000, junto a Rolando Guerra Ramírez, jefe de Producción, prefieren no aclimatarnos en una oficina, sino más bien revelarnos algunas estadísticas en las mismas áreas de trabajo, donde los números suelen comprenderse mejor.

Inmersos en aquel ajetreo apreciamos que las labores requieren destreza y esfuerzo físico, pero bien se compensa esa entrega con lo útil que han resultado para la Revolución Energética los 11 componentes eléctricos elaborados en la fábrica, con una fuerza laboral estable.

A pesar de las complejidades para adquirir la materia prima en el mercado internacional, en el año 2009 lograron producir 262 000 eslabones de fusibles de media tensión, 200 seccionadores tripolares, 18 243 cortacircuitos (conocidos popularmente como caballitos), 715 461 metros contadores, 157 815 gabinetes y 45 000 luminarias para alumbrado público.

Cuánto crecieron en los últimos diez años en cantidad y surtidos lo evidencian los más de 16 millones de pesos logrados en 2009, si se comparan con los 900 000 del 2000, su año inaugural.

A ese progreso lo engrandece el hecho de que el índice de satisfacción de las entidades beneficiadas supera anualmente el 97 por ciento, lo cual confirma la alta calidad y buena aceptación, reconoce Bermúdez Rodríguez.

A pesar de las limitaciones por la crisis económica mantienen un buen ritmo, como confirman las producciones hasta la fecha, equivalentes a más de ocho millones de pesos, de un plan anual superior a los 17 millones.

En busca de más eficiencia y productividad, desde 2001 en la fábrica se aplica el perfeccionamiento empresarial y se aprecia un impacto positivo en su gestión. Uno de sus últimos logros fue la certificación integrada que acaban de recibir por las gestiones en la calidad, la preservación del medio ambiente y la seguridad y salud del trabajo.

Fábrica joven.

Basta cruzar la puerta principal para comprender que entre los 131 trabajadores de la entidad, los jóvenes acaparan casi todo el protagonismo productivo y se destacan por sus innovaciones, las que han contribuido a solucionar muchos de los problemas que aquejan el funcionamiento de las viejas maquinarias con que todavía trabajan.

Pero lo que viene a reforzar y hasta darle continuidad a esa presencia juvenil en los talleres, es el vínculo constante con el instituto politécnico de informática Lázaro Cárdenas, ubicado en las proximidades de la fábrica.

Cada año realizan prácticas allí cerca de 400 muchachos, explica el jefe de Producción, quien pondera lo valioso de contar en las labores productivas con jóvenes en formación.

Al hablar con algunos de estos estudiantes, que en definitiva se dedicarán a la Informática, elogiaron la labor que realizan porque les crea hábito de trabajo, disciplina y ven la utilidad de lo que hacen.

Lo que nunca olvidan.

Entre los galardones que atesoran hay uno especial que no deja de conmover a los trabajadores, a pesar de que han pasado siete años. El director recuerda con orgullo aquel instante de 2003 cuando Fidel le entregó la Medalla de Oro por la calidad del eslabón de fusible de media tensión, en la Feria Internacional de La Habana.

También este colectivo recibió la Bandera 70 Aniversario de la Central de Trabajadores de Cuba y la condición de Vanguardia Nacional durante ocho años consecutivos, reconocimiento que ratifican por estos días.

Hacia nuevos horizontes.

A sus habituales fabricaciones acaban de añadir dos nuevos surtidos: el seccionador de área tensada, y el de acción conjunta, sumamente costosos en el mercado internacional. Este último tiene un precio de alrededor de 5 000 dólares.

Próximamente iniciarán la fabricación de sellos plásticos de seguridad, pararrayos de óxido de zinc y aisladores polimétricos, lo que significará reducir el gasto de divisas al país. Consecuentemente, esta fábrica de fusibles y desconectivos continuará ayudando a alumbrar a toda Cuba con sus producciones, porque resultan vitales en la rehabilitación energética.

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