Fotos © Virgilio PONCE

Cristóbal Danilo Campos Aveille - Cubainformación.- « La gente de Cayo Hueso, manos para arriba » dice el estribillo de los coros empleados en sus canciones en la mayoría de las agrupaciones de música popular del momento. Por su idiosincrasia, sus características socio-culturales y rebeldía, Cayo Hueso se insertó en la vida nacional desde su fundación siendo escenario de múltiples acontecimientos históricos, culturales y religiosos.

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Esta parte del centro de la capital cubana, vibraba siempre al unísono con el resto del pueblo en los años de la seudo-república; su proximidad a la universidad, escenario de rebeldías estudiantiles contra los gobiernos entreguistas de turno; razón por la cual se fortalece la idiosincrasia solidaria y combativa de este entorno; al salir a las calles, en apoyo a las explosivas manifestaciones de estudiantes que bajaban desde la colina universitaria por la calle San Lázaro reclamando una patria más justa.

Durante toda la historia en ese conglomerado de habitantes humildes en su mayoría, se acrecienta la esencia proletaria del barrio; su carácter de proscenio de primera magnitud en las luchas contra los gobiernos corruptos de las  primeras décadas del siglo veinte cierra con el derrocamiento de la sanguinaria tiranía machadista.

En el palacio de los Torcedores, ubicado en San Miguel y Marques González, se forjan los lideres comunistas de la época, allí se escucharon las predicas de Carlos Baliño, fundador del Partido Revolucionario Cubano con José Martí en 1895; este en 1925, junto con Julio Antonio Mella y otros compañeros funda el primer partido comunista vibrando en ese lugar la voz precursora de Mella.

El palacio fue sede de la universidad popular José Martí creada por Mella para elevar el nivel cultural y político de las masas trabajadoras. En este lugar desfilaron consternados miles de hombres y mujeres humildes del pueblo ante el cuerpo yacente del líder comunista Rubén Martínez Villena.

Si alguna zona urbana del país fue conocida concienzudamente por el joven abogado Fidel Castro, esa fue sin duda esta barriada, lugar en el cual vivió y trabajo en el bufete de abogados del Dr. Armenteros en la calle San Rafael y Oquendo.

Sostuvo múltiples reuniones en la casa de Melba Hernández ubicada en la calle Jovellar, preparando el ataque a los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes.

Dos grupos de jóvenes participantes en los sucesos del 26 de julio fueron creados en el barrio conocido como el grupo de la calle Lucena y el de Cayo Hueso.

Desde el parque Trillo, situado en San Rafael y Hospital, partieron grupos de jóvenes al asalto de los cuarteles orientales.

Otros jóvenes residentes en la casa de huéspedes en Neptuno 914 partieron al combate independientemente; entre estos se encontraban, Raúl Castro, Pedro Miret, Abelardo Prieto, estudiantes de la universidad de La Habana.

Finalizando la calle Aramburu están los vestigios del cementerio de Espada donde fue enterrado George Weerth, primer gran poeta representante del proletariado alemán compañero de lucha y amigo de Marx y Engels, fallecido en La Habana el 30 de julio de 1856.

Los orígenes del barrio se remontan a principios del siglo XVIII estableciéndose los primeros asentamientos. Producto del ritmo de urbanización en el siglo XIX hay un crecimiento poblacional hacia Aramburo y San Lázaro.  

En 1911, según el plano de Esteban Pichardo, los limites del barrio son: San Lázaro por el norte, Zanja por el sur, Belascoaín al este e Infanta al Oeste; actualmente, su límite por el norte es el Malecón.

A partir del año 1900 regresaron a la patria los emigrados tabaqueros cubanos desde los cayos de Tampa y Cayo Hueso al sur de la Florida, quienes fijan su residencia en esta zona; conociéndose por Cayo Hueso.  

La fundación oficial del barrio es el 26 de julio de 1912.

*Cristóbal Danilo Campos Aveillé intelectual cubano residente en Francia.