LaJiribilla - Cubainformación.- Para Nikita Mijalkov, venir a Cuba es la concreción de “un sueño”: “Hace tiempo quería venir –dijo- porque Cuba es una leyenda en todos los sentidos”.
El autor de Pieza inconclusa para piano mecánico, Algunos días en la vida de Oblómov y Quemado por el sol, entre otras cintas que integran el patrimonio fílmico no solo de Rusia, sino del mundo entero, ha venido por primera vez a Cuba. En medio de la fiebre habanera por el arte cinematográfico latinoamericano, que cada diciembre dispara las taquillas de los cines, Mijalkov ofreció una conferencia en el Hotel Nacional de Cuba: cerca de dos horas de un diálogo intenso, donde desfilaron preguntas de varias generaciones de cubanos. “Vamos a hablar de cine y de cultura en general”, advirtió.
Los ardides de la dirección de actores, su pasión por Chejov, su visión sobre “lo moderno” y sobre la función del arte, los temas que aún le inquietan como creador y la contemporaneidad de un país que nos fuera tan cercano, fueron algunas de las conexiones entre la inquietud del público y la locuacidad de Nikita Mijalkov.
El cineasta explicó que su presencia en Cuba se debe —además de al hecho de que nunca había pisado este suelo y quería hacerlo— a que presentará en el contexto del 32 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano su cinta Quemado por el sol 2. Ante la pregunta del público acerca de las razones que le llevaron a continuar el filme, premio Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1994, Mijalkov se divirtió incitando a que la veamos y adelantó que incluso prepara una tercera parte.
La presencia de Mijalkov en el Festival no resulta en modo alguno anacrónica: además de constituir un referente para cineastas y cinéfilos de la Isla, la mayoría de sus filmes han sido aclamados en Cuba por un público que los siente suyos, en tanto “la Rusia eterna” —dijo el crítico cubano Joel del Río, en su rol de moderador— en que la Isla vivió durante décadas tuvo su expresión más genuina en esas historias.
Sin embargo, otro argumento más potente conecta a Mijalkov con la fiebre del cine latinoamericano que se vive en La Habana: para el cineasta, es precisamente desde esa región donde se está construyendo el arte del fututo. Y también desde el África. “Un pueblo que no tiene problemas, no tiene cine ni cultura —explicó—. Y si se inventa los problemas, tendrá un arte muerto y un cine muerto. El futuro está en la sangre joven de África y América Latina”.
