Reinaldo Morales Campos - Cubainformación.- Del 3 al 15 de enero de 1966  imperialistas y colonialistas, junto a sus gobiernos títeres surgidos de falsas electorales y dictaduras militares, temblaron  por la celebración, en La Habana, de la Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina que tuvo entre sus objetivos  alcanzar la unidad de las fuerzas revolucionarias en lucha por alcanzar la liberación,  la  independencia y la soberanía nacional de los pueblos, frente a el imperialismo, contra el apartheid y la segregación racial.


Durante doce días  delegados  e invitados desafiando deslucidas amenazas   de gobiernos títeres al servicio del imperialismo y al neocolonialismo alzaron sus voces  a favor de las causas justas;   entre los que lo hicieron se destacaron:   Salvador Allende; Chile, Amílcar Cabral; Guinea Bissaau y Cabo Verde,  el guatemalteco Luis Augusto Turcios Lima, el guyanés Cheddy Jagan, Pedro Medina Silva, de Venezuela, Nguyen Van Tien, de Vietnam del Sur y Rodney Arismendi, uruguayo. También  se dieron a conocer  los trascendentales  mensajes  de: Ho Chi Minh, Kim Il Sung, Chou En Lai, Alexis Kosiguin, Gamal Abdel Nasser, Houari Boumedienne y Julius Nyere.

De la Conferencia Tricontinental, que sesionó bajo las representaciones simbólicas,  en el letrado de aquel  encuentro, de las figuras descollantes de la lucha revolucionaria cubana, como: José Martí, Antonio Maceo y Camilo Cienfuegos, surgió  la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL); que durante  45 años para su labor comunicativa que ha contado con sus ediciones graficas, tales como: el boletín y la revista Tricontinental, carteles, filmes y las producciones literarias de su Editora Tricontinental; con el apoyo de sus noticieros radiales.

A través de esos medios de propaganda,  empleados para  sistematizar sus relaciones  con los movimientos revolucionarios y partidos progresistas del mundo, la OSPAAAL  ha logrado neutralizar  la acción de la propaganda enemiga que ha pretendido tergiversar la lucha de los pueblos contra todo tipo de dominación o sometimiento, dividir el movimiento revolucionario y distorsionar las causas que originan las revoluciones que tienen sus  consecuencias de las condiciones de vida y la conciencia de cada país y no de su exportación.

El libro titulado TRICONTINENTAL 1966, impreso en enero de ese  mismo año, fue  la primera obra editada por la Secretaria de la OSPAAAL, con la memoria de la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina. En sus 168 páginas se recogen los acuerdos y resoluciones del magno evento, datos sobre los 512 delegados provenientes de 82 países, así como de los 64 observadores, 24 invitados y la representación de la prensa extranjera asistente.

El boletín Tricontinental, con aproximadamente 68 páginas y  portada a color, diseñado por Lázaro Abreu Padrón, comenzó a circular desde  abril de 1966 con  periodicidad mensual, en español, inglés, francés y árabe. En el primer número se dieron a conocer las actividades organizadas por el Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur y circuló con 32 páginas ilustradas con fotos en blanco y negro. Su impresión alcanzó tiradas hasta de 60 mil ejemplares, que en ocasiones incluyó el idioma portugués y durante más de diez años mantuvo una frecuencia  mensual.

El boletín Tricontinental alcanzó, en su primer año de circulación, establecer un sello  distintivo, propio que lo diferenció de otras producciones similar de su género que se editaban en Cuba y en otros países, en su contenido no solo se abordaba noticias, celebración de efemérides o aspectos del trabajo interno de la organización, sino que además le fueron incluidos artículos de análisis y de valoraciones históricas de los movimientos de liberación nacional y de los pueblos de los tres continentes. Sus portadas o cubiertas contaron con un diseño apropiado donde estuvieron presentes elementos de la fotografía testimonial, el montaje fotográfico, la pintura, maquetación, el dibujo corporal y diversas influencias de lo más novedosos de las corrientes artísticas, como el  art-pop, los efectos ópticos y la metáfora visual.

Al finalizar el año 1966, surgió  la Editora Tricontinental y con el  sello de Ediciones Tricontinental se  comenzaron a publicar publicaron libros, folletos, boletines, discos fonográficos y cassettes con himnos y canciones revolucionarias. Entre los libros impresos estuvieron Pensamiento político de Ben Barka, Puerto Rico: análisis de un plebiscito, Obras escogidas de Ho Chi Minh y Obras escogidas de Turcios Lima.

 

En enero de 1967,  en momento en que el cartel cubano alcanzó su mayor esplendor  cubana,  la OSPAAAL  comenzó a editar sus carteles que desde entonces ha empleado para difundir sus mensajes de apoyo y aliento a las fuerzas revolucionarias y progresistas de África, Asia y América Latina; plasmándose en sus creaciones artísticas signos, símbolos y formas plásticas de un alto valor estético-comunicativo.

Los tres primeros carteles fueron impresos para conmemorar el primer aniversario de la Conferencia Tricontinental y contaron con la frase “... esta humanidad ha dicho basta y ha echado andar”, que presidió la celebración de ese importante evento. Creados por Tony Évora, en su concepción artística se emplearon fotografías con imágenes de figuras emblemáticas de la lucha revolucionaria de cada uno de los tres continentes contenidos en el alcance y objetivos de trabajo de  la organización.

Sucesivamente en correspondencia con la estrategia comunicativa y con la celebración de sus jornadas de solidaridad con los países en lucha, se imprimió otra trilogía de carteles también representativos de los tres continentes. Estos fueron Jornada de solidaridad con Guatemala   (6 de febrero) donde la lucha armada a través de la guerrilla fue la alternativa escogida para optar por su liberación. Otro de los impresos fue Día de la solidaridad con el Congo (13 de febrero) país en que un gobierno títere regía sus destinos desde que fuera asesinado su líder Patricio Lumumba .Estos dos  fueron  diseñados también por Tony Evora. El tercero creado por Eduardo Bosch Jhones, contenía el texto Hay que cortarles la mano al imperialismo en Viet Nam y su impresión se materializó en ocasión de la celebración de la segunda Semana de Solidaridad Internacional con  ese país del 13 al 19 de marzo de 1967.

 

El 16 de abril de 1967 la OSPAAAL editó un folleto  con el texto íntegro del histórico Mensaje del Che a la Tricontinental y en su la página de presentación, de ese folleto,  se anunció la futura  publicación de la revista Tricontinental.  El Che lo había enviado   en respuesta  a un pedido del  Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL; de solicitud de colaboraciones, de los más destacados dirigentes revolucionarios del mundo,  para incluirlos   en el primer número de la revista y por la claridad en que, en ese  articulo, se abordaron los problemas de vital importancia para el movimiento revolucionario y la denuncia enérgica contra la política del imperialismo se decidió publicarlo en un  suplemento especial.

    

Junto al folleto se distribuyó un cartel en el que se significó el mensaje: Crear dos, tres... muchos Viet Nam, El cartel diseñado con la concepción artística de Alfredo González Rostgaard y la realización gráfica de Lázaro Abreu Padrón,  el primero impreso ante que se produjera su muerte,  contenía  tres fotos del Che que se le habían sido tomadas durante su misión internacionalista en el Congo; a donde llegó el 24 de abril de 1965 y permaneció durante varios meses, como jefe de la Columna Especial Patricio Lumumba integrada por 130 cubanos que en cumplimiento de una solicitud realizada por el Consejo Supremo Revolucionario de ese país africano a la Dirección de la Revolución Cubana combatieron, junto a los hermanos congoleños, contra el colonialismo y ayudaron en la formación de los nuevos cuadros

Ambos, folleto y  cartel, con una tirada de 100 mil ejemplares; fueron reproducidos  en español, inglés y francés El cartel a la medida de 55 x 32,5 centímetros, en pequeño formato, permitió ser distribuido plegado en los sobres en que se envió el mensaje, con lo cual se inició una  práctica que se continuó realizado con la aparición de la revista Tricontinental. El Mensaje del Che a la Tricontinental, una vez hecho público y distribuido a diversos países, fue reproducido en folleto y revistas por organizaciones progresistas y partidos amigos, que lo imprimieron, en otros idiomas como;  italiano, árabes y japonés.

 

Con la advertida aparición de la revista Tricontinental  se sucedió la constitución del Departamento de Publicaciones y Propaganda de la  Organización de Solidaridad; el cual se creó en el propio mes de abril de 1967. Entre sus  primeras acciones de propaganda realizadas se pueden señalar los programas radiales. Aprovechando las bondades de la radiodifusión de permitir llegar a lugares remotos, donde no pueden estar presentes la televisión, el cine y los impresos, superar las limitaciones del analfabetismo existentes en los países subdesarrollados y los niveles de pobreza en parte de la población de los países capitalistas desarrollados, la OSPAAAL estructuró a través de Radio Habana Cuba una programación informativa en  español, inglés y francés, que se transmitió  hasta mediado de la década del setenta, y se escuchaba en América Latina, América del Norte. África y Europa.

Por distintas frecuencias de Radio Habana Cuba se difundieron, las informaciones a través de los programas Esta Marcha de Gigantes, donde además de noticias se  realizaban entrevistas a destacadas personalidades de la lucha revolucionaria, y el Noticiero Tricontinental, que  con  una duración de 10  minutos salía al aire todos los días para difundir la realidad de Cuba, los objetivos de la lucha de liberación nacional y de los partidos progresistas que se enfrentaban al neocolonialismo y a toda forma de explotación, oponiéndose además a las programaciones patrocinadas por la CIA en las emisoras La Voz de Américas, Radio Europa Libre, Radio Asia Libre y Radio Libertad, que en sus contenidos estimulaba la cultura del consumo y  distorsionan  la identidad nacional y los valores propios de los pueblos.

La carencia de un equipo de diseñadores para ejecutar el proceso de preparación de los bocetos y originales de los carteles que era necesario imprimir para dar cumplimiento a las jornadas de solidaridad  fue solucionado a partir de junio de 1967 con la incorporación a la labor creativa de la OSPAAAL de diseñadores  del equipo de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR), del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Entre  los primeros diseñadores de la COR, que en el período 1967-1969,  participaron en la creación de esta gráfica militante estuvieron: Jesús Forjans Bode, René Mederos Pazos, Berta Abelenda Fernández, Ernesto Padrón Blanco, Guillermo Menéndez, Olivio Martínez Viera, Faustino Pérez Organero, Daysi García López, Félix Beltrán, Mario Sandoval Rodríguez, Humberto Trujillo, Antonio Pérez Fernández (Ñiko), Luis Álvarez, Helena Serrano, Alfonso Prieto y José Papiol Torrent. La labor de los creadores de la COR en la realización de diseños de los carteles de solidaridad tricontinental  extendió hasta 1977 etapa en que participaron 26 diseñadores.

En agosto  salió  a la luz pública el primer número  de la revista Tricontinental, con una tirada  de 60 mil ejemplares, (25 mil en español, 15 mil en inglés y 10 mil en francés), y tal como se había previsto se emprendió la distribución de carteles, a la medida  de 55 x 33 centímetros, que doblados dentro de esta publicación llegaron a diversos países del mundo.

La concepción y presentación de la maqueta del primer número de la revista Tricontinental había sido concebida por el diseñador gráfico José Gómez Fresquet (Frémez) y al no poder ocuparse este de su proceso editorial,  a solicitud del Secretariado General de la OSPAAAL, lo realizó Alfredo Rostgaard, quien en su condición de director artístico fundado contó  con la  colaboración de Lázaro Abreu Padrón, quien además de continuar diseñando el boletín informativo de igual título, brindó su aporte creativo en las cubiertas y contracubiertas así como en ambos reversos de la revista

El primer cartel que circuló doblado en la revista Tricontinental, fue un anti-anuncio, iniciativa aportada por Alfredo Rostgaard, recurso gráfico donde los símbolos de la publicidad y la propaganda capitalistas son distorsionados y en sentido contrario se proyectó el sentido revolucionario a favor de la causa de los pueblos del Tercer Mundo. Hecho al tamaño de 55 x 33 centímetros se distribuyó en la Tricontinental número 4-5 (enero febrero del 1968)  insertado en las páginas interiores y en la contracubierta de este y  en otros ejemplares. En este anti anuncio el texto empleado en la publicidad de un anuncio comercial de Ethioplan Airlines: Algunas de los distantes paisaje; con nombres de lugares que el turista debía visitar, fueron sustituidos por una relación de nombres de prisiones y bases militares de Etiopía. También se insertaron las fotos de dos revolucionarios ahorcados donde estuvieron paisajes de ese país.

 

La revista Tricontinental, que en sus cubiertas también asumió el anti-anuncio, tuvo una edición en Italia (1967-1971). La impresión y distribución de los 24 números en italiano estuvieron a cargo de la librería Feltrinelli, Milán. Igualmente entre, 1966 y 1969, se editó en francés por Editions Francois Masperó; una de las casas editoriales más importantes de Francia. También en Alemania durante un año por Trikontuerlag.

Publicada con una periodicidad  bimestral, en formato de 23 x 15 centímetros y 120 páginas. Los primeros diez números contenían en su interior papel bond blanco de 75 gramos. Para diferenciar sus artículos se adicionaban hojas en los colores verde, azul y rosado y en ocasiones se acompañaban  con sueltos que contenían impresos mapas, gráficos, tablas estadísticas, así como otras ilustraciones de apoyo visual. El orden de sus artículos estuvo en correspondencia con sus secciones (fijas y ocasionales). El humorismo al estilo de René de la Nuez ocupó espacio en sus cubiertas y páginas interiores. También participaron otros artistas y diseñadores gráficos cubanos que colaboraron, hasta 1973, en la edición de los primeros 30 números de la revista.

Desde su fundación la revista contó con la colaboración de destacados dirigentes del llamado Tercer Mundo, así como de intelectuales de proyección revolucionaria interesados en la lucha de los movimientos de liberación nacional. De los primeros que hicieron llegar sus artículos se pueden citar a: Pierre Mulele, Kim Il Sung, Ho Chi Minh, Amicar Cabral, Malcon X, Juan Maris-Bras, Gregorio Ortega, Carlos Marighella y César Monte.

Durante la administración de Richard Nixon, en Estados Unidos, la revista Tricontinental fue enjuiciada como una publicación de contenido subversivo porque incitaba al empleo de armamentos de combate que aparecieron ilustradas y con instrucciones para su manejo en las contraportadas de los primeros 12 números publicados. Tal acusación no se ajustaba a la realidad porque las armas presentadas eran precisamente las empleadas por las fuerzas reaccionarias para aniquilar a los guerrilleros, luchadores urbanos y otros combatientes. Ejemplos: el tanque de combate y el helicóptero UH-1 Iroquois (Huey), de ambos además de sus datos tácticos-técnicos como capacidad de fuego y operatividad, se le señalaban gráficamente los puntos débiles para que pudieran ser destruidos por las fuerzas revolucionarias.

    

Con tal falsedad pretendieron enmascarar sus acciones subversivas tales como: la invasión de revistas, folletos, postales y otros impresos de contenido pornográfico y distorsionadores de la realidad de la lucha de los pueblos de los tres continentes, los actos terroristas de la CIA, que brindó apoyo logístico y financiero a los grupos contrarrevolucionarios cubanos radicados en la Florida de donde partían con frecuencias a realizar actividades agresivas contra el territorio nacional cubano, el secuestro de pescadores y el ataque a barcos mercantes donde fueron empleados embarcaciones artilladas adquiridas en el territorio de Estados Unidos y que junto a las pérdidas materiales ocasionó la pérdida de vida humana. A lo anterior se le suma las agresiones a embajadas y representaciones cubanas en el exterior.

Contra las calumnias por la aparición de la revista Tricontinental estuvieron las opiniones expresadas por destacadas personalidades como la de Ho Chi Minh  en un mensaje que aparece publicado en el primero número de esa publicación donde manifestó “: ...me siento muy feliz de enviar a los pueblos hermanos de Asia, África y América Latina mis mejores votos de solidaridad y de éxitos en su gran lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo con el imperialismo norteamericano a la cabeza, por la liberación nacional y el movimiento de la paz mundial. Deseo un éxito total a Tricontinental en el cumplimiento de sus nobles tareas revolucionarias”.

Inicialmente, la impresión de los carteles se realizó por separado con los textos en español, inglés y francés, pero poco tiempo después, con la incorporación del árabe, los cuatro idiomas pasaron a formar parte del contenido de un solo ejemplar, lo que implicó el empleo de una mayor parte del área reservada al diseño para colocar la tipografía, lográndose mantener un adecuado balance entre imagen y texto. Entre  los temas de mayor recurrencias en las revistas, boletines y los carteles, en el periodo de  1967 A 1970, estuvieron:  Jornada de solidaridad con los pueblos árabes, Jornada de solidaridad con el pueblo de Laos,  Semana Internacional de solidaridad con América Latina, Jornada de solidaridad con el pueblo de Palestina, Jornada de solidaridad con el pueblo de Angola, contra la división racial del sistema del apartheid en África del Sur,  Jornada de solidaridad con Cuba, Jornada de solidaridad con el pueblo de Puerto Rico, Semana de solidaridad con los pueblos Asia, Jornada de solidaridad con Guatemala.

Por la repercusión que para los pueblos de los tres continentes tuvieron otras acciones revolucionarias que ocurrían en los países occidentales, en los carteles de solidaridad tricontinental fueron reflejados la lucha del pueblo afronorteamericano, víctima de la discriminación racial y de la represión del sistema capitalista dentro de  Estados Unidos y los que  recordaban la catástrofe nuclear en  las ciudades de Hiroshina y Nagasaki, en Japón, donde aún están presentes las secuelas de aquel horrible holocausto.

 

Es significativo en los último años de década del sesenta la presencia reiterada de ilustraciones gráficas impresas  que sin poseer una frase o un texto, fueron presentados como carteles, algunos ejemplos consistieron: un dibujo de un marine norteamericano, que doblado en la medida de 55 x 33 centímetros, fue distribuido en la revista Tricontinental número 13 del año 1969, con posterioridad en el boletín número 32 de ese propio año, su portada posee como tema principal la presencia de un dibujo de Emir Douglas y Lázaro Abréu Padrón, conocido como mujeres africanas; reproducido por los sistemas de offset y serigrafía al tamaño de 55 x 33 centímetros. Esta forma de expresión gráfica, tomó una mayor relevancia en la pintura al óleo Cristo Guerrillero (1969) de Alfredo Rostgaard, reproducida en offset en homenaje a la memoria del sacerdote y guerrillero colombiano Camilo Torres.

Estos ejemplos, aunque no asumieron las normas convencionales de la relación que debe existir entre la imagen y el textos de un cartel, por su forma de presentación cumplen con la función comunicativa inherente a este medio de aliento y lucha revolucionaria contra la penetración cultural y por la independencia de los países del yugo neocolonial, al difundir ideas que era necesario defender a través de esta manifestación artística a personas que no sabían leer y que solo era posible trasmitir mediante la ilustración gráfica. Como expresara el maestro, especialista en tipografía de Suiza Richard Frick “... sus formadores supieron crear un idioma gráfico nuevo, que contiene un conjunto de elementos extranjeros y de su propio país casi desprovista de tipografía. La gráfica de la OSPAAAL se dirige fuera de Cuba a personas que no saben leer, por eso es tan plástica y logra efecto inmediatamente...”

Estos carteles, desde su surgimiento, han confirmado  ser  elocuentes portadores de  las expresiones del arte representativo de los pueblos. En su concepción han quedado estado presentes  imágenes fotográficas y dibujadas con elementos de la realidad,  en ocasiones con un sentido figurativo, que han convocado al análisis, la reflexión y la persuasión. En colores diversificados, en ocasiones planos, con  contrastes entre lo claro y el oscuro. Sus símbolos y signos reflejan  elementos autóctonos y folclóricos de los diversos países, en ellos se destacan  la presencia de lanzas, ballestas, arcos y flechas, y armas de combate convencional que simbolizan la defensa de los pueblos frente a la dominación imperialista y la penetración cultural de las potencias occidentales.

Para el aniversario de la muerte del Che en Bolivia, dentro de la revista Tricontinental número 8 de septiembre-octubre de 1968 se distribuyó doblado el primer cartel de la Organización con la imagen del Guerrillero Heroico. En su configuración y realización su diseñadora, Helena Serrano, presentó la famosa imagen del Che  tomada por el fotógrafo cubano Alberto Korda y la situó en un mapa de América Latina, con una secuencia imaginativa de planos que parten desde el centro al exterior, multiplicándose infinidad de veces, queriendo expresar que la personalidad del Che se multiplicaba, como si reviviera, presentándolo como alguien aún vivo, que no ha muerto, y que se agiganta a través del tiempo

 

      

La eficacia comunicativa lograda, desde un primer momento, por los impresos de la OSPAAAL quedó evidenciada en preocupaciones y comentarios suscitados  en periódicos de Estados Unidos y por las autoridades de la aduana. Igualmente se manifestó  por la prohibición de la circulación distribución y la puesta en venta de la revista Tricontinental, (con sus carteles plegados) en Francia, donde se distribuían tres mil ejemplares por la editorial de Francois Masperó uno de los editores más destacados de ese país siendo condenado el 8 de julio de 1969 a cuatro meses de prisión y 18 mil francos de multas. Dicha revista fue la primera en el mundo en dar a conocer informaciones inéditas y documentos sobre África, Asia, América Latina, el movimiento negro en Estados Unidos y la situación en Europa Occidental.

Las influencias que ejercieron los comunicados, llamamientos, mensajes, la revista Tricontinental, libros, documentales, carteles y demás medios de propaganda, además de su escenario tricontinental, se extendió a los pueblos del resto del mundo, lográndose establecer vínculos y ampliar el campo de proyección dentro de Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá, relaciones que se desarrollaron directamente con personas e instituciones y partidos progresistas que se solidarizaban con la lucha del Tercer Mundo con los cuales se coordinaron acciones políticas convirtiéndose la OSPAAAL en el aparato visible que lo conectaba de manera orgánica entre si, juzgó un importante papel en el enlazamiento de esos vínculos la posición clara y sólida de la organización tricontinental con una afirmación independiente.

La eficiencia de estos  impresos gráficos de la solidaridad quedó evidenciado  cuando el derribo del avión 2000, durante la guerra de Estados Unidos contra Viet Nam. En esa oportunidad, ante el eminente arribo a esa importante cifra de aviones de combate abatidos, se envió con suficiente tiempo a los centros de recepción de Europa y Estados Unidos, un cartel que fue hecho público en el momento de ocurrir tan trascendental acontecimiento. 

 

La OSPAAAL también asumió en su labor grafica la realización,   en coordinación con el Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos, de la filmación de  cortometrajes. De los cortometrajes producidos estuvieron: Determinado a vencer, que trata sobre la lucha de la población sudvietnamita contra el agresor norteamericano, y sobre esta misma temática Hanoi, Martes 13, del director Santiago Álvarez, de 38 minutos de duración, basado en un texto  de José Martí en la Edad de Oro, escrito en 1889, donde se muestra afecto y simpatía  hacia los niños annamistas.

Este documental alcanzó importantes premios internacionales, entre ellos: Medalla de Plata, en el V Festival Internacional Cinematográfico de Moscú, 1967. Paloma de Oro en el X Festival Internacional Cinematográfico de Documentales y Cortometrajes de Leipzig, RDA, 1967, Premio de la Crítica Cinematográfica de la R.D.A. en el X Festival Internacional Cinematográfico de Documentales y Cortometrajes de Leipzig, 1967, Premio de Cine Club de Tours” XIII Jornada Internacionales de Filmes de Cortometrajes Tours, Francia, 1968. “Gran Premio” Encuentro Cinematográfico Internacional de Prades, Pirineos Franceses, 1968. Diploma de Selección. Semana Internacional de Cine de Cortometraje, Londres, Inglaterra, 1968.

Otra de las filmaciones con el título de La Guerra Olvidada, también dirigida por Santiago Álvarez, con 19 minutos de duración, contiene fragmentos sobre la lucha de liberación del pueblo de Laos, en su escena final, una mujer pariendo entre suspiros, quejidos y un último grito premonitorio dan la medida de nacer un pueblo aún más aguerrido, que desde un lejano país, conocido en la antigüedad como la “tierra del millón de elefantes”, perdido en el otro lado el mundo lucha cuando más de la quinta parte de su territorio están bajo el control del Neo Lao  Haksat, que se enfrenta a las fuerzas invasoras. Como se expone en una parte de su narración en voz de Julio Batista. “El tamaño de un pueblo no importa, importa su valor, su honor, su vergüenza...”

Madina Boe, cortometraje, también producido por el ICAIC y la OSPAAAL, del director José Massip, se proyectó en 1968, con 35 minutos de duración,  sobre la guerra de liberación del pueblo de Guinea llamada Portuguesa. Fue galardonada en 1968 con una Mención Especial del XI Festival Internacional Cinematográfico de Documentales y Cortometrajes de Leipzig  y Dragón de Plata en el VI Festival Cinematográfico de Cortometrajes celebrado en la ciudad polaca de Cracovia (1969).

Madina Boe, es un filme reportaje sobre episodio de la guerra de liberación del pueblo de Guinea llamada Portuguesa. Su argumento se desarrolla en Boe, territorio colonizado durante más de cuatro siglos, donde los portugueses poseen una poderosa base militar en la aldea de Madina y, a menos de cuarenta kilómetros, los guerrilleros del Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde poseían su propia base de operaciones para atacar a los portugueses .

En los albores de la década del setenta  la Organización Tricontinental inició  un proceso de reformulación   en el diseño de los carteles. Se  originaron cambios en sus formatos, en algunos casos llegaron a medir hasta 95 x 66 centímetros, y junto al logotipo de la OSPAAAL fue  indicando el nombre de sus creadores, desde entonces ganaron espacios en lugares abiertos como galerías, salones de recepción, en las vías públicas y como elemento de decoración de viviendas

Entre los elementos visuales de mayor empleo, en los años setenta, estuvieron  los rostros de los líderes de los movimientos revolucionarios, las banderas nacionales, los colores identificativos y los símbolos patrióticos. Igualmente en sus temáticas quedaron  presentes los que a través de su lectura visual una alambrada cerrada en círculo expresaba la división racial del sistema del apartheid en África del Sur, un puño en alto luchar hasta la victoria y los eslabones de la cadena abierta expresaban la ruptura de la esclavitud o el dominio colonial.

La fotografía testimonial estuvo entre los aspectos artísticos presente en esta cartelística, fotos a línea, a medio tono y de alto contraste, conceptualizaron imágenes inmediatas y precisas de la lucha revolucionaria con un alto nivel artístico. La adecuada integración en el área de los bordes interiores del cartel, del texto y la imagen fotográfica, le permitieron alcanzar un alto valor simbólico y expresivo.

En el  aspecto organizativo se produjeron en este período algunos hechos que influyeron en la ejecución de la política gráfica de la OSPAAAL.  En 1973 quedó constituido su equipo de diseñadores, su primer director artístico fue Alfredo González Rostgaard, lo integraban Lázaro Abréu Padrón, Olivio Martínez y Victor Manuel Navrrete (este último se desempeñaba en ese momento como realizador). Entre 1970 y 1976 colaboraron desde otros organismos los diseñadores: Rafael Morante Boyerizo, Enrique Martínez Blanco, Silvio Martínez Cabrera, Daniel García, Alberto Ortiz de Zárate, Antonio (Ñico) Fernández Meriño, Pablo Labañino, Andrés Hernández y la puertorriqueña Jane Norling (1973). También brindaron su valiosa colaboración los destacados pintores cubanos René Portocarrero Villers, Orlando Yanes y Ernesto García Peña, cuyos aportes estuvieron presentes en esta década.

Hasta 1977 integrantes del equipo de diseñadores del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), continuaron realizando diseños de carteles para la OSPAAAL. Participaron en esta etapa: René Mederos Pazos, Félix Beltrán, Faustino Pérez Organero, Gladys Acosta Ávila, Ramón González Alonso, Clara (Clarita) Luz García Duquesne, M. Pérez Bolado, José Luciano Martínez (Lucio), Heriberto (Heri) Echevarría, Ernesto Padrón Blanco, Antonio Pérez González (Ñiko), Estela Díaz y Arturo Alfonso Palomino.

Entre las imágenes de los líderes más reflejados estuvieron las de Patricio Lumumba (Congo L.); Amilcar Cabral (Guinea Bissau); Samora Machel (Mozambique); Ho Chi Minh (Viet Nam); Ernesto Che Guevara (Cuba); Turcio Lima (Guatemala); Augusto César Sandino y Carlos Fonseca Amador (Nicaragua) y Raúl Sendic y Liber Seregni (Uruguay). Las banderas y los colores nacionales correspondieron a Angola, Guinea Bissau y Cabo Verde, Sahara occidental, Zimbabwe, Corea del Norte, Viet Nam, Cuba, Guatemala, Chile, Puerto Rito y Siria.

 

En el contenido temático de los boletines y las revista Tricontinental, en los carteles y documentos del Secretariado Ejecutivo, en respuestas a las nuevas circunstancias y a las acciones revolucionarias; las jornadas de solidaridad incorporadas, en orden cronológico, fueron: Solidaridad con los pueblos de Indochina (1971), Jornada de solidaridad con el pueblo de Uruguay y libertad para los presos políticos (1974), Solidaridad con el pueblo de Chile y la lucha contra el fascismo (1974), Derechos civiles de la población negra de Estados Unidos (1977), Jornada de solidaridad con Namibia (1977), Solidaridad con el pueblo de Nicaragua (1978),   Solidaridad con la lucha del pueblo de Sahara Occidental (1978) y Solidaridad con el pueblo del Líbano (1979).

Además de la lucha contra el Apartheid y las causas a favor de la independencia de los países africanos, en el boletín y la revista Tricontinental, a partir del segundo lustro se comenzaron a reflejar en sus páginas artículos acerca de la llamada Línea del Frente, agrupación política africana creada en 1976, que presidido por Julius Kambarage Nyerere, líder de Tanzania e integrada por Zambia, Botswana, Angola, Mozambique y Zimbabwe, que apoya la lucha de la SWAPO por la independencia de Namibia y la lucha del pueblo sudafricano contra el apartheid y por la liberación nacional.

El final de la guerra en Viet Nam fue reflejado a través de un cartel de Alfredo Rostgaart, donde una línea blanca sobre el fondo azul, define la silueta de un combatiente vietnamita rodeado de palomas blancas, símbolo de la paz y la victoria, y en la parte superior une el texto Viet Nam Abril de 1975, fecha que indica el fin de la guerra en ese territorio. Con la victoria de Viet Nam se produjeron también la  de Laos y Cambodia (Kampuchea)  es derrotada la criminal camarilla de Pol-Pot-leng Sary que mantuvo a ese pueblo bajo una opresión inhumana. En Afganistán triunfó la Revolución de Abril de 1978, que liquidó al régimen feudal y estableció en ese momento un gobierno progresista. En Irán se produjo la caída del Sha, también gendarme de Estados Unidos en el Medio Oriente y se abrió paso un proceso de orientación antiimperialista.

Entre las entregas de la revista Tricontinental destinadas a esclarecer el objetivo de la lucha revolucionaria frente al dominio imperialista se destacó la número 53 del año 1977, ya que incluyó artículos de Rodney Arismendi (América Latina: Crisis de la política imperialista) y Gabriel García Márquez, el de este último titulado Operación Carlota  donde abordó uno de los más significantes ejemplos de internacionalismo proletario del siglo XX, protagonizado por el pueblo cubano en Angola

Los artículos de la Tricontinental en correspondencia con las circunstancias del continente africano, entre 1975 y 1979, reflejaron  la victoria de Angola que bajo la dirección de Agostino Neto derrotó a los racistas sudafricanos, abriendo una nueva perspectiva para el proceso de descolonización en esa región. También por la consolidación de Mozambique bajo la dirección de Samora Machel y el FRELIMO, la victoria del pueblo de Etiopía contra la invasión expansionista de Siad Barre, de Somalia y el derrocamiento del poder de la minoría racista en Zimbabwe.

 

   

 En los carteles y la revista Tricontinental desde principio del 1978 comenzaron a reflejar en sus contenidos temáticos los nuevos signos de recuperación de parte del movimiento revolucionario de América Latina, fuertemente golpeado en años anteriores por las dictaduras militares. La reactivación de la lucha se manifestó en Centroamérica, el Caribe y en algunos países del Cono Sur como Bolivia, Perú y Colombia, pero donde se logró un rápido incremento fue en Nicaragua, Granda y El Salvador.

Los logros sostenidos en esta vertiente de la cartelística cubana fue destacada durante la primera exposición, organizada por la OSPAAAL: Once año de gráfica política,  como parte de la celebración en Cuba del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, se presentó en la Galería Centro de Arte Internacional, en mayo de 1978. Los carteles expuestos por 42 creadores, constituyeron excelentes muestras de la fusión del mejor arte con las ideas políticas más justas, del gran prestigio alcanzado a la altura del diseño gráfico de la escuela de Japón, Polonia, Estados Unidos y de los más novedosos de las creaciones artísticas de las demás vertientes o líneas de los carteles cubanos.

Desde  comienzos de los años ochenta el equipo de realización artística estuvo integrado por Rafael Enríquez Vega (director artístico) los diseñadores Rafael Morante Boyerizo y Alberto Blanco González, y como realizador, Eladio Rivadulla Pérez. En el programa de trabajo de cada diseñador se previó la posibilidad de que  el cartel confeccionado pudiera ser empleado en la cubierta, su contracubierta (reversos de ambas) o en las páginas interiores. Se conjugaba también el artículo fundamental de la publicación, que regularmente estuvo vinculado con el aniversario de conmemoraciones de hechos trascendentales.

Las temáticas reflejadas en las publicaciones y los carteles de la OSPAAAL estuvieron vinculadas con: el triunfo de la Revolución en Granada, la intensificación de la lucha del pueblo de El Salvador, la solidaridad con Cuba, el movimiento revolucionario en Guatemala, el movimiento de liberación Tupamaro en Uruguay, los derechos civiles en Estados Unidos, la lucha contra la carrera armamentista, la reconstrucción de Viet Nam, la oposición al sistema del apartheid en Sudáfrica, el triunfo de la Revolución en Nicaragua, el combate contra el fascismo en Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina, la causa del pueblo de Palestina, la independencia del pueblo de la República Árabe Saharauí Democrática   y los aniversarios de la muerte de los principales líderes revolucionarios en los tres continentes.

 

Para entonces en la edición sistemática de la revista y los carteles se confrontaron limitaciones materiales  debido a que en el mercado internacional se produjo un aumento del costo del papel, las películas y otros insumos necesarios para la impresión gráfica, lo que motivó una disminución en la importación de dichos materiales, situación que se agravó por el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba existente desde febrero de 1961.La industria poligráfica disminuyó considerablemente su producción de revistas, periódicos y todos los impresos en general. Las tiradas de la revista Tricontinental se redujo a 25 mil ejemplares por números (12 mil español, 8 mil en inglés y 5 mil en francés) y las reproducciones de carteles se limitó a 5 mil en papel cromado y 3 mil en papel bond.

No obstante aquellas limitaciones materiales se produjeron  tres hechos  de gran significación para la gráfica de la solidaridad Tricontinental, primero:: la publicación de la revista Tricontinental en el idioma árabe, lo cual se realizó el 9 de febrero de 1982 y que lamentablemente no pudo continuar porque la imprenta fue destruida durante uno de los bombardeos israelíes a Beirut (Líbano), segundo: la edición de un número especial para conmemorar el aniversario quince de la caída en combate del Che, que, además de los artículos, contenía una selección de carteles sobre el comandante guerrillero, los más emblemáticos realizados por la OSPAAAL y diversas instituciones cubanas; y tercero: la adopción de un nuevo formato de la revista Tricontinental  a partir del número 87 de 1983.

Entre las vías utilizadas para difundir el mensaje de estos carteles en este período estuvo el de insertarlos en las cubiertas de la revista Tricontinental, iniciativa que ya se empleaba en el boletín de igual nombre, se inició en el número 74 (enero-febrero 1981).El tema fue la conmemoración del aniversario de la caída en combate de Camilo Torres, sacerdote y guerrillero colombiano. También se insertó otro en la cubierta de la revista Tricontinental número 75 (marzo-abril 1981)  y consistía en un miliciano fusil en mano con la bandera cubana de fondo para conmemorar el 20 aniversario de la derrota mercenaria de Playa Girón. Con esta práctica quedó establecida la confección de los planes de impresión de carteles en armonía con los proyectos temáticos de la revista.

La revista Tricontinental No 87,  del bimestre mayo-junio de 1983, en la cual se adoptó el nuevo formato (28 x 24 centímetros), estuvo dedicada a África, este cambio le permitió situarla a la par de otras publicaciones similares. Medida que además de incrementar el nivel de aceptación entre sus lectores hizo posible su fácil manipulación y embalaje para su distribución, en momento en que más de 80% de su producción se enviaban directamente desde Cuba a través del servicio postal del correo.

 

La presencia de la mujer combatiente, que en diversas oportunidades se había presentado en los carteles editados con anterioridad,  también apareció en al cubierta de la revista Tricontinental número 95 de 1984, donde se publicó el artículo ¿Por qué el FMLN gana la guerra en El Salvador? En él se denuncia como cada vez era mayor la intervención de la administración norteamericana, que, para evitar la victoria y eliminar las guerrillas, fabricó una fachada democrática en El Salvador.

Tras  la invasión norteamericana a Panamá  en el reverso de la cubierta de la revista Tricontinental número 121, de enero de 1989, donde se publicó el artículo de Nills Castro Por quién doblan las campanas, que denunciaba los hechos más sobresalientes de la campaña de desestabilización, presiones y amenazas llevadas a cabo por la administración de  Reagan contra Panamá se insertó la ilustración empleada en un cartel que contenía la consigna Resistir es vencer; su diseño consistió en un águila de perfil, con los colores y estrellas de la bandera norteamericana, y en el medio del pico abierto una bandera panameña con el tronco de un árbol que no lo deja cerrar.

Un  nuevo período que particularizó la edición de los carteles de la OSPAAAL se produjo con la llegada de la década del noventa, que heredó de finales del decenio anterior algunas de las situaciones que afectaron su volumen de edición, como fueron: el alto costo de los materiales de diseño, el papel, la tinta y otros insumos, lo cual se agravó a partir de la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del campo socialista con las que Cuba realizaba sus principales operaciones comerciales, provocando que la industria poligráfica quedara prácticamente paralizada por la falta de materia prima para la producción.

Ante tal situación se desarrollaron diversas acciones encomendadas a mantener los niveles de calidad y de búsqueda de alternativas que permitieran continuar la impresión en Cuba de la revista Tricontinental y sus carteles con nuevos contenidos temáticos, en un momento que la lucha armada había dejado de estar en un primer plano para dar lugar a la aparición de temas globales que afectan a los pueblos del Tercer Mundo.

La OSPAAAL, que desde su creación en 1966, a través de sus carteles y otros medios de propaganda, había brindado su contribución a las causas de los pueblos oprimidos contó con el apoyo de manos amigas de otros países para la edición de sus carteles. Por ejemplo: La Coordinadora de la Revolución Cubana en Italia, estrechamente vinculada a la labor de solidaridad con el Tercer Mundo, colaboró en la reedición de los carteles Che vive y Che hasta la victoria siempre.

 

Amigos de Argentina realizaron la reedición de otro cartel del Che. En  Estados Unidos,  simpatizantes con Cuba en ese país realizaron la segunda reedición del cartel Solidaridad con la Revolución cubana, iniciativa que también fue gestada por el Partido Rebeldía de Bolívar al realizar una nueva reedición del cartel Che vive. En Túnez, amigos de la OSPAAAL, realizaron una reedición del cartel Quien despoja a los demás vive siempre en el terror. Estas y otras acciones expresivas de la solidaridad no son más que un proceso de reinversión de los gestos solidarios que durante más de 30 años ha brindado la organización tricontinental y la Revolución Cubana.

En el diseño de las nuevas temáticas participaron los diseñadores Gladys Acosta Ávila y Eladio Rivadulla Pérez, los que en medio de las limitaciones materiales existentes, a través de sus aportes artísticos, lograron insertar nuevos temas de carácter general y de conmemoraciones históricas y de solidaridad con su Revolución cubana. Algunos ejemplos en tal sentido fueron: Neoliberalismo, saqueo y desempleo; El derecho de los pueblos al desarrollo social; Girón XXX aniversario y XXX aniversario de la caída en combate del Che.

Las nuevas temáticas abordadas en los carteles y la revista Tricontinental, tuvieron lugar en el contexto de un mundo unipolar y globalizado por el neoliberalismo de la economía, modelo impuesto, tras la caída del campo socialista, por el imperialismo a los países subdesarrollados de los tres continentes donde se agudizaban los problemas económicos y sociales como el atraso existente, consecuencia de su pasado colonial o neocolonial y de la injusta política de ajustes expuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), controlados por Estados Unidos, la mayor potencia imperialista que hace gala de su poderío militar para intervenir y actuar en cualquier país del mundo bajo el pretexto de proteger sus intereses y de la seguridad nacional.

Partiendo de lo antes expresado, la OSPAAAL a través de la propaganda reflejó; el rechazo a las acciones económicas, comerciales y financieras contra la vida de los pueblos, la preservación del medio ambiente, la negativa a aceptar los bloqueos económicos, comerciales y financieros como instrumento de presión política, el respeto a la voluntad de los pueblos a la elección libre del régimen socio-político y económico que deseen adoptar, la condena a las agresiones y ataques militares, la crítica a la aplicación de la política neoliberal, el rechazo a toda forma de discriminación y todos aquellos males que afecten a la vida de los pueblos.

 

Entre las acciones desarrolladas por la OSPAAAL en ese período para mantener el legado y la vigencia de sus acciones  graficas, se pueden señalar la publicación de diversos artículos en otras publicaciones, como: Revolución y Cultura, la reedición de la revista Tricontinental, después de casi cuatro años de ser publicada, expresión solidaria  materializada por la Coordinadora de apoyo a la Revolución Cubana de Italia, que se concretó a partir de la edición del número 131, y para la impresión del libro-catálogo El cartel de la OSPAAAL. Arte de la Solidaridad.

Igualmente estuvieron la presentación de exposiciones de carteles como: la de La Imagen Constante, organizada en 1997 durante los días de  celebración del XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que acogió más de 350 obras de 35 países. También la presentada con motivo del Aniversario 36 de la Organización para la Unidad Africana (OUA). La Casa de la Cultura de Angola en Cuba, organizó, conjuntamente con la OSPAAAL, un concurso del cartel político en ocasión del aniversario 20 de la muerte de Agostinho Netto.

A 45 años de su creación la OSPAAAL posee en su grafica un eficaz medio de lucha   contra los intentos imperialistas de perpetuar su dominio colonial a través de  su estrategia de globalizar el neoliberalismo, contra la política proteccionista y de acciones a través de los tratados de libres comercios para someter a los países subdesarrollados. En su revista Tricontinental y carteles ha expresado su oposición a la creación del ALCA  proyecto de libre comercio propuesto por Estados Unidos para La América Latina, mecanismo que legalizaría su pretensiones de dominación control sobre estados latinoamericanos y  convoca a los pueblos por un mundo más justo y equitativo.

En  dos de sus más recientes aportaciones graficas en la revista Tricontinental No 168 y un cartel con el texto PREMIO NOBEL DE LA PAZ se desentraña la pretendida imagen pública bondadosa del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que aunque obtuvo tan alto galardón aun continua practicando  contra Cuba y las fuerzas progresistas del mundo, la misma política agresiva que su predecesor como inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush.

En ambos medios en una  perspicaz metamorfosis se muestra  las auténticas intenciones de Obama, para o cual se acudió la escenificación del Águila Imperial que en sus alas posee  rotuladas la insignia de identidad de la poderosa y agresiva fuerza área de Estados Unidos, orgullo del Pentágono y del poder militar. En la que vislumbran sus desafiantes garras, que con su desgarrador poderío destructivo posan sobre países como Afganistán, Pakistán, Iraq, Yemen y otros del Medio Oriente, donde bajo el pretexto de la infundada lucha contra el terrorismo, los militares norteamericanos causan víctimas indiscriminadamente entre la indefensa población de esos territorios.

Igualmente  se alude al respaldo brindado por la administración de Obama a la cúpula militar que gestó el golpe de estado perpetrado en Honduras; que alteró el orden institucional de ese país y que, en fragante violación de los más elementares principios de los derechos humanos, desencadenó una feroz opresión contra la resistencia brindada por el pueblo. También se denuncia el establecimiento de bases militares en Colombia que bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, es evidente que apuntan hacia Venezuela y contra los cambios sociales que se están gestando en países de América Latina. Por último se revelan los fracasados intentos de, mediante la prolongación del bloqueo económico, aniquilar a la Revolución Cubana.

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