La universidad cubana no limita el acceso, sino eleva el rigor y coloca la calidad en un primer peldaño

Alina M. Lotti - Trabajadores.- La familia cubana se prepara para dentro de poco afrontar el período de pruebas de ingreso a la universidad. Matemática dejará inaugurado el próximo 10 de mayo el calendario de estos exámenes que tensan los nervios de los jóvenes y también los de sus padres, ansiosos por dejar definido el futuro de los hijos.


Los progenitores —como fieles tutores— comienzan desde muy temprano, quizás a inicio de la secundaria, a perfilar lasvocaciones, a descubrir las habilidades de los pequeños y a tratar de encauzarlos siempre que sea posible. Ocurre muchasveces que desean verse reflejados en las decisiones de sus descendientes; lograr lo que quizás ellos en su juventud no pudiero nalcanzar. Todo eso es válido, se entiende.

Sin embargo, las dificultades afloran cuando los exámenes no son aprobados, hay bajas notas y el lugar en el escalafón no permite obtener la carrera deseada. Más allá de todas estas situaciones —muy comunes— el dilema realmente surge a partir de que se llena la llamada boleta de ingreso, que casi siempre decide la vida.

En ese instante muy pocos —incluida la familia— se detienen a pensar en sus posibilidades personales; dígase calificaciones, talento, aptitudes para una especialidad u otra, y mucho menos se mira el asunto desde una perspectiva social. ¿Qué necesita el país y cómo puedo contribuir a su desarrollo?

Siguiendo esta línea de pensamiento, los organismos formadores (ministerios de Educación y de Educación Superior, fundamentalmente) han trazado estrategias para consolidar la labor vocacional y de orientación profesional, dentro de lascuales otorgan una extraordinaria importancia a las carreras pedagógicas (todos queremos que nuestros hijos tengan maestros), a las agropecuarias (necesitamos alimentarnos), y promueven el incremento de plazas en las especialidades técnicas que, en definitiva, marcan el progreso.

La universidad cubana no ha limitado el acceso, sino elevó el rigor, colocó la calidad en un primer peldaño. Ha reconocido, quizás como nunca antes, que solo el estudio consciente y disciplinado es el único camino para acceder a ella.

Para nadie es un secreto que hace unos años los jóvenes que ocupaban una silla universitaria incurrían en faltas de ortografía, manifestaban desconocimiento de la historia patria, y tenían lagunas —casi insalvables— en las ciencias exactas y naturales, consecuencias que arrastran, en el mejor de los casos, y en otros provocan abandono escolar.

Hoy se sigue una política coherente encaminada a favorecer la correspondencia entre los intereses generales y particulares;pues resulta esencial garantizar la fuerza de trabajo calificada en los territorios para así fomentar el desarrollo endógeno y, al mismo tiempo, garantizar la permanencia de los egresados en sus puestos laborales.

De ahí que las transformaciones en el proceso de ingreso a la educación superior —puestas en práctica desde el curso pasado— estén encaminadas a satisfacer la demanda de graduados universitarios de excelencia con un alto grado de compromiso social, con sentimiento de pertenencia.

Está claro que todo eso no es asunto de un día para otro. La familia debe orientar, esclarecer, estar consciente de las reales posibilidades de los hijos. No alimentar falsas expectativas, ni soñar con que todos pueden engrosar las filas del mundo intelectual. Eso no lo admite sociedad alguna.

El hogar no puede convertirse en nido del desaliento, en morada del desprecio por el trabajo físico y por las especialidades de la enseñanza técnica y profesional que, en definitiva, son las que más necesita el país para salir adelante.

Las novedades para el proceso que se avecina no son muchas, sin embargo algo importante es que los estudiantes que aspiren a ingresar a la educación superior en el próximo curso escolar podrán presentarse a dos convocatorias, de las tres que se tienen previstas; en tanto, los egresados de politécnicos —y como en años anteriores— si vencen el examen de concursopodrán optar por las carreras que se ofertan en una determinada universidad.

Las aguas comienzan a tomar un nuevo curso.

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