Pedro Paneque Ruiz - Radio Cadena Agramante.- Para los patriotas es ese un principio que les sustenta y que los enemigos del pueblo cubano -léase, los yanquis- nunca acaban de entender, pues con ese muro de dignidad chocan desde época de la colonia.
Lleno de soberbia tras el triunfo revolucionario de 1959 -y en una guerra sucia no declarada, pero escrita en disímiles planes-, el Gobierno gringo no cesa en sus proyecciones de agresión y subversivas contra la nación cubana, para lo cual eroga multimillonarias cifras en dólares, ya por más de medio siglo.Un nuevo programa de Razones de Cuba en la noche de este lunes puso el desnudo tales maquinaciones contra la seguridad y unidad nacional cubanas, donde la utilización de profesionales y técnicos se convierte en un boomerang para sus artífices, pues allí se hace cuerpo el patriotismo en jóvenes como el ingeniero en telecomunicaciones Dalexi González.
Piensan los yanquis que toda la juventud cubana es como sus asalariados; algunos con blancas vestiduras, otros delincuentes comunes metidos a huelguistas de hambre, o algunos más preparados, con supuestos blog personales, que les hacen el juego y difunden mentiras sobre la realidad de la Isla.
Pero hasta en eso se equivocan, y les salen sagaces periodistas que tributan para sus -apenas escuchada o vistas- radio y televisión (no menciono el nombre para no profanar al más universal de los cubanos), pero que devienen patriotas al servicio de la más justa causa: la defensa de su patria.
Como evidente muestra de que las ideas enarboladas en 1869 por la camagüeyana Ana Betancourt están más vigentes que nunca antes -y en sintonía con el Día Internacional de la Mujer, hoy 8 de marzo-, tres cubanas comparecieron en esta emisión de Razones de Cuba, para, desde sus respectivas trincheras, exponer pruebas y argumentos que desenmascaran a los yanquis.
Así batallan los cubanos dignos, que son la inmensa mayoría, decididos a defender y hacer perdurar la obra revolucionaria y sus humanos programas sociales, infligiendo derrota tras derrota a las maquinaciones del Imperio, con una escala de valores que no cambia: La del patriotismo.