Le recuerdo una vez más que no trabajo para el estado cubano, ni informo al servicio de la Embajada de Cuba en Austria, pues sólo visito dicha sede cuando voy a hacer algún trámite legal de los que le corresponde a cualquier ciudadano cubano residente en el exterior, independientemente de su ideología y de su forma de actuar. Es decir, no tengo ningún tipo de relación de amistad con ningún funcionario de la sede diplomática de Cuba en Austria.
Sin embargo, menos de 24 horas después de que usted se hospedara en el hotel que se encuentra muy cerca de dicha sede para anunciar su huelga de hambre ‘hasta las últimas consecuencias’, fuentes austriacas me lo comunicaron inmediatamente y al inicio pensé en visitarlo, sólo para aconsejarle, de cubana a cubano, pero después pensé que precisamente ese era su objetivo: llamar la atención para dar a conocer su ayuno. Con ese objetivo buscó el hospedaje en las cercanías de la Embajada cubana en Austria. Entonces desistí de mi idea, pero estaba segura, y así se lo comenté a mis amigos austriacos, de que ese ayuno no duraría mucho. Primeramente, porque aunque no lo conozco personalmente, sé que usted disfruta de las calorías en Austria y también porque sé que eso podría arruinarlo a usted y a su esposa, musicóloga austriaca, porque conozco que ningún seguro médico en Austria cubre gastos de tratamiento a aquellas personas que conscientemente y en pleno juicio se niegan a ingerir alimentos, deteriorando su propio organismo. Usted puede hacerlo, pero tiene que asumir por su propia cuenta todos los gastos que ocasione su tratamiento médico, y en caso de que usted verdaderamente hubiera llegado hasta el final de sus días, su familia austriaca quedaría con esa deuda a pagar, incluyendo su entierro, que jamás se lo desearía, pero es la realidad que vivimos en Austria y lo mismo pasa con el que se pasa de tragos y es transportado al hospital por sentirse mal. Aunque la intoxicación etílica sea mínima, el seguro no asume nada de nada, y aquí la estancia en hospital y tratamiento médico en general es bien costoso, quizás más caro que hospedarse en un hotel o someter a alguien a un proceso judicial por el pago de 20 mil euros o dólares, como el que usted hizo en New York, contra la madre de su propia hija.
Sé que usted fue trasladado en una ambulancia al hospital a los 6 días del ayuno expresado por usted, porque nadie lo supervisó en la habitación donde se hospedó, pero conozco muy bien la zona y sé que hay centros hospitalarios muy cerca que le permitían ir a pie o en caso de que estuviera muy débil, en taxi. Pero eso de llamar una ambulancia, un hombre tan fuerte y corpulento como muestra la foto tomada en su habitación con la bandera cubana al fondo, pienso que eso fue parte de su estrategia para llamar la atención.
Fernando, desgraciadamente creo que su plan no le salió como usted pensaba. Los periódicos y los medios de comunicación más importantes de Austria ni siquiera se enteraron de su caso, y si se enteró alguno, no se interesó por publicarlo. No lo considero interesante para la prensa austriaca, fue todo lo contrario del caso del banco BAWAG en el 2007 cuando les cerraron las cuentas a varios cubanos residentes en Austria, que fue para la prensa una atracción que publicaron diariamente, el tiempo que duró esa odisea y debo decir que la gran mayoría de los austriacos repudiaron el caso BAWAG y se solidarizaron con la comunidad cubana en Austria.
Fernando, quizás usted alguna vez en Cuba escuchó el programa televisivo del psicólogo cubano Manuel Calviño. Una vez dijo una frase que jamás he podido olvidar: VALE LA PENA RECONOCER LO MAL HECHO. PEDIR DISCULPAS, OLVIDAR Y PERDONAR NO ES FÁCIL, PERO VALE LA PENA.
Pienso que es hora de que usted termine con esa historia de secuestro de su hija y procesos judiciales para obtener la custodia física de su hija que abandonó en Cuba aún muy pequeña y no le ha dado amor de padre, y como si eso fuera poco, ha intentado privar a la pequeña del tesoro más grande que un niño puede tener en su vida, que es poder crecer al lado de su madre, con ese amor que jamás será compensado con la mayor riqueza o bienes materiales que otra persona u otra sociedad, le puedan ofrecer. El amor no se compra ni se vende, no es un producto comercial: es amor.
Por favor, Fernando, no cometa el mismo error en Austria con la nueva familia que usted creó. Su familia en Austria necesita de su amor, de su tiempo. Usted está casado y tiene otra hija pequeña en Austria y tengo entendido que residen en el Estado Federado de Vorarberg, fronterizo con Suiza y usted viajó hasta Viena a hospedarse solo en un hotel para hacerle publicidad a su supuesta ‘huelga de hambre’. ¿Pensó usted en su esposa? ¿En su hija austriaca? ¿En ese tiempo precioso que usted está perdiendo y que puede usarlo para hacer algo juntos y fortalecer ese amor, del cual usted tanto habla y así compensar su sentimiento de culpa con su hijita cubana abandonada por usted y a la vez no causar daño irreparable a su familia en Austria? Creo que más bien su insistencia para ir a Cuba es para perturbarles la vida a su hija biológica y a su mamá, pues ambas nunca se han separado. Por favor, Fernando, no cometa más errores que puedan dejar huellas para toda una vida.
Trate de escribirle a su niña en Cuba que seguro que ya lee y escribe muy bien, porque los niños cubanos son muy astutos. Trate de disculparse con ella y con su mamá por todo el daño que usted les ha hecho, con abandono, procesos judiciales e historia de secuestro. Nunca oí decir que una niña que viaja con su madre a otra parte porque su padre tiene otra esposa y vive en otro país fuera secuestrada por su madre. Si se llama secuestro a que las madres no abandonen a sus hijos y estén siempre a su lado, donde quiera que sea, pues ¡Que viva el secuestro! Y que todos los niños del mundo sean secuestrados, porque yo también secuestré a mis dos hijas, porque han crecido conmigo, con todo el amor que una madre puede darle a sus hijos y eso es lo que los niños necesitan primero de todo. Usted ha contado diferentes versiones de su negativa de entrada a Cuba, yo no sé cual es la verdadera, pero yo le digo con toda sinceridad de madre cubana, que con su comportamiento en relación a su hija menor de edad que vive en Cuba y su madre a la que usted sometió a un proceso judicial iniciado por usted mismo en EE UU y que la acusa constantemente de secuestro de su propia hija y que cada día tiene mas aliados en Internet, inclusive con la disidente cubana Yoani Sánchez que según su publicación, ella lo alienta con sus mensajes de solidaridad. Yo, en el lugar de la madre de su hija haría todo lo posible para que usted no se acercara a ella por su propia seguridad, porque si usted residiendo en Austria viajó a New York y pagó una cifra de 20 mil euros o dólares, según usted, en un proceso judicial para arrebatarle la pequeña a su madre, pienso que usted en Cuba haría todo lo posible para secuestrar a la niña que usted abandonó. No le hablo de política, le hablo como mujer y madre cubana que soy, y le digo sin temor a equivocarme que un viaje de usted a Cuba, podría poner en peligro la seguridad de su hija biológica y de su madre, a la que usted guarda tanto rencor, a pesar de que le dio un fruto de su vientre y que indudablemente lo amó, y ahora usted se comporta de una forma egoísta, machista y quizás arrogante: el poderoso cubano residente en Austria que puede viajar a New York y pagar por un proceso judicial una cifra bien elevada y se hospeda en un hotel en Viena para anunciar huelga de hambre a pesar de tener una familia en Austria.
Debo decirle de todo corazón que su comportamiento no me parece digno, pues los cubanos que conozco residentes en Austria trabajan duramente para poder ayudar a su familia en Cuba y a la vez sobrevivir en Austria.
