Durante casi 16 años, más de 370 000 combatientes internacionalistas lucharon en Angola en defensa de su soberanía e integridad territorial, y cerca de 50 000 colaboradores brindaron su aporte desinteresado en labores civiles.
La histórica hazaña elevó la dignidad de nuestro pueblo porque el prestigio, la autoridad, el respeto de que goza Cuba hoy en el mundo son inseparables de su desempeño en Angola, como apuntó el General de Ejercito Raúl Castro, el 28 de mayo de 1991, en un acto de homenaje a los cubanos que acudieron al llamado.
Al informar al Comandante en Jefe el fin de la honrosa misión —cinco semanas antes de la fecha acordada del primero de julio— el entonces ministro de las FAR afirmó que en esta victoria, también de todos los países del Tercer Mundo, la gloria y el mérito pertenecen al pueblo cubano, protagonista verdadero de esa epopeya que corresponderá a la historia aquilatar en su más profunda y perdurable trascendencia.
Como continuadores del hermoso ejemplo, decenas de miles de profesionales de la salud, maestros, entrenadores deportivos y especialistas de las más diversas ramas, cumplen con el deber solidario de ayudar a los necesitados en otras naciones del mundo.