Prensa Latina.- Los padres cubanos reciben hoy especialmente el abrazo de sus hijos, el agradecimiento y la felicitación en esta isla caribeña que celebra su Día.

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El tercer domingo de junio llega al archipiélago para recordar que no solo las madres, esas eternas guardianas, pueden propiciar a sus hijos la seguridad, el consuelo, el cariño y la certeza de un apoyo incondicional.

La memoria asaltará a muchos: recordarán entonces la primera pelota o la caída de la bicicleta cuando el equilibrio no dio para más y constatarán que allí, en el rasguño, la alegría o el llanto corrió presuroso un padre amigo, custodio de los juegos.

"Te quiero, papá" o "te abrazo, abuelo", colmarán la jornada de este domingo, para bien de los que por años o décadas se armaron de valor ante las vicisitudes económicas y ratificaron, como todo un pueblo, el valor de la familia.

Nuestros padres se sentarán, cariñosos, con nosotros, aunque no compartan nuestras modas ni hablen con las palabras que otras generaciones, distintas a la suya, han echado a andar en el lenguaje nunca estático de la juventud.

Algunos estarán lejos porque salieron de Cuba a cumplir una misión internacionalista como médico, maestro, informático; y otros reposarán, quizá, en algún sitio de la tierra donde las flores y el recuerdo le seguirán siempre.

Lo cierto es que la distancia temporal o física, que separa continentes, con seguridad no evitará que padres e hijos se encuentren una vez más, de diferentes maneras, para conversar y agradecer.

Precisamente, la primera celebración de esta fecha en Cuba ocurrió un 19 de junio de 1938 gracias a la iniciativa de la escritora y artista Dulce María Borrero, quien abogó por la generalización del homenaje en la nación.