Cubadebate - Cubainformación.- En el propósito del Estado cubano de convertir las prisiones en escuelas, han cambiado hasta los nombres de esas instituciones y de quienes en ellas cumplen alguna sanción judicial.
Por ello en la Isla las cárceles se llaman centros penitenciarios, y los reclusos son conocidos por internos.
La concepción sienta las bases de un ambiente civilizado, de confianza y de optimismo en las reservas morales de los seres humanos para su reincorporación social, explicó a la AIN el teniente coronel Carlos Alberto Pérez Rosabal, de esa institución, del Ministerio del Interior (MININT).
Una de las prioridades de la Escuela Nacional del Sistema Penitenciario Luis Ramírez Perdigón, es la preparación de los Educadores Guías y Educadores Penales, encargados de devolver a las personas a su comunidad mucho mejor que como entraron al establecimiento, añadió.
Aseguró Pérez Rosabal que esos son los componentes que pone en práctica la política penitenciaria del país.
Los seleccionados asisten allí a un curso de cerca de un año, tras un diagnóstico integral de sus capacidades y habilidades, conocimientos, estado de salud y motivaciones para llegar a ser un formador de nuevo tipo.
El plantel lleva el nombre de uno de los mártires del sector y también prepara a oficiales integrales del sistema en un curso medio superior, que ofrece al estudiante la posibilidad de optar por la Licenciatura en Ciencias Jurídicas, en materia de tratamiento penitenciario.
Al respecto, la Doctora Delfina Cabrera Martínez, Profesora Titular del Instituto Superior del MININT Luis Felipe Denis, en la provincia de Villa Clara, imparte en esta capital un postgrado a funcionarios de prisiones sobre pedagogía penitenciaria, para ampliar sus conocimientos.
