Evelio Tellería Alfaro -Trabajadores.- La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y los Sindicatos desarrollan un plan de acción nacional para concretar los objetivos propuestos relacionados con el ahorro de todo tipo de recursos, su control y evaluación.
Desde el inicio del Período Especial, etapa de sobrevivencia iniciada a comienzos de los años 90 y caracterizada por una severa contingencia económica tras el derrumbe del campos socialista, fue impostergable encauzar aun más la participación de las masas en la batalla por la eficiencia económica y dentro de la misma de manera muy particular todo lo concerniente al ahorro de portadores energéticos y de materias primas.
Aún cuando ha transcurrido un decenio, para nadie es un secreto la absoluta permanencia que reviste esa tarea la cual tiene como elemento esencial lograr resultados concretos, reales y medibles.
Bajo esa premisa el país acomete esfuerzos dirigidos a generalizar la cultura del ahorro de recursos en los colectivos laborales, así como su control riguroso con el protagonismo directo de los trabajadores
En la actualización del modelo económico cubano, a los sindicatos les corresponde exigir a las direcciones administrativas que cada quien en su puesto de trabajo conozca y aplique las normas e índices de consumo, además de fiscalizar el cumplimiento del plan de producción o servicios en la etapa que corresponda.
Los consejos de dirección y las asambleas mensuales con los afiliados son dos escenarios claves para examinar qué se ha hecho y cuánto más se puede hacer en virtud del ahorro.
Solo cuando logremos que en cada centro de trabajo funcione un programa de medidas acorde con las características del lugar y que incentive la participación dinámica de todo el personal podremos afirmar que realmente tenemos una cultura del ahorro de recursos materiales.