Cubarte - Cubainformación.- El Historiador de la Ciudad (de la Habana), Eusebio Leal, rindió aquí honores a su antecesor Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964) durante una actividad en homenaje en el aniversario 122 de su natalicio.

Al abordar su trayectoria, destacó la profunda solidaridad de Leuchsenring con las causas justas de los pueblos y su defensa de la unidad antillana -a partir de sus singularidades locales- y el papel de Haití, "la gloriosa Revolución olvidada" que tanto influyó en la historia de Cuba.

Para el fue motivo de preocupación, subrayó, el caracter de las relaciones entre España y Cuba, aunque reconoció cómo, a la hora del gran desafío, se había preservado un nexo cultural sencillamente indestructible, expresó.

Fue un hombre profundamente martiano, añadió, que se rodeó siempre de las personas capaces de darle los testimonios más próximos a lo que fue la vida del apóstol.

Al ponderar su estatura humana, comentó que Leuchsenring "no fue ni pretendió ser un hombre perfecto ni infalible, pudo cometer algunos errores, sin embargo al final de su vida, sin haber amasado nada de lo que pretendió su familia, se convirtió en un defensor de la causa de esta isla".

Primer Historiador de La Habana (de 1938 hasta su deceso), estudió la historia con reverencia, apuntó, y reconoció en el dos elementos esenciales: el sentido profundamente laico de su visión de la República, dentro de la tolerancia y el sentido de respeto a toda manifestación de fe, y un sentimiento antiimperialista.

Roig de Leuchsenring se percató que no debía ser un juez ante el entorno, significó, sino una persona capaz de estudiar los testimonios, reunirlos y darse cuenta que todo tiempo depende del cristal con que se mire.

De acuerdo con esa premisa, agregó, buscó personalidades y aristas de la historia de Cuba, a veces incluso contradictorias y polémicas, sobre las cuales algunos colegas ya habían pronunciado juicios definitivos, concluyó.