Las crestas de arrecifes en la ensenada de Cazones, al sur de Matanzas, figuran entre las mejor conservadas del país.
Consistentes en estructuras geológicas sólidas del relieve submarino, de origen biológico, notable belleza y variedad de formas, que aparecen sobre algunos fondos marinos de zonas tropicales y subtropicales, ocupan en el mundo un área estimada de 617 000 kilómetros cuadrados.
Aproximadamente el 15 % de los arrecifes coralinos del orbe se concentra en la llamada región del Gran Caribe (que incluye a Cuba, otras islas del mar Caribe, el Golfo de México, las Bahamas y las Bermudas) y constituyen un importante recurso económico, social, ecológico y paisajístico.
Dentro del medio marino son considerados el ecosistema más rico en especies, pues en ellos habitan recursos pesqueros tan apreciables como la langosta, diversos tipos de camarón, pargo, cherna y otros de alta demanda.
Incluso, los expertos estiman que el potencial de captura de peces, crustáceos y moluscos, presentes en los arrecifes a nivel internacional, podría rondar los nueve millones de toneladas métricas.
Al ser sumamente sensibles a los cambios ambientales sirven como indicadores del estado de la calidad del agua en los trópicos, además de refugio o sitio ideal para la reproducción de gran cantidad de especies; albergan organismos portadores de sustancias de posible uso en la medicina y constituyen uno de los escenarios submarinos preferidos por los turistas.
APUESTA POR LA RECUPERACIÓN
En el archipiélago cubano los arrecifes coralinos cubren alrededor de 3 200 kilómetros del borde de la plataforma marina. Aparecen en forma de crestas, promontorios y barras alternadas con canales de arena, que los pescadores llaman cangilones.
Según las investigaciones desarrolladas por expertos del Instituto de Oceanología del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, 41 agrupaciones de crestas de arrecifes analizadas presentan diferentes grados de deterioro, en áreas situadas al sur de la Isla de la Juventud y Pinar del Río, Jardines de la Reina, y la cayería norte Sabana-Camagüey, por mencionar algunos ejemplos.
Como explica a Granma el doctor en Ciencias Pedro M. Alcolado, una de las voces más autorizadas en el tema, entre las principales causas del declive de los corales en Cuba figura la sedimentación, el crecimiento descontrolado de algas, el aumento de la frecuencia de huracanes intensos, la pesca excesiva, y la ocurrencia de enfermedades propias de ese ecosistema, incluido el blanqueamiento.
Lo último resulta más evidente a partir de principios de los años 80 del pasado siglo debido al aumento de la temperatura y la acidez del mar, ocasionado por la acumulación de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano) en las altas capas de la atmósfera.
Junto con los manglares, precisó el especialista del Instituto de Oceanología, las crestas de arrecifes coralinos constituyen verdaderas barreras naturales que protegen de manera efectiva la costa frente a la erosión causada por el oleaje.
Son una suerte de "muro" poco profundo, capaz de amortiguar los efectos del aumento del nivel medio del mar, lo cual representa a largo plazo la principal amenaza del cambio climático sobre los asentamientos costeros, instalaciones socioeconómicas y ecosistemas como las playas, subrayó Alcolado.
Las proyecciones hechas por los meteorólogos cubanos sugieren una elevación de ese indicador entre 27 y 85 centímetros para los años 2050 y 2100, respectivamente, mientras los estimados de los oceanógrafos del Instituto de Oceanología apuntan a valores máximos de 31,14 y de 84,92 centímetros, en los plazos antes mencionados.
El propósito inmediato del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente es frenar el declive de los arrecifes de coral y reforzar las medidas dirigidas a su protección en todo el archipiélago. La cuenta regresiva de tan crucial desafío ecológico ya comenzó.
Fotos: Silvia Diéguez y Ken Marks -
El doctor en Ciencias Pedro Alcolado labora en el Instituto de Oceanología, donde ha desarrollado diferentes investigaciones sobre los arrecifes coralinos.